No es una cuestión puramente bíblica, sino que más allá de la fe, la resurreción es una cuestión que ha estado y está sobre la mesa de los científicos y de los médicos de todos los tiempos. Nuestro deseo de alcanzar la vida eterna, o mejor que eso, de no morir, nuestro temor a la muerte y a perder a quienes más queremos nos ha llevado a hacernos innumerables preguntas acerca del misterio de la muerte, pero ninguna de estas cuestiones ha conseguido terminar con una respuesta clara ni se tienen evidencias científicas de ninguna.
El sueño de la investigadora sudafricana es combatir el hambre y la pobreza, y para ello ha dedicado dos décadas a estudiar los secretos de las llamadas plantas de la resurrección. Tras meses de sequía en los que aparentemente quedan secas y sin vida, estas plantas tienen la capacidad única de revivir con las primeras lluvias.
Estos seres vivos fascinan a Farrant desde la niñez y tienen, según la botánica, la clave genética para lograr cultivos verdaderamente resistentes al gran enemigo de millones de agricultores en el mundo: un largo y devastador período de sequía.
“Solía pasar horas en la Naturaleza. Vi unas ramas secas que salían de unas rocas y un par de días después, luego de una lluvia, volví al mismo lugar y vi que las ramas tenían hojas verdes. Se lo conté a mi padre que era agricultor, pero no me creyó”.
Fuente: BBC
Si la ciencia no la conseguido dar respuesta a la incógnita de la resurrección humana o animal, tampoco ha sabido hacerlo en cuanto a la capacidad de revivir de unas plantas, que, aún tras sufrir meses de sequía y un clima realmente pésimo y peligroso para cualquier cultivo, al poco consiguen resucitar. Un hecho que quita el sueño a una científica surafricana, pero en el buen sentido, y es que si se lograra entender cómo sucede este fenómeno, podría haberse encontrado una importante vía para paliar el hambre en el mundo.
No por ser unos vegetales son menos seres vivos, y la vida y muerte de las plantas tienen una importancia vital para la supervivencia humana, ya que de ellas sale el alimento que nos llevamos a la mesa, el alimento para los animales que constituirán, en una dieta omnívora, nuestros recursos cárnicos, y hasta las medicinas. Ni qué hablar del filón que encontraría la cosmética en estas plantas. Sería casi como hablar de un auténtico milagro, a gran escala el que podría tocarse si se descubriera el secreto de las plantas de la resurrección.
Aparentemente están muertas, y es que llegan a perder hasta el 95% del agua que contienen. Pero eso no las impide resurgir de sus cenizas y volver a respirar de nuevo. El milagro se produce entre 12 y 72 horas después de la lluvia, pese a que se trate de plantas que llevan años muertas. Un nuevo misterio para la ciencia.