Las vacaciones son para consentirse. Y qué mejor fiesta que la comida y las bebidas, disponibles en las porciones que quieras y cuando quieras, si es que tomas un paquete “todo incluido”.
Si le das rienda suelta a tus antojos, no te extrañe regresar a casa con 5 kilos de más.
Para evitar abusos
• Trata de tomar tus alimentos a la misma hora, no te brinques comidas ni llegues a los restaurantes muerto de hambre.
• Evita las comidas rápidas y si te da hambre entre comidas, procura comer jícama o pepino.
• En la mesa trata de no terminarte el pan y la mantequilla que pongan al centro. De entrada es recomendable que comas verduras crudas, que pidas sopas de verduras, platillos a la plancha o al vapor y de postre, frutas frescas.
• Pregunta siempre de qué tamaño son las porciones de los platillos y cómo están preparados. Tal vez puedas compartir si el platillo es grande.
• Si tus hijos tienen hambre antes de las horas de comida o salen de paseo, puedes llevar zanahorias crudas, barras de granola o galletas integrales con fibra o un sandwich con jamón de pavo.
• Prefiere siempre las bebidas que no tengan gas y que sean bajas en azúcar.
• En cuanto a las bebidas alcohólicas, las consecuencias de sus excesos son conocidas. Además de la resaca, puede haber problemas digestivos al día siguiente que se pueden confundir con el hambre.
• Si te gustan mucho las bebidas tropicales, como las piñas coladas o las margaritas, puedes tomarte una para quitarte el antojo, pero no es recomendable tomarlas todo el tiempo. Una piña colada tiene entre 400 y 800 calorías. Es casi lo mismo que si te comieras una hamburguesa.
• Un whisky en las rocas tiene 150 calorías, lo que equivale a una porción de grasa.
• Y recuerda, ¡vas de paseo, no a pasarte la mitad de tu estancia metido en un restaurante! Camina, recorre las ciudades, siente la arena en los pies y disfruta el tiempo en familia al aire libre.
Fuente: Lourdes Zambrano