Revista Creaciones

Etiqueta para bloggers

Por Gemma Adeva @holawasel

Etiqueta para bloggers

En el mundo de los blogs y de internet nos encontramos con límites difusos en cuanto a lo que se considera correcto y lo que no. ¿Recordáis hace no muchos años cuando era normal utilizar cualquier imagen que encontrábamos en la red sin enlazar a su autor? Qué digo, muchas veces ni tan siquiera estaba claro quién era el autor de esa imagen. Y no pasaba nada. Era, como he dicho, una práctica “normal”.

Por suerte los tiempos cambian, y cada vez se definen mejor las buenas normas de comportamiento en el mundo de los blogs. Esto es algo muy positivo, porque hace que este mundo virtual deje de ser un lugar salvaje en el que todo vale. Además, a todos nos gusta que se nos respete y se nos trate bien. Por eso no está de más conocer algunas de esas normas no escritas para quienes tienen un blog o sitio web ;)

Cuando publiques un post, no lo compartas hasta llegar a ser pesada

Seré clara: si una persona a la que sigo en Twitter o Facebook, publicita un post que acaba de publicar más de dos veces seguidas en un lapso de tiempo de unas cuatro horas, la dejo de seguir. ¿Has publicado y quieres compartirlo? Perfecto. Pero que todo lo que digas ese día no sea únicamente enlaces a tu post. Está bien compartirlo dos o tres veces espaciadas en el mismo día. Más veces es ser cansina.

Para evitar tener que hacer esto y llegar a más gente, averigua cuáles son las mejores horas para publicar en tu blog y también en redes sociales. Así con menos esfuerzo serás más efectiva. Utiliza servicios como Iconosquare o Buffer y observa tus estadísticas.

No pidas a los demás que sigan tu página en Facebook, tu blog…

Esto es muy de patio de colegio, pero sigue existiendo. No vayas por ahí rogando a los demás que sigan tu página, etc. Queda mal y no te servirá de nada tener un montón de seguidores que no tienen ningún interés en lo que publicas. Si lo que haces es bueno y lo haces bien, los seguidores llegarán (y podrás estar segura de que sí están interesados en tu contenido y en lo que haces).

Internet es para siempre

Todo lo que publicas queda en la red. Para siempre. Aunque tú cambies o madures. Por eso lo mejor es guiarse por esa frase tan manida a la par que efectiva, si no te gustaría que lo viera/leyera/supiera tu abuela, mejor no lo publiques. Piensa bien qué escribes y cómo lo escribes.

¿Te has inspirado en la idea de otro? Enlázalo

OJO, no hablamos de copiar. Si uno o más posts te han servido como inspiración para crear contenido en tu blog, está bien, pero asegúrate de enlazar al blog que te sirvió como inspiración. Y cuando digo al blog, me refiero al post concreto que te inspiró o te dio la idea. Si quieres quedar todavía mejor y hacer que el autor de ese sitio tenga un día perfecto, mándale un email y cuéntale lo mucho que te sirvió su post, que vas a publicar sobre el mismo tema y un enlace a tu artículo.

No enlaces tu cuenta de Twitter a Facebook

Por favor, ¡ni se te ocurra enlazar tu cuenta de Twitter a Facebook para que publique de nuevo todo lo que tuitees! Es muy incómodo para tus lectores. Ambos servicios son distintos y se deben usar de manera diferente. No conviertas uno en la copia del otro.

Por el contrario, enlazarlos a la inversa sí es una buena práctica. Lo que publiques en tu página de Facebook aparecerá en tu cuenta de Twitter.

No tienes por qué aguantar a haters y trolls

En serio te lo digo. No estás obligada de ninguna manera a aguantar a esas personas que se dedican a insultarte, dejarte comentarios ofensivos, etc. No es una obligación ni un castigo por tener un blog. No les debes nada. Y tienes todo el derecho a borrar sus comentarios, ignorar las estupideces que te digan, bloquearlos…

Piensa en tu blog y tus redes sociales como si fueran tu casa. Si invitas a alguien a tu casa y le preparas la cena, ¿le consentirías que empezara a destrozar tus muebles y lanzar platos por el aire? No, ¿verdad? Pues ya sabes.

Quien quiere hacer una crítica constructiva primero te habla en privado, y segundo, jamás te dirá nada que intente humillarte o menospreciarte. Del resto, pasa.

No promociones tu sitio en la sección de comentarios de otras páginas

Es un poco como lo de no pedir a la gente que siga tu página de Facebook. Utilizar la sección de comentarios de otra página o blog para promocionar la tuya, está fuera de lugar. Es como si quisieras aprovecharte de los seguidores que tiene esa persona.

