EL CLUB DEL CHISTE: Antena 3 llevaba ya tiempo buscando un acces-prime time que les diera buenos resultados de audiencia (desde “Al pie de la letra” que no lo lograban) y nada de lo que habían intentado hasta la fecha les había acabado de funcionar (especialmente terribles fueron los resultados de esa especie de sit-com llamada “padres”). En esta ocasión vuelven a la carga con un formato absolutamente novedoso, algo que jamás se había visto en televisión: un programa de gente contando chistes. Estos de Antena 3 son unos malditos genios (y figuras).
La cosa está presentada por Anabel Alonso que, no obstante, no cuenta chistes. De ello se encargan cinco personajes encargados de encarnar a cinco personalidades distintas: la rubia pija, la tímida, el andaluz gracioso, el tio bueno y el vividor carejillero (un veterano de la escena monologuista y, sin duda, el más gracioso de los cinco, de calle). Además de los chistes, propiamente, los personajes también interpretan una especie de teatrillo entre bambalinas. Precisamente el momento más extraño del programa es cuando los actores abandonan el escenario, el discjockey (si, hay un discjockey) sube la música y los seis se ven obligados a bailar unos segundos antes de poder desaparecer por fin.
Personalmente el programa no me hace especial gracia, aunque siempre he creído que el lugar natural para contar chistes es en un bar a altas horas de la madrugada y medianamente cocido, pero jamás en televisión (no haría falta decir que, en este caso, Chiquito juega en una liga aparte y vendría a ser la excepción que confirma la regla). Además también buscan chistes entre su audiencia, que el espectador puede enviar al programa, y entre los famosos que se presten a ser grabados.
A pesar de todo la audiencia los está respetando bastante bien (por mucho que en ocasiones repitan programas ya emitidos sin ningún tipo de pudor).
MIRA QUIEN BAILA/MÁS QUE BAILE: El programa que emitían en TVE se ha pasado a Telecinco (parece ser que el hecho de no tener publicidad empieza a hacer daño a TVE que no pueden pagar a los nuevos famosos la pasta que le debían pagar a la nieta de Franco por menear las lorzas). Y como a Telecinco les gusta hacer las cosas a lo grande en el nuevo plató caben quinientas personas de público y, encima, se han pillado como presentadora a la escultural Pilar Rubio que también suele empezar los programas haciendo sus pinitos en el baile.
Ustedes ya saben de qué va esto. Hay unos famosos que intentan acompasar su cuerpo al ritmo de una música determinada y luego el que lo haga mejor gana unos dineros para la ONG que ellos elijan. En esta ocasión tenemos a ocho famosillos del calibre de: Belen Esteban (no podía faltar en los tiempos que corren), Edurne (la de Operación triunfo), Carmen Lomana (que con la pasta que aparenta tener no entiendo que rayos hace aquí), Helen Lindes (una ex-miss España), Victor Janeiro (el hermano del Jesulín), Miguel Ángel Rodriguez, el Sevilla (el cantante de los Mojinos Escozios), Juan Garcia (un ex-mister España) y Miquel Ángel Nadal (ex jugador del Barça y el que vendría a ser el Salinas de esta nueva temporada). Luego, también encontramos a un jurado que son los que deben valorar los bailes de toda esta gente, entre los que destacan: Victor Ullate (el de Fama: A bailar), Santi Rodríguez (el frutero de siete vidas) y Boris Izaguirre. Como pueden observar, todo muy apañadito.
Jamás he sido un apasionado del baile y siempre he sido mucho más de barra que de pista. No me gusta practicarlo ni mucho menos observarlo. Así pues, para un servidor, ver a la gente ésta bailando (algunos de los cuales como putos patos) es algo que me suda el nabo como de aquí a Lima. Para colmo, al acabar el programa vienen los del “Sálvame” con el Jorge Javier a la cabeza y hacen un show de los suyos, todo muy estilo Telecinco.
Además, ahora han tenido que cambiarle el nombre (de “Mira quien baila” a “Más que baile”), porque al parecer los de TVE han dicho que una cosa es el formato (adaptación del “Dancing with the stars” americano) y otra cosa es el nombre que con su sudor se habían currado. Pues eso. Pues nada.
I LOVE ESCASSI: Este programa es lo más parecido que haya visto yo jamás a un naufragio. La cosa va de encontrarle novia a Álvaro Muñoz Escassi, un jinete, ex de Lara Divildos, que, anteriormente, ya había participado en La selva de los famosos (algo parecido a lo que hicieron con Tila Tequila en la Mtv). Total, que a través de una serie de citas con las candidatas deberá elegir a su nueva pareja.
En el primer programa separaron a las pretendientes en dos grupos: las maduritas (de más de 31 años) y las jovencitas. Escassi primero conoció a las maduritas y el hombre se llevó una desilusión porque no vió suficiente nivel. Más tarde entrarán las jóvenes y el hombre ya se puso más contento y empezó a babear. Evidentemente, en el momento en el que aparecieron las jovencitas, el otro grupo se puso de uñas con ellas. En este primer programa, nada más llegar, una de las candidatas se puso en bikini y le ofreció un masaje al jinete. Ésa misma chica en el segundo programa ya enseñó las tetas. Como pueden observar es un programa muy fino y elegante.
