Eva, con tan sólo 3 años, en una foto tomada por su padre en Los Ángeles. BORN THIS WAY BLOG
Recuerdo que papá tomó esta foto en la casa en la que me crié. Siempre fui un marimacho. Me encantaban las gorras de béisbol. De hecho sigo prefiriéndolas a las mujeres.
Supe que era lesbiana cuando caí en la cuenta de que observaba a las chicas mientras mis amigas se fijaban en los chicos. Y, la verdad, para mí salir del armario fue igual de dificultoso de lo puede ser para cualquier gay, salvo por el hecho de que soy discapacitada física y verbal. Esto sin duda lo hizo más difícil, ya que me tengo que comunicar escribiendo en una pizarra.¡Imaginad qué estrés tener que salir del armario poco a poco, letra a letra! Además de eso, no encontré ningún modelo gay/lesbiana que sufriera una discapacidad como yo para poder identificarme, así que me sentí muy sola.
Afortunadamente, cuando por fin di el paso, mi familia y mis amigos asumieron el tema con total naturalidad. Para ser sinceros, estoy bastante segura de que todos ya se lo habían imaginado.
Ahora, de adulta, me abrazo a mi 'rareza' y considero que es solo un aspecto que me hace un ser único. Ser una adolescente lesbiana puede ser muy difícil, pero recordad: hay toda una comunidad que está dispuesta a ayudarte y reconfortarte. Pero es que, simplemente, no podría ser de otra manera en nuestra sociedad.
Con el tiempo encontré otras personas LGTB dentro de la comunidad de discapacitados, pero, fuera de las barreras, os diré algo: Yo soy muy capaz. Soy capaz de compartir mis historias, mis frustraciones y mis alegrías con todas las personas.