Tampoco queda muy bien lo de terminar los comentarios que dejas en otros blogs con un enlace al tuyo. Recuerda que cuando vas a escribir un comentario aparece un campo para poner la URL de tu blog, con eso queda enlazado y es más que suficiente. Quien lea ese comentario y quiera saber más de ti, hará clic sobre ese enlace.

Deja claro cuándo pueden esperar que respondas al correo

El problema de este mundo digital es que todos queremos que las cosas estén para ayer. Y la gente tiene vida, tiene trabajo, cosas por hacer, o simplemente quiere descansar. Para evitar que los usuarios y clientes se desesperen, déjales bien claro cuándo pueden esperar una respuesta por tu parte. Si usas un formulario de contacto en tu blog, escribe una frase con tu tiempo de respuesta aproximado. No te cuesta nada y evitarás que anden por todos los canales posibles preguntándote si has leído el correo, si te ha llegado, bla bla bla.

Sigue la regla 80/20

No es algo estricto, pero deberías tenerlo en mente para que tus seguidores sean un poco más felices. El 80% de lo que compartes y publicas debería ser contenido que informe y entretenga, y sólo el 20% de tu contenido debería estar enfocado a la venta.

La gente no quiere estar todo el día sintiéndose forzada a comprarte cosas.

Etiqueta y enlaza

Como ya no estamos en esos primeros años de internet en los que todo valía, es necesario que etiquetes y enlaces siempre a la fuente original de tus imágenes o textos. Esto es así y no tiene vuelta de hoja, pienses lo que pienses. No te cuesta nada y así ayudas a que los demás conozcan al autor original.

Si eres usuaria asidua de Pinterest y te gusta compartir imágenes de allí, puedes escribir “vía Pinterest”, pero procura que el enlace vaya directamente al pin original del autor. Si no, no has hecho nada.

Responde a los comentarios de tus posts

A todos nos gusta que nos dejen comentarios en lo que escribimos, pero hay que responder siempre a esos comentarios. Sí, también si tienes muchos. Puedes hacerlo de una vez o dedicar franjas de tiempo a lo largo de la semana para responder a todo, como mejor te venga.

Piensa que alguien que seguramente no te conoce personalmente ha invertido su tiempo en dejarte un comentario, en contarte algo relacionado con tu post. Lo mínimo que puedes hacer es agradecérselo respondiendo.

Compromisos con otros blogs

Si te comprometiste a publicar un post como invitado en otro blog, o a organizar una actividad en conjunto, etc., tienes que cumplir tu promesa. Vamos, lo único que te exime de esa responsabilidad es una enfermedad grave en tu familia o en ti, una desgracia personal inesperada, o tu propia muerte (suena a drama innecesario, pero cuéntaselo a la persona con la que te comprometiste a ver qué dice).

El autor o autora de esa página te cedió un espacio y está dispuesto a compartir sus seguidores contigo. Ha planificado su contenido para que os podáis adaptar los dos. Se ha molestado en decirte exactamente qué cosas debes hacer, enviar, o lo que sea. Tú no puedes cambiar de opinión a última hora o simplemente no enviarle lo que te comprometiste a mandar. Y si por el motivo que fuera no vas a poder cumplir, avisa con antelación.

¿Cuándo debo contestar a emails de trabajo?

Si recibes un email con una propuesta de colaboración, ya sea de una marca, una empresa u otro blog, lo correcto es responder en un plazo de dos días laborables. Tardar más de ese tiempo en hacerlo da a entender falta de seriedad e interés.

No es necesario que respondas concretando nada si no has decidido aún cuál será tu siguiente acción. Basta con que dejes claro que lo has recibido, si te interesa o no, o si necesitas algo más de tiempo.

Y por último…

Si no tienes nada bueno o bonito que decir, no digas nada. Esto sigue siendo válido y más necesario que nunca. En serio, puede que te parezca una gran idea decir lo que piensas sobre alguien o algo, pero no lo es. El mundo ya está lleno de suficiente negatividad y porquería como para que tú añadas más. A todos nos cuesta, porque internet tiene esa facilidad increíble de poder decir cualquier cosa a cualquier persona en cuestión de minutos (y sin consecuencias), pero es hora de madurar y aprender a callarse esa clase de pensamientos.
Como ves, la mayoría de cosas son de sentido común, pero te sorprendería ver cuánta gente no las cumple. A mí me sigue sorprendiendo. Por supuesto, todo lo que he escrito proviene de mi propia experiencia a lo largo de los años como blogger y usuaria de redes sociales.

¿Añadirías alguna otra norma de buen comportamiento en la red?

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