Revista Insólito

Eucatástrofe

Publicado el 25 febrero 2010 por Saerwen

Eucatástrofe
De una de las cartas de Tolkien a su hijo Christopher

Pues acuñé el término «eucatástrofe»: el súbito giro feliz en una historia que lo atraviesa a uno con tal alegría que le hace saltar las lágrimas (lo cual, argüía, es la más alta función que cumple un cuento de hadas). Y llegué a la conclusión de que produce su peculiar efecto porque es un súbito atisbo de la Verdad, la entera naturaleza de uno adherida a la cadena material de causa y efecto, la cadena de la muerte, siente un súbito alivio como si un miembro fundamental dislocado hubiera vuelto de pronto a su lugar. Percibe -si la historia tiene «verdad» literaria en el segundo plano (para lo cual debe verse el ensayo)- que así es como las cosas realmente funcionan en el Gran Mundo para el cual está hecha nuestra naturaleza. Y concluía diciendo que la Resurrección era la mayor «eucatástrofe» posible en el mayor Cuento de Hadas, y produce esa emoción esencial: la alegría cristiana que provoca lágrimas porque es cualitativamente equivalente al dolor, porque proviene de los lugares donde la Alegría y el Dolor son lo mismo, reconciliados al perderse en el Amor el egoísmo y el altruismo. Por supuesto, no quiero decir que los Evangelios cuentan lo que es sólo un cuento de hadas; pero sí quiero decir decididamente que cuentan un cuento de hadas: el mayor de ellos. El hombre en cuanto cuentista debería ser redimido de un modo acorde con su naturaleza: mediante una historia conmovedora. Pero como el autor de ella es el supremo Artista y el Autor de la Realidad, también ésta cobró Ser, tuvo verdad en el Plano Primordial. De modo que en el Milagro Primordial (la Resurrección) y también en los milagros cristianos menores, aunque en menor escala, no sólo se tiene el súbito atisbo de la verdad tras la aparente Anankê de nuestro mundo, sino un atisbo de que es realmente un rayo de luz a través de las grietas mismas del universo que nos rodea. Iba un día en bicicleta no hace mucho frente a la Radcliffe Infirmary, cuando tuve una de esas súbitas sensaciones de claridad que se tienen a veces en los sueños (aun en los provocados por la anestesia). Recuerdo que dije en voz alta con absoluta convicción: «¡Claro! Así es como se producen las cosas realmente!». Pero no pude reproducir argumento alguno que me hubiera llevado a esa conclusión, aunque la sensación fue la misma de haber sido convencido por la razón (aunque sin razonamiento). Y he pensado desde entonces que uno de los motivos de que no se pueda recobrar el maravilloso argumento o secreto cuando se despierta, es sencillamente que no existe: pero había habido (con frecuencia las hay quizás) una apreciación directa de la mente, pero sin la cadena de argumentos de que tenemos conciencia en nuestro tiempo lineal. Aunque no importa cómo ello sea.


Carta a Christopher Tolkien
7-8 de noviembre de 1944
  Es genial, no hay que agregar nada a la explicación del consuelo moral o emocional de los cuentos de hadas, y del mayor cuento de hadas.
Podés descargar las cartas, haciendo click en la tapa del libro. I'm back! 


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