Revista Sociedad
Reproduzco íntegro el artículo de Santiago González publicado en su propio blog www.santiagonzalez.wordpress.com
Del uso de las comillas creativas
El diario El País reproduce hoy una prepublicación del legendario libro que firman mancomunada y solidariamente Jesús Eguiguren Imaz y Luis Rodríguez Aizpeolea: “ETA las claves de la PAZ. Confesiones del negociador”. Es preciso aclarar que no es éste un libro en el que se cuenten los pormenores que concluyeron el pasado mes de octubre con el comunicado del “cese definitivo” hecho público por la banda terrorista y la efusión de lágrimas que eso produjo en el Partido Socialista. No. Este es un libro que los autores quisieron publicar hace tres años, lo que no pudo ser por la oposición tajante del entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y trata en sus páginas del proceso de negociaciones de Eguiguren. ¿Qué claves?¿Qué paz? las del proceso que Zapatero anunció como roto tras el atentado de la T-4 el 30 de diciembre de 2006, en el que murieron Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate y que, según cuenta Txusito, continuó durante los primeros meses de 2007. A reforzar la mentira del presidente acudió el ministro del Interior, que lo dijo con estas palabras: “El proceso está roto, está liquidado, está acabado, no hay proceso, porque ETA lo ha roto”. El proceso estaba roto, liquidado, acabado y no había proceso, lo cual no quiere decir en modo alguno que no siguieran negociando hasta cinco meses después. También se da cuenta de las cartas que Zapatero recibió de ETA: la primera en verano de 2004, la segunda en febrero de 2005. El presidente residual nunca las enseñó, pero dijo a cuantos querían oírle que ETA le había enviado una carta (la primera) en la que mostraba su predisposición a abandonar las armas sin exigir precio político por ello. Esta fue la versión que Zapatero contó a Fernando Savater y José Mª Calleja en un amable atardecer en casa de Jimena Gª Pardo. No era verdad. Ayer publiqué una columna sobre las últimas declaraciones de Eguiguren. Contaba en ella que el proceso de paz de 2006 tuvo sus cimientos en la mentira y el resumen que LRA publica hoy en EP da cuenta de las más importantes. ¿Recuerdan cuántas veces acusó el PSOE al PP de violar el pacto antiterrorista por no ‘arrimar el hombro’ a la negociación? Bueno, pues aquí se da cuenta de cómo ocultaron los hechos a la oposición. Ayer escribí yo que Txusito estaba violando el Pacto Antiterrorista desde 2001, unos meses después de su firma, en diciembre de 2000. Bueno, pues según se cuenta en este libro, fue desde antes. Ya “desde principios de 2000″ quedaban Jesús y Otegi para hablar de sus cosas en el caserío Txillarre. ¿Cómo de principios?¿En los dos primeros meses?¿Les sorprendió el asesinato de Fernando Buesa (22 de febrero) en alguna de aquellas charletas? Desde luego ya debían de estar en ello cuando ETA asesinó a su correligionario y amigo Juan Mari Jáuregui. Aquí se admite el margen de error por lagunas mentales de nuestro héroe (en sus últimas declaraciones afirmaba que los socialistas tenían más víctimas que nadie y acusaba al PP de haber torpedeado los esfuerzos del Gobierno socialista en los últimos 20 años, incluyendo en ellos las dos legislaturas 1996-2004) de Aznar. Luego hubo las dos cartas citadas en verano de 2004 y febrero de 2005, pero el presidente del Gobierno volvió a mentir a la opinión pública el 24 de abril de 2005, al desmentir tajantemente “no ha habido ni hay ningún contacto, ningún diálogo”. LRA lo abrocha todo con la falacia “post hoc ergo propter hoc”: “son muchos los que piensan que ese final frustrante sentó las bases que dieron lugar, cuatro años después, al cese definitivo…” ¿Y por qué hay relación causal? Pues porque el cese ocurrió después de aquel final frustrante. La memoria histórica es mucho más práctica de lo que se podía pensar. Los hechos, no como ocurrieron, sino como debieron ocurrir. Primero, el Ruidera intelectual de Eguiguren y luego, el relato periodístico que conviene: A partir de ese relato, EL PAÍS ha realizado una reconstrucción del diálogo entre etarras y Gobierno de aquellos meses. Lo que sigue es, por tanto, una recreación -no una transcripción literal, aunque aparezca entre comillas- Memoricen la frase en negrita y coméntenla con sus compañeros y compañeras de redacción.