
Noah Baumbach es un habitual dentro del panorama independiente; sus películas siempre han gozado de las bendiciones de la crítica aunque nunca ha tenido gran repercusión en las taquillas. En "Mientras somos jóvenes" Ben Stiller y Naomi Watts interpretan a una pareja que ya han pasado los cuarenta y se encuentran desubicados en el entorno de su generación. Al conocer casualmente a una jovencísima y peculiar pareja, los protagonistas ven en ellos un estímulo y una nueva forma de disfrutar de la vida y apasionarse por sus trabajos.
La película hace un buen retrato de todos sus personajes y su guión destaca por el ingenio y la inteligencia. El filme entretiene y recuerda por momentos al mejor Woody Allen, tanto en su estilo como en la calidad de sus diálogos. Ahora bien, aunque es una historia bastante original, en su segunda mitad puede resultar algo previsible. Sus distintas reflexiones sobre cómo asumir el paso del tiempo, la honestidad en lo que hacemos y el esnobismo de manual, son bastante efectivas, pero el conjunto se queda como una película curiosa e interesante sin conseguir un especial calado en el espectador.
CALIFICACIÓN: 6-7

Producida por el mismo Morgan Freeman, "5 flights up", ha sido llamada aquí con el soso título de "Ático sin ascensor". La cinta narra la historia de Ruth y Alex, una veterana pareja de Brooklyn que lleva cuarenta años en un quinto piso sin ascensor. Ante la incomodidad que supone acceder a su domicilio a medida que van envejeciendo, deciden ponerlo en venta. La lluvia de pujas de los diferentes compradores, la operación de su perrita y la búsqueda del nuevo piso se intercalan con los recuerdos de sus comienzos como pareja. A pesar de que su guión está muy bien estructurado combinando los diferentes planos argumentales y se dan situaciones muy inspiradas como la escena en la que abren las puertas a todos los interesados, a la película le pesa su condición de filme pequeño, íntimo y sencillo. Una película que no pasaría de ser un producto simplemente simpático y agradable si no fuera por la magnífica química y el magistral juego de miradas que ofrecen Morgan Freeman y Diane Keaton. Sin duda, ambos intérpretes son un valor añadido y consiguen que el resultado sea algo más que correcto.
CALIFICACIÓN: 6-7