"Las medicinas tradicionales chinas tienen una larga historia, pero los consumidores de hoy tienen que prestar atención a los aspectos legales y de salud antes de que las adopten como una opción en el tratamiento", dijo Michael Bunce, uno de los investigadores.
Las 15 muestras de medicinas tradicionales chinas, confiscadas por funcionarios aduaneros australianos en forma de polvos, tabletas, cápsulas y tés herbales fueron examinadas usando el ADN preservado en esas muestras.
"En total encontramos 68 familias de plantas diferentes en las medicinas que son complejas mezclas de especies", indicó Bunce.
"Algunas de estas medicinas tradicionales contenían plantas del género Efedra y Asarum", añadió. "Estas plantas contienen químicos que pueden ser tóxicos si se los ingiere en una dosis equivocada, pero ninguna de estas medicinas traía una lista de las concentraciones de esos ingredientes".
Bunce añadió que los científicos también encontraron trazas de material de animales que están clasificados como vulnerables, en peligro o en peligro grave de extinción como el oso negro asiático y el antílope del Saiga.
Hasta ahora había sido difícil determinar los orígenes biológicos de los ingredientes en las medicinas tradicionales chinas porque el procesamiento para convertirlas en píldoras o polvos hace difícil esa identificación.
La estudiante de doctorado Mega Coghlan, quien estudia la aplicación de técnicas de ADN en usos forenses con la vida silvestre, dijo que la investigación ha mostrado que la secuencia de alto rendimiento es una forma efectiva, y eficiente en cuanto a costos, para auditar la composición de las especies.
Los investigadores esperan que más pruebas con las medicinas tradicionales chinas revelen la extensión del problema y faciliten a los empleados aduaneros la identificación del tráfico con especies amenazadas.
"La creciente popularidad de estas medicinas ha hecho que el valor de esta industria llegue a varios cientos de millones de dólares anuales", indicó el artículo.
Según Coghlan, las pruebas identificaron en múltiples muestras de esas medicinas el ADN de animales cuyo tráfico está restringido según la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas.
"En pocas palabras, esas medicinas tradicionales no son legales", añadió.
Otra preocupación que surge de esta investigación es la información equivocada o engañosa en las etiquetas de las medicinas tradicionales chinas, por la cual los consumidores no se enteran de la presencia de algunos ingredientes, o de alérgenos potenciales como la soja o las bayas.
"Un producto que según la etiqueta contenía 100 por ciento de antílope del Saiga en realidad contenía cantidades considerables de ADN de cabra y oveja", señaló Bunce. "Otro producto identificado como píldoras de Mognan Tianbao contenía ADN de ciervos y vaca, y esto último puede violar incluso ciertas prohibiciones religiosas o culturales".
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