A unos 30 min. y pocos Kilómetros de Barcelona, (y desde Montmeló unos pocos menos), se encuentra el Parque Natural del Montseny.Siendo el macizo más elevado de la Cordillera Prelitoral Catalana, está declarado Reserva Mundial de la Biosfera, y es el más antiguo de los 11 parques naturales que hay en la región.Pero todo esto no son más que datos, que podéis encontrar en cualquier página dedicada a tal maravilla de la naturaleza. A nosotros, que siempre nos gusta experimentar y descubrir, todo esto se nos queda corto. Nada mejor que coger el coche e irnos a disfrutar de la naturaleza, y recrear la vista con paisajes de película. Además, el otoño es la estación más espectacular, no os imagináis la variedad de colores, y el impresionante manto de hojas que lo cubre todo.Qué, os apuntáis? :)
Llegar hasta nuestro destino es muy sencillo. Circulando por la AP-7 dirección Girona, abandonamos la autopista a la altura de Sant Celoni. Perfectamente señalizado, es difícil perderse en este precioso parque natural. El territorio del Montseny incluye varios pueblos y puntos interesantes.
Hoy nosotros nos dirigirnos hacia un punto en concreto, el
Pantano de Santa Fe del Montseny (os lo hemos marcado en un círculo en el plano, extraído de Google Maps).En el punto de partida se encuentra un Centro de Información Turística, donde te proporcionan folletos con información del parque y datos sobre su vegetación, fauna y otras curiosidades.En el exterior, un gran merendero con arboles de dimensiones descomunales (son secuoyas), marca el punto de partida-llegada (pues es una ruta circular).Iniciamos el recorrido, de una hora aprox. y totalmente señalizado. Nada más iniciar el camino empiezas a sentir que estas en un lugar de belleza singular. Detenerte, observar el entorno y a la par, respirar aire puro de montaña.... indescriptible!!!Lo mejor del camino es ir disfrutándolo, pues encontramos una gran diversidad de vegetación, muy frondosa. Santa Fe es una muestra perfecta de la variedad vegetal que forma el Montseny. A medida que avanzamos hacia el pantano vamos encontrando saltos de agua y pequeños riachuelos, que nos van marcando el camino.Los "urbanitas" estamos acostumbrados a los pequeños árboles de ciudad, los estándar que plantan en cualquier acera de cualquier calle. Cuando llegamos a un lugar así, y nos encontramos con estos ejemplares de la naturaleza, "alucinas", sin más.
En nuestro camino hacia el Pantano nos cruzamos con un rebaño de ovejas y un simpático pastor. Lo que para él no era más que rutina y trabajo, para nosotros fue un momento de autenticidad y retorno a un pasado no muy lejano. Un poco más adelante nos encontramos una pequeña choza de troncos. No sabemos su utilidad (si es que la tiene), pero seguramente l@s niñ@s que visiten el lugar se la sabrán encontrar.
Y llegamos al pantano! caminamos sobre su presa, desde donde se aprecia sus dimensiones y limites. Es curioso ver el nivel del agua, las marcas en los limites nos muestran como ha descendido y hasta donde ha llegado en otros tiempos.
Tras bordearlo, volvemos al camino que nos llevará a nuestro punto de inicio. Seguimos disfrutando de las maravillas naturales que transmiten sosiego, tranquilidad y paz. La paleta de colores que muestra su flora es increible: verdes, marrones, rojizos... todos en diferentes tonalidades. No te los acabas! Y siguiendo el camino vamos volviendo al punto de inicio. Esto se acaba! Pero lo acabamos con un gran sabor de boca, maravillados por todo lo que hemos tenido ante nosotros y porque si volvemos en otra estación del año, seguramente descubriremos un paisaje totalmente diferente. Santa Fe es un lugar espectacular, para disfrutar en familia, en pareja, con hijos o con perros. Un lugar en el que aprender a amar la naturaleza y el respeto por el entorno natural.