Muchos padres siguen sin prestar atención a las categorías que llevan las películas para determinar aquellas que no están indicadas para ser vistas por los más pequeños de la familia, y es algo que los puede llegar a afectar en varios aspectos dado que los niños se impresionan y por ejemplo, pueden luego encontrar problemas a la hora de dormir, lo que no sucede cuando miran solamente películas específicamente indicadas para ellos.
Un nuevo estudio que se llevó a cabo sobre niños en edad preescolar demostró que los pequeños pudieron dormir mucho mejor en los casos en los que los padres redujeron la exposición a las películas no recomendadas para menores por ser muy violentas, o por ser inadecuadas en su contenido a horas muy tempranas del día, comparados a aquellos otros que no recibían indicaciones sobre el tipo de material que podían ver o no, teniendo acceso a mirar cualquier cosa.
Los autores alentaron a los padres a que regularan el contenido que miraban sus hijos, eliminando del panorama aquellos programas con violencia y los resultados positivos se pudieron ver al cabo de apenas unos meses, ya que esos niños eran nada menos que un 20% menos propensos a sufrir de algún tipo de trastorno del sueño, comparados a aquellos otros niños que podían verlo todo, ya que sus padres no habían recibido el consejo de regulación.
Michelle Garrison, coautora del estudio del Instituto para la Investigación Infantil de Seattle, indica:
“Algo fascinante es que las familias quisieran hacer esos cambios, que no demandan ir al médico ni a otra casa”.
Durante el estudio se contó con la participación de familias con hijos con edades entre los 3 y los 5 años, en total participaron 565 pequeños con sus familias, y se los dividió en dos grupos al azar, en el primero los adultos recibieron instrucciones, 276 niños en total vieron modificados sus hábitos de consumo de contenido durante seis meses, mirando solamente programas saludables y adecuados para su edad como “Plaza Sésamo” o “Dora la Exploradora“. El grupo de control estuvo formado por 289 niños, no se indicaron diferencias en el contenido visual que recibían, pero si consejos sobre el mantenimiento de una dieta saludable.
Las familias debieron registrar la calidad del sueño de cada uno de sus hijos y los programas que miraban, respondiendo encuestas al comienzo del estudio, a los seis meses, a los doce y a los 18 meses de comenzado el mismo. Los resultados indicaron una mejora paulatina en la capacidad de conciliar el sueño y tener un descanso reparador en el grupo que miraba televisión acorde a sus edades, el equipo de control se mantuvo igual, y los expertos se vieron en condiciones de confirmar que el tipo de programas que consumen los niños durante el día influyen de manera directa sobre su descanso, calidad y cantidad.
Vía | Terra
Foto | anjanettew de Flickr
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Evitar que los niños miren películas violentas los ayuda a dormir mejor