Acaba de comenzar el año 1993 y los fans de Iron Maiden nos topábamos con una inesperada noticia: Bruce Dickinson abandonaba Iron Maiden tras 12 años siendo la voz de la banda, tras la expulsión de Paul Di’Anno, digámoslo claro, por drogadicto, borracho e impresentable.
¿La razón? Según la versión oficial, porque Bruce quería iniciar proyectos en solitario. Según la sospecha de muchos fans, por desavenencias con Steve Harris líder de la banda, fundador junto con Dave Murray desde los inicios de los tiempos y como dice la Frikipedia “bajista, compositor, semidios, dios, fundador, dios y líder de la banda”.
Al igual que ocurrió con Rob Halford cuando abandonó Judas Priest, los fans y la opinión pública del universo del Metal en general, se preguntaban, nos preguntamos qué iba a suceder.
Metal God era teóricamente insustituible (es lo que tiene ser el Dios del Metal) e idéntico pensamiento discurría en nuestras cabezas con el bueno de Bruce. Si Judas Priest tiene a dos genios de la música llamados Glenn Tipton y K.K. Downing, Iron Maiden tiene, ahora bromas aparte, a un maestro llamado Steve Harris.
Son muchas las similitudes encontradas en este período de tiempo entre ambas bandas a la hora de encontrar sustituto a su legendario cantante, pero la diferencia fundamental entre el dueto de guitarristas y el bajista, en mi modesta opinión, es que este último nunca ha necesitado cargarse de un excesivo protagonismo que necesariamente han tenido Halford y Dickinson respectivamente. Quizá porque el mundo del Rock y del Metal siempre ha sentido especial predilección por los instrumentalistas de las seis cuerdas frente a los de cuatro o quizá por el propio carácter de Harris, tradicionalmente parco en palabras.
Pero la quizá diferencia definitiva era que Tim “Ripper” Owens era un perfecto desconocido y que Blaze Bayley ya pasaba por ahí, pues tres años antes habían contado con él en un gira con su antigua banda, Wolfsbane.
De ahí que el proceso de seleción-sustitución fuese relativamente rápido y puede que por ello Blaze Bayley se convertiera en uno los artistas más odiados en tan corto espacio de tiempo: su aspecto recio (no confundir con tipo duro), su escenificación y una voz interesante y novedosa, funcionaron en Iron Maiden y funcionaron en sus dos trabajos de estudio The X Factor y Virtual XI.
El primero, por más que pese a muchos, tuvo un éxito más que aceptable, alcanzando el “UK Chart Position” número 8, manteniéndose la banda británica en un nivel muy similar a su último trabajo con Bruce, Fear Of The Dark, que había alcanzado la segunda posición.
Es cierto que este novedoso trabajo de los Maiden parecía estar hecho a la medida de Bayley, al tratarse de un disco muy oscuro rozando la siniestralidad, pero quizá era el cambio que necesitaba la banda. Cambios que por cierto es su razón de ser a través de su historia musical y que creo que les han hecho permanecer en el Olimpo de los Dioses para siempre.
Traten de comparar el Somewhere In Time con su trabajo anterior, el Powerslave. Los “puretas” dirán seguramente que es una evolución. Para mi es un cambio, simple y llanamente. Que sea a mejor o a peor es una cuestión interpretativa, pero para mi se parecen como un huevo a una castaña.
The X Factor tiene temas muy buenos. Desde el intéprido ritmo de Man Of The Edge en donde Balyley sigue magistralmente el “caballito” de Harris y en donde por cierto, el primero es co-autor junto con Janick Gers, otro recién llegado como quien dice:
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Sin embargo, uno de mis temas preferidos de este trabajo es 2 AM en donde me atrevo a decir que Bayley alcanza unos registros cuasi-similares a los de Dickinson (fustígenme, les dejo).
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Con Virtual XI, publicado casi tres años después, sucede lo mismo: un disco a la medida del nuevo cantante, necesidad de un cambio (de nuevo a la temática futurista del Somewhere In Time, pero un cambio al fin y al cabo), con una liderazgo en la composición y dirección de Harris y con un “dejar hacer” en la autoría letrística y musical al propio Bayley.
Comienza el disco con otro tema trepidante, Futureal, un mano a mano en la autoría Harris/Bayley y que funciona.
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Y tengo que hacer especial mención a mi tema preferido: The Angel and the Gambler, 100% Harris Factory y en donde por cierto, la banda se pone gamberra en su vídeo:
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En uno de los párrafos de este último tema, Bayley dice: “Nothing to lose, but so much to gain. A little danger It goes without saying, but what do you care. You’re gonna go in the end, Gate open to heaven” y en el estribillo Bayley repite hasta la saciedad: “Don’t you think I’m a savior, Don’t you think I could save you, Don’t you think I could save your life”
Siempre he pensado que este tema contenía un mensaje oculto de Harris hacia Bayley (aunque hay quien piensa que es justamente hacia Dickinson), no lo se. O quizá sea una simple casualidad, pero el caso es que al poco de lanzar este disco y dicen, que por la presión de los fans muy descontentos con sus actuaciones en vivo, Iron Maiden prescindió de sus servicios y Dickinson vuelve.