
Reinhart y Rogoff publican un artículo en la American Economic Review, Papers and Proceedings en donde que se afirman dos cosas:
1. Niveles altos de deuda están asociados con bajos niveles de crecimiento. Hay una alta correlación. No hablan de causalidad, aunque pueden leerse párrafos en los que parecen pensar que sea en sentido "deuda implica no crecimiento".
2. Cuanto mayor es el nivel de la deuda, menor el crecimiento. La relación es "suave" hasta un nivel de deuda del 90%, donde el cambio es drástico y se pasa a muy poco crecimiento o a decrecimiento.
Herndon, Ash y Pollin encuentran fallos en el artículo:
1. Un error de cálculo.
2. La exclusión de algunos casos de la muestra por razones no convincentes.
Se dice que el problema es grave porque ese artículo es una referencia para las políticas de la Troika.
Estas son las cosas que debemos tener en cuenta:
1. El artículo fue publicado como Proceedings de una Conferencia de la American Economic Association, es decir, no en una publicación con revisión por pares, sino en el resumen de la conferencia. Sus conclusiones debían tomarse con cautela a la espera de su revisión.
2. Incluso una publicación en una revista con revisión por pares no debe tomarse inmediatamente como la última palabra. Es el primer paso para su posible aceptación. Debe acumularse más evidencias (replicación del resultado por otros autores, para empezar).
3. En este caso se encontró un error. Es lo bueno de comprometerse con el método científico, que permite corregir errores. Errores se han cometido y se cometerán siempre. Lo importante es tener un método de corrección.
4. El error elimina la conclusión sobre el techo del 90% de deuda, pero no elimina la primera conclusión, que está perfectamente documentada en muchos otros estudios. Aquí Pedro Tarrafeta nos resume algunos y de paso nos explica muy bien por qué esos límites deseables del 60% de deuda y 3% de déficit.
5. A partir de aquí quedan las implicaciones sobre las políticas económicas. Si la Troika basaba sus recomendaciones en este artículo y únicamente en él, desde luego eso constituye un error de primera magnitud. Las políticas deben basarse en evidencias. Sin ellas se basarán en intuiciones, ideologías, prejuicios y demás sesgos cognitivos.
6. ¿Es ese el caso? No lo sé. Pero convendría no sacar la conclusión contraria, que no hay que preocuparse de los déficits y la deuda. No solo los estudios históricos y teóricos nos indican las nefastas consecuencias de no controlarlos, sino que le hemos visto las orejas al lobo al sufrir con la prima de riesgo y las dificultades de financiación para España.
7. La obsesión de la Troika por hablar casi exclusivamente de la contención de los déficits tiene dos posibles interpretaciones. (i) Realmente solo quieren recomendar esa actuación de política económica y (ii) Están dispuestos a un Plan Marshall para el sur de Europa, pero quieren imponer antes un mínimo de disciplina (en contención de deuda y en reformas estructurales).
8. Esto último entra ya en el terreno de la especulación y de la negociación política y se escapa del análisis económico. Con todo, yo me atrevería a decir que alguna versión del caso (ii) se acabará imponiendo, aunque no fuera lo que se tuviera en mente.
9. La alegría de un Plan Marshall para el sur de Europa es que serían transferencias enormes de recursos del norte al sur. A la larga mejorarían también al norte, pero no deja de ser una transferencia.
10. El punto anterior está escrito desde el optimismo. Plan Marshall, políticas de crecimiento, estímulos... Lo malo es que nadie sabe muy bien qué significaría esto en nuestro caso. Tras la Segunda Guerra Mundial había un uso muy claro que hacer de los recursos, con tanto trabajo en la reconstrucción. ¿Estímulos en España? No quedan autopistas ni aeropuertos por hacer, ni siquiera polideportivos en los pueblos. La pregunta del millón es ¿dónde se invertirían con provecho los recursos que vinieran a España? ¿quién lo sabe? ¿el Estado? ¿las CCAA? ¿los ayuntamientos? ¿las empresas? ¿cuáles? Me temo que este gobierno no tenga un plan y tampoco veo a la oposición con ideas. Sin ideas claras ¿quién nos va a dejar dinero?
11. España necesita un proyecto en el que participen gobierno y oposición si quiere mostrar credibilidad ante Europa. Parece pedir peras al olmo.
12. Entretanto los economistas hacen bien en examinarse unos a otros y en buscar propuestas de consenso. La mejor vacuna contra los sesgos personales (y en una ciencia donde tan a menudo faltan datos como en la Economía estos sesgos son siempre un riesgo) es la supervisión mutua, la revisión por pares y la comunicación continua. Cuando coinciden economistas de varias tendencias políticas en análisis y propuestas, más confianza darán. En Nada es Gratis tenemos un ejemplo de ello. Aquí Garicano explica el tipo de propuestas que se han defendido tras dar su análisis del caso Reinhart y Rogoff.
Cuatro enlaces más sobre el tema: El País, Krugman, Politikon, Juan Urrutia.
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Hace tres años en el blog: No seas Cedro: da y extiende
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