Antes que todo diremos que en ningún caso se justifica emplear la violencia en el proceso de crianza de un pequeño, los golpes, los gritos y los malos tratos lejos de hacerles entender ideas a los pequeños, los acosan y llenan de temores e inseguridades, siendo un proceso que todo padre debería de evitarle a su niño, una crianza basada en el respeto y el amor es la única recomendable.
Lo cierto es que muchas veces la violencia se genera por enfermedad o problemas de los adultos, es el caso de la siguiente novedad, un estudio revela que los padres deprimidos golpearían más a sus bebés, aquellos adultos que sienten tristeza o depresión profunda son en la media mucho más propensos a golpear a sus pequeños que aquellos que se encuentran con un buen estado anímico en general.
El estudio revela que los padres deprimidos golpearían más a sus bebés y se desarrolló por parte de un equipo investigador de los Estados Unidos que encontró en su investigación que el 40% de los hombres deprimidos había golpeado a sus hijos en el último mes, comparado en ese caso con el 13% del resto de los padres que convivían con sus niños sin sentir depresión.
El estudio ha sido publicado en la revista Pediatrics por parte del equipo de R. Neal Davis de Intermountain Healthcare en Utah, y según afirman es alarmante dado que el hallazgo se aplica mayoritariamente en niños de apenas 1 año de vida, sabiendo que a esa edad los golpes causan lesiones y los niños no comprenden el por qué se les está haciendo daño.
Un estudio revela que los padres deprimidos golpearían más a sus bebés y es el primero que se concentra únicamente en el factor masculino de la fórmula de la familia, basándose en la entrevista de más de 1.700 nuevos padres de 20 ciudades de los Estados Unidos, y sobre el caso se agrega que las madres son las que deberían vigilar a sus parejas si están deprimidos y hacerse ellas cargo del cuidado de sus pequeños si el trastorno va en aumento.
Al parecer los varones adultos deprimidos se enojan con suma facilidad si sus niños se portan mal, y el hecho es que estudios previos demuestran que mas de 15 millones de niños estadounidenses viven actualmente con un adulto depresivo, y los golpes dejarían una marca psicológica en los bebés que podría en el tiempo transformarse en agresividad y en otros problemas de conducta.
Vía | Público
Foto | El Espectador