Revista Coaching

Estrés

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Estrés

Dicen que están aumentando los problemas económicos y que enfrentamos graves conflictos políticos con alto potencial de escaladas bélicas regionales.

Si eso fuera cierto habrá que comenzar a prestar atención a las técnicas y los recursos que ayuden a gestionar y aliviar la tensión dentro los grupos de trabajo; porque una cosa es segura: el estrés mal atendido termina en resultados catastróficos.

A los nocivos efectos individuales del estrés laboral, ahora se sobrepone un desgaste crónico de las relaciones interpersonales y los efectos del "estrés" de cada uno comienzan a convertirse en una epidemia organizacional que se propaga más rápido de lo que se la atiende. Más vale prevenir.

El absentismo, la baja productividad, el debilitamiento de la moral y el aumento de los accidentes en el trabajo sólo son aspectos relacionados con el estrés. Pero más en profundidad , se comienza a gestar el "estrés organizacional" que resulta retaliativo del estrés que afecta a las personas y destruye al sistema.

La gente está trabajando más duro, tiene menos tiempo libre, está sometida a más presiones internas y externas para cumplir metas que, en general, se les imponen sin consultarles.

Los trabajadores comienza a entender que cada vez es más probable que deberán cambiar muchas veces de empresa, y/o de funciones y/o de jerarquía antes de jubilarse. La "inestabilidad" ya es un "factor estable" en los temores no explícitos de la mayoría de las personas adultas.

Resumiendo, a todo lo conocido en materia del estrés laboral, ahora están apareciendo fuentes adicional de estrés.

Estrés
¿Cómo saber si estás estresado?

Varios especialistas sugieren un cuestionario muy simple:

Si has respondido [ SI ] al menos a 2 de estas 6 preguntas, el "estrés laboral" probablemente te esté afectando en tu vida más de lo que tú crees.

Solemos ignorar o solapar tras autoengaños las señales físicas y psicológicas que estamos sometidos a esfuerzos excesivos en nuestra actividad profesional. Pero, aún cuando no queramos saber sobre ellas, las consecuencias físicas y emocionales de trabajar mal (duro, más rápido de lo que se puede, etc.) todos los días son muy graves.

El aumento de la ansiedad. la degradación de la calidad de nuestras relaciones sociales e incluso el aumento del riesgo de un ataque cardíaco están directamente relacionados a los grados de estrés personal y organizacional al que estamos sometidos.

Lo peor es suponer que estás exenta/o de grandes males, o que todo el problema se reduce a que disminuya tu "apetito" o "potencia" sexual ocasionalmente.

Estrés
Hay buenas noticias. Pese a todo... siempre hay buenas noticias:

Afortunadamente, el proceso de rediseñar una "vida estresada" puede ser relativamente sencillo.

Los especialistas sugieren comenzar por una exhaustiva evaluación de las actividades rutinarias que se sospechan son fuente de tensiones. Las acciones de control del estrés requieren en principio de una toma de conciencia que "hay un problema", y asumir el compromiso personal para identificar y cambiar el comportamiento relacionado con el estrés.

Los diez consejos más populares para evitar (esperanzadamente "contrarrestar") el estrés laboral, son:

  1. Establece Prioridades. Evitar, por todos los medios y en toda circunstancia, hacerlo todo al mismo tiempo. Los temas más importantes se deben atender primero.
  2. Se el dueño de tu propio tiempo. Cuando alguien te interrumpe cuando estás trabajando, comprueba si está en tu agenda del día (la fecha correcta, a la hora correcta); en caso contrario dile que le llamarás para organizar una reunión.
  3. No almuerces en tu escritorio. Programa un tiempo de inactividad durante la jornada que te permita almorzar, sólo almorzar y nada más que almorzar.
  4. Aprende y practica sistemáticamente ejercicios de respiración profunda o técnicas de relajación para eliminar el estrés durante el día. Acostúmbrate a dar un paseo de 20 minutos todos los días.
  5. Controla tu entorno. Reduce el ruido en tu lugar de trabajo, adecúa la luz de la superficie que estás mirando la mayor parte de la jornada. Tienes que estar tranquilo y cómodo, ¿lo entiendes?
  6. Mantén el orden en tu entorno. Con buenos modales y, si fuera posible, con algo de humor, haz saber a quienes trabajan cerca tuyo qué cosas ellos hacen a ti te estresa. Quizás lo puedan evitar si ellos saben lo que a ti te molesta.
  7. Regularmente, por lo menos una vez al año visita a tu médico. Evalúa con él si necesitas lentes, audífonos, plantillas para tus pies o reguladores de tu flora intestinal. No te rías, lo digo en serio: hacer caquitas, cuando son necesarias, evita hacer cagadas en el trabajo.
  8. Protégete de la irradiación multimedial extrema. No hace falta comenzar el día aturdiéndose con la radio, o las peores noticias del periódico. Deja Twitter para después de la ducha... muchas personas encuentran que el silencio les ayuda a relajarse mucho más que una "buena música". Los especialistas suelen recomendar al "silencio" (aunque cueste creerlo) como una práctica básica de control del estrés.
  9. Entiende que hay un lugar para cada cosa, un tiempo propio de cada lugar. Cuando llegues a tu casa deja de pensar en los problemas relacionados con el trabajo. Si te invade el pensamiento recurrente de cosas que han sido mal hechas, o que debes hacerlas de inmediato: ¡escríbelas! Así las quitarás de tu mente, y se añadirán a "tu programa" para el día siguiente.

Fuente: https://mariodehter.com/liderar/liderazgo/estres_4072/


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