En 2009, Kylie Bisutti alcanzó su gran sueño de incorporarse al privilegiado elenco de ángeles de la marca de lencería Victoria´s Secret, tras imponerse a más de 10.000 candidatas. "Ser ángel de Victoria´s Secret era mi mayor objetivo en la vida, es lo que siempre perseguí en mi carrera", ha confesado. Pero muy pronto ese sueño se convirtió en pesadilla.
En 2011, Kylie estaba realizando una sesión para una revista cuando el fotógrafo empezó a darle indicaciones: "Súbete más la camiseta"; "hazlo cómo si no llevases ropa interior"; "esto es lo que hacen las modelos de Victoria´s Secret"; "si quieres ser como Gisele, esto es lo que debes hacer". Esa misma noche, Bisutti rompió a llorar. "Estaba en mi habitación, me puse de rodillas y comencé a rezar: Dios, ¿por qué me hiciste ganar el concurso de Victoria´s Secret si me iba a sentir de esta manera? No estoy honrando a mi marido. ¡Solo quiero respuestas!".
En un artículo publicado en el New York Post, Kylie ha relatado ese infierno: “Cuanto más me convertía en modelo de lencería -y mostrar lencería no es ir vestida- me sentía cada vez más incómoda porque entraba en colisión con mi Fe. Soy cristiana, estoy leyendo más la Biblia y esa lectura cada vez me convence más. Ésta es una industria muy tentadora, y reconozco que he caído en demasiadas cosas en las que no habría querido caer".
Todo esto lo cuenta también en un libro que acaba de publicar: No soy un ángel: de modelo de Victoria´s Secret a modelo de conducta. Ahí llega a afirmar: "Me estaban pagando por quitarme la ropa y posar provocativamente para estimular a los hombres. Ya no se trataba de ser una modelo de ropa; me sentía como un trozo de carne". También lanza más de un dardo sobre el mundillo de la moda: "Me pidieron que minimizase mi matrimonio... porque debía flirtear con todo el mundo todo el tiempo".
Finalmente, Kylie decidió abandonar su sueño dorado en esa firma de ropa para salvaguardar su matrimonio: "Mi cuerpo sólo debe ser para mi marido. Eso es algo sagrado. Quiero que mi matrimonio sea sagrado, porque los índices de divorcio en Estados Unidos son altísimos y quiero hacer todo lo posible para que mi matrimonio sea feliz".
En una entrevista televisiva ha añadido también: "No quería ser un modelo defectuoso por las chicas jóvenes, porque había un montón de jóvenes cristianas que me seguían y que pensaban que estaba bien pasearse y lucir su cuerpo en lencería a los chicos".
También ha anunciado que va a lanzar su propia línea de ropa, que será "cristiana y decente". Sin duda, hay también un nicho de mercado para una moda más modesta y elegante. El pasado mes de febrero se celebró en Florida la primera Christian Fashion Week y la revista Eliza lleva años haciendo un periodismo sobre la moda desde un prisma más familiar y ético. ¿Será Kylie un nuevo "modelo" para las chicas que quieren triunfar en la pasarela? El tiempo lo dirá.