Revista Deportes

Excusas ante la falta de talento

Publicado el 13 agosto 2011 por Marianofusco

Los actos de violencia son costumbre y ya no sorprenden más en nuestra sociedad. El fútbol, siempre fiel reflejo de lo que ocurre en los países (ver casos España e Inglaterra), no es una excepción aquí en Argentina.

El año pasado, mientras se desarrollaba un partido de la Copa Sudamericana entre Independiente y Defensor Sporting, una persona, de dudoso estado psíquico hirió al arquero Silva con un piedrazo. Tras varios minutos de atención, el partido se reanudó y quedó para la anécdota.

Ya en este año, River sufrió en la Promoción ante un Belgrano que cerró su mayor hazaña. La historia es conocida y a falta de un escándalo hubo dos: primero, un ingreso preconcebido por una fracción de la barrabrava y en la vuelta, un escándalo adentro y afuera del campo provocando destrozos y enfrentando a la policía. Durante más de una semana se habló de sanciones y con motivo de la Copa América, la AFA hizo oídos sordos y aplicó su “Todo Pasa” frente a la agenda mediática. El tema se reflotó en estos días (¡pasó más de un mes!) y todo indica que no habrá sanciones.

El domingo pasado, un hincha de Olimpo escupió a Riquelme cuando iba a ejecutar un corner en el aburrido cero a cero que ofrecieron Boca y el aurinegro. El hombre en cuestión recibió una pena de derecho de admisión a un espectáculo deportivo de por vida. Repasemos, los otros casos de derecho de admisión en los últimos años fueron a barrasbravas por escándalos repetidos y algunos hasta con procesos judiciales (casos Di Zeo, los Schlenker).

Habrá que preguntarle a un niño de diez años qué acto es peor. O en su defecto, cuál es el menos grave y estoy seguro que tendrá más lógica su opinión. Pero la AFA no sanciona por el acto, sino por las posibles consecuencias que puede llevar. Este caso es el más fácil: un hincha común de Olimpo ante un club grande como Boca. La “solución” es tomar al perejil y querer mostrar que aquí se cumplen las reglas.

La sanción en sí no es mala. Escupir es un acto netamente cobarde y maligno, pero suena irrisorio que en un mundo donde todo vale, sea señalado con tanta severidad. La parte que no critica ni multa la AFA es la del negocio, para clubes o para la misma institución. No hay un criterio firme que se respete y su utilice para explicar el veredicto. Hoy es sanción, mañana no pasa nada porque la víctima es el tres de San Martín de Tucumán.

El arrojar proyectiles es usual en muchas canchas, por ejemplo, en el corner del estadio de Racing, los visitantes en La Bombonera o la platea de Colón. No puede ser que se sancione si el que arroja tiene buena puntería o no. No puede ser que un acto merezca sanción según un centímetro o dos.

Los castigos son otro tema para analizar. Nunca bajó el nivel de violencia por quitar puntos, una multa económica o suspender el estadio. Infligir al club tampoco tiene sentido. Es casi tan estrafalario como apuntarlo por el ingreso de cientos de bengalas cuando hubo un previo “control” policial (ejemplo, Vélez). Sin embargo, no son excusas para aplicar el “Todo Pasa”, sino que son motivaciones para afrontar el tema y condenar a las PERSONAS. Trabajo comunitario, detenciones o la propia cárcel serían más reales.

En política, bajar la edad de imputabilidad resulta una demencia porque en el fondo, busca evitar el problema principal: la educación. En fútbol, sancionar al club es una manera de tapar el problema de raíz: los barras.

Personalmente, me genera impotencia, bronca saber que esto es así y que nada se puede hacer por cambiar. Ni una manifestación, ni una carta documento, ni un fracaso deportivo parece cambiar esto. Y me lleva a pensar: ¿será verdad eso que dicen que los políticos reflejan a la sociedad? Y me respondo: ¿o será que la sociedad actúa con los límites que proponen los políticos?


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas