En Ávila se ha celebrado el XXXVII Congreso de la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica), como suele ocurrir en este tipo de congresos, se tratan temas de interés tanto para los especialistas como para los padres. Una de las cuestiones que se ha tratado es la higiene infantil extrema, es decir, una sobreprotección en la que se pretende evitar a toda costa que cualquier bacteria pueda atacar a los bebés o niños, los padres realizan una constante vigilancia de todo lo que entra en contacto con los niños y la limpieza se convierte en una obsesión, hasta el punto de que casi se vive en un ambiente aséptico.
Vivir en un ambiente con estas características en el que apenas existe riesgo de infección trae consecuencias, como un menor desarrollo del sistema inmunológico o el incremento del riesgo de sufrir diferentes tipos de alergias. Los expertos recomiendan evitar la higiene infantil excesiva, algo que se asocia al progreso y la occidentalización, no es de extrañar que el índice de niños que sufren alergias se incremente año tras año, la limpieza extrema es una de las causas que contribuyen a ello junto a la alimentación y la contaminación. Según los especialistas y hablando del asma infantil, el número de casos se ha duplicado en los últimos 30 años.
La higiene extrema, la ausencia de gérmenes, las medidas preventivas como la vacunación, la ausencia del riesgo de infecciones, etc., forman un cóctel que facilita que el sistema inmunológico no active las defensas y además se favorecen las alergias. Algunos estudios muestran que la exposición de los niños a determinados gérmenes del medio ambiente facilitan que el sistema inmune se desarrolle y el organismo sea más fuerte y esté mejor preparado, en consecuencia, también se reduce el riesgo de sufrir determinadas infecciones y padecer alergias. Los especialistas nos hablan de los niños de los países en vías de desarrollo, viven en un ambiente cargado de gérmenes y con carencias sanitarias, los niños nacen con la respuesta inmunológica TH2, son células que favorecen diversas situaciones clínicas como las infecciones virales o las alergias. Sin embargo, estas se convierten en TH1, un tipo de células (lifocitos) que juegan un papel muy importante en el sistema inmunológico, siendo esenciales para combatir infecciones y reducir la incidencia de alergias.
Como decíamos, son varias las causas que facilitan el aumento de las alergias, si las restamos en la medida de lo posible, el riesgo de alergias se reduce. Contaminación, alimentación y ambientes extremadamente higiénicos afectan a los niños desde que son concebidos, algo lógico, ya que la futura madre vive en este tipo de ambiente, el sistema inmunológico de los futuros bebés se desarrolla con menos capacidades. Algunos informes determinan que la prevalencia de los casos de alergias infantiles son mayores en las familias que tienen ingresos más elevados, en cambio los niños de familias con economías más deprimidas y que viven por debajo del umbral de la pobreza, sufren menos alergias. Si se habla de alergias respiratorias, un 18’3% de los niños de familias pudientes sufren este problema, frente al 14’9% de niños de familias con economías limitadas.
En definitiva, la limpieza extrema es un condicionante para sufrir alergias, aunque la limpieza es importante, no hay que ser extremista, en vez de proteger a los niños se les está privando del fortalecimiento del sistema inmunológico y en consecuencia se incrementa el riesgo de sufrir diferentes problemas de salud a largo plazo. Sobre este tema hay mucho que hablar, sería interesante valorar qué nivel de contaminación bacteriológica es asumible sin que afecte a los niños. A través de la página oficial de la SEICAP podréis conocer más detalles sobre las alergias infantiles y las medidas preventivas que se pueden adoptar.
Foto | Crystal kirk
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Evitar la higiene infantil excesiva