Revista Cocina
En mi última entrada os contaba que tengo asuntos que requieren mi atención inmediata y que iba a dejar el blog aparcado un tiempo para dedicarme a ellos. Me despedía de vosotros hasta "no se cuando" con una mezcla de pena y alivio. Un sentimiento difícil de explicar.
Los asuntos que mencionaba no eran nada preocupante. Estamos a punto de acometer una pequeña reforma en casa y hay que dejar ciertas cosillas preparadas para cuando llegue el momento. Durante unos días he cambiado la cuchara de madera por el martillo con la ambiciosa intención de guisármelo y comérmelo yo solita. Sin embargo, no he tardado en darme cuenta de que lo mío no es la albañilería y he decidido pedir socorro. El viernes pasado vino a casa un "propio" que se encargará de hacer lo necesario en condiciones. Mi casa lo agradecerá y mi salud mental también, jajaja.
A pesar de todo, no tengo previsto publicar mucho en las próximas semanas. El domingo me marcho a Londres a celebrar la Navidad con mi guiri-familia y, desde el momento en que salga por la puerta de casa rumbo al Reino Unido, voy a desconectar completa y absolutamente de todo.
La entrada de hoy tiene poco de receta. Es más bien un consejo de presentación para unas etiquetas comestibles o para un dulce con el que acompañar el café de la sobremesa, para las meriendas de vuestros hijos o un té de media tarde con amigos.
Para su elaboración no se necesita más que el molde para etiquetas navideñas de Silikomart, chocolate y galletas rectangulares.
Preparamos las chocolatinas fundiendo el chocolate en el microondas a golpes de 30 segundos de calor y removiendo entre golpe y golpe para asegurarnos de que no se nos quema. Una vez fundido el chocolate, rellenamos los huecos del molde para etiquetas navideñas de Silikomart y dejamos que se temple antes de introducirlo en la nevera donde se enfriará por completo y endurecerá.
Podemos disfrutar de las chocolatinas tal cual, pero a mí me apeteció pegarlas a unas galletas rectangulares usando, a modo de pegamento, un pegote de chocolate fundido. Una vez frío, la chocolatina no se despegará de la galleta.
También hice unas etiquetas para acompañar unas cajas de galletas de regalo. Perforé un rectángulo de cartulina un poco más grande que las chocolatinas, uní ambas con cinta de raso mediante un agujero y até la etiqueta alrededor de la caja de galletas (como se puede apreciar en la primera foto).
El molde para etiquetas de Silikomart me ha resultado un gran regalo y no me cabe la menor duda de que le voy a sacar mucho partido estas Navidades.
Seguramente a vosotros se os ocurren más usos a parte de estos dos. ¿Los compartís conmigo?