Otra manifestación unitaria del Sindicato Vertical más a la que voy. A este paso, me planteo pasarme por uno de sus palacios a preguntar qué hay de lo mío.
La plaza de Colón de Madrid un sábado de verano es un lugar bastante turístico. Alabo el acierto de los camaradas locales en apuntar tal escenario para concentrar a representantes sindicales y solidarios con tiempo libre de todo el país. Por ahí tienen la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico, el Museo de Cera, varias galerías comerciales, un montón de terrazas donde refrescar el gaznate y por supuesto, las tiendas exclusivas de la calle Serrano a tiro de piedra.
El único problema que le veo a organizar ahí la Revolución Socialista de Octubre es que con la cantidad de turistas que hay, va a parecer que muchos de los que se tumbaban en la hierba o andaban sacando fotos, no eran solidarios trabajadores públicos machacados por el neoliberalismo o precarios jóvenes con móviles de última generación (pero con tarifas de voz y datos a precios fascistas). Claro que a la hora de contar asistentes (uno de los deportes más entretenidos de nuestros camaradas de las centrales sindicales), la cifra puede ser engañosa.
Para solventar tal dificultad, los compañeros de lucha iban vestidos con camisetas de colores. Sí, como las de los críos en los campamentos de verano. Además, ir con las mismas camisetas y con banderas facilita a los grupos la organización: que si quedamos para comer en el vips, que si vamos al Cortinglés a comprarle un pantalón al chaval que se quedó en el pueblo. Nada que objetar.
Al ser una concentración en que se reunían grupos de aplastados por el sistema de toda la Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas, muchos aprovecharon el día para hacer unas compras, sacarse fotos con algún monumento, etc. Que el barrio de Salamanca, cuando hace sol, es un sitio muy visitable. Además, si la marcha obrera contra el fascismo que nos asfixia viene por el Paseo del Prado, tienes una ruta monumental que ni los buses de dos pisos para los guiris. Quita, quita. Mucho mejor que la policía opresora te corte la calle para ti y tus primos, andando se va de lujo. Quizás mucho sol, eso sí. Pero hasta ahí nuestros camaradas del comité de organización no pueden llegar. Todavía.
¿El contenido de las proclamas? Teníamos el pack básico: el PP nos lleva a la ruina, se están haciendo recortes malísimos, queremos un referendum para votar en contra de la austeridad, Borbón al paredón, etc. Da igual que el ritmo de gasto público haya aumentado. Da igual que no exista una relación entre gasto en educación y resultados académicos. Lo que importan no son los resultados de las políticas, sino mantener la preeminencia de lo público sobre lo privado y asegurar puestos de trabajo que expulsen a la competencia y así mantener el poder de las centrales obreras.
Sería injusto decir que desde la última manifestación no ha habido progresos intelectuales en las justas reivindicaciones de los representantes del pueblo trabajador: últimamente va asentando un mensaje novedoso de odio a Alemania. Así lo atestiguan algunas pancartas y comentarios soeces en los bares de la zona.
Y qué deciros del gustazo de ver a tanta tele grabando. Que los de la tele solo vinieron al pueblo cuando el Raimundo le abrió la cabeza con un palo al viudo de la Angelines por cortarle el melocotonero. Y para eso que era solo el segundo canal autonómico.
Por la megafonía, la juventud (¡cómo son los jóvenes!) insistió en poner los últimos éxitos de cantautores de los setenta. Y Ana Belén con "La muralla", cuyo novedoso y revelador mensaje a todos nos sulibeya.
Tema banderas (otro de los grandes deportes sindicales): segunda república, unión soviética, las de los sindicatos, autonómicas modificadas con estrellas rojas o similares y nada más.
Notas sueltas: los de la UCE vendiendo su periódico, que son como los cienciólogos con sus medidores de karma. Gente con barba larguísima (sin duda, magos) hablando de extraterrestres y jóvenes ojerosos combatiendo la resaca del viernes trasegando litronas.
En definitiva, sin duda el mensaje le ha llegado a "la Merkel". Por si no le ha llegado, el 25 se va a rodear el Congreso de los Diputados. La prima de riesgo se va a cagar y va a bajar ocho mil puntos. U ochenta mil. Al diablo, que prohíban la prima de riesgo. Todo se puede hacer con leyes que den forma a la realidad. Que modifiquen la realidad para poder pagar tomografías con buena fe, por ejemplo. Y que fortalezcan el statu quo de los sindicatos, que a eso hemos venido. A pasar el cazo.