Como el primer programa fue un desastre de audiencia, en el segundo telecinco preparó un plató para ir comentando la jugada con unos tertulianos de lujo: Bibi Andersen, Antonio David (ex de Rociito), Nani Gaitán, Mireia Canalda (ex del propio Escassi) y Rafa Mora (el de Hombre y mujeres y viceversa), como pueden observar, lo mejor de cada casa. Ya en el tercer programa, Jesús Vázquez, presentador de los dos primeros, abandonó el barco y fue sustituido por Joaquin Prat Jr, para que se comiera el solito el marrón.
Uno no debe creerse absolutamente nada de este programa. Todo es falso. Es televisión. Para ligar con Escassi no hace falta ir a un programa de televisión, hace falta ir a la barra de una discoteca y aprovechar que esté medio cocido. Evidentemente, las más jovencitas, tampoco creo yo que estén demasiado interesadas en el ex de Lara Divildos, más bien están interesadas en salir en televisión y, con ello, lograr alguna portada de Interviu.
La audiencia le ha dado la espalda de una forma tan descarada que en el tercer programa no pasó del 6,6% de share. Con ello, telecinco ya ha anunciado que relega el programa al late night del jueves (y no se lo cargan de inmediato porque la cosa ya está grabada, que si no...).
INVISIBLES: Otro churro, en este caso, de Antena 3, en el que cinco personajes famosillos deberán abandonar sus lujos por unos días y vivir en la calle como vagabundos. A pesar de que la cosa pueda recordar a los “21 días durmiendo entre cartones” de Samanta Villar, el formato es una adaptación de un programa de la BBC, que fue todo un éxito en Reino Unido. Aquí la cosa no corrió tanta suerte.
Los cinco famosos son: Blanca Fernández Ochoa (la esquiadora), Álvaro de Marichalar (el hermanísimo), Miguel Temprano (periodista del corazón), Yeyo Llagostera (uno forrado habitual de la farándula de Marbella) y Sofía Mazagatos. Además, la cosa está presentada por Jorge Fernández (el de la Ruleta de la fortuna y Esta casa era una ruina).
No haría falta ni decir que de este programa tampoco me creo nada en absoluto y que la cosa tiene un tufillo a falso que tira para atrás. Los famosos van a cara descubierta y no acostumbro a encontrarme a muchos vagabundos con cámaras a su alrededor. Además, el programa no deja de buscar la lágrima fácil del espectador en todo momento, algo que, por lo menos en mi caso, no consiguieron en ningún momento.
La audiencia también les ha dado la espalda y, a pesar de que todavía no los han cambiado de día de emisión, lo cierto es que cada vez empiezan más tarde.
CASTLE: La noche de los jueves empezó en Cuatro una nueva serie que vendría a ser una suma de: “Se ha escrito un crimen”, “Luz de luna” y “C.S.I.”.
Lo de Se ha escrito un crimen es porque el protagonista de la serie es un escritor de novelas de asesinatos que también investigará crímenes en la vida real; lo de Luz de luna es porque el hombre colaborará con la policía local, siendo su contacto una agente con la que, rápidamente, empezarán a saltar chispas, creándose una especie de tensión sexual no resuelta, a pesar de que ella no lo pueda ni ver; y lo de C.S.I. es básicamente por la estética de la serie, especialmente en las recreaciones de los crímenes y todo el rollo de la investigación policial.
En el primer episodio conocemos al protagonista, un autor de novelas de misterio que sufre el llamado bloqueo del escritor y que vive con su madre (una experta bebedora de cocktails) y su hija adolescente (mucho más madura que el propio Castle). Además, su agente literaria resulta ser su ex mujer, con quien no es que tenga una relación de lo más bucólica, precisamente. En estas estamos cuando resulta que aparece un asesino en serie que resulta que se carga a sus víctimas imitando los asesinatos de los libros de Castle y la policía le pedirá ayuda para dar con él. Una vez arrestado, el escritor pedirá ayuda al alcalde (un fan de sus libros) para poder seguir colaborando con la policía para buscar inspiración y documentarse para futuros libros. Su personalidad de niño grande, servirá de contrapunto perfecto para la relación que mantendrá con la agente de policía, mucho más recta y seria que él.
La serie resulta relativamente entretenida, a pesar de que el personaje del propio Castle en determinados momentos llega a rallarme bastante, por pesado y por intentar hacerse el graciosillo en todo momento. Los capítulos, hasta donde yo he visto, son de un misterio por episodio, sin continuidad, donde al final de cada capítulo el malo siempre termina confesando, algo que siempre ocurría en series tan antiguas como Perry Mason, Colombo o Se ha escrito un crimen.
La audiencia esta siendo pasable, aunque nada del otro mundo. Cuatro, de momento, deberá seguir buscando su nuevo House.