Hace unos pocos meses me habló de Exit, una pieza que estaba escribiendo. La había pensado en principio como una obra para Microteatro (unos quince minutos de duración, ya sabéis), pero estaba trabajando en una nueva versión de una hora aproximadamente, y quería encontrar el lugar adecuado para presentarla. Anna habla de sus proyectos y sus trabajos con una pasión desmedida, con una intensidad desbordante y contagiosa. Y quería que Éxit fuera algo muy especial, porque creía en esa obra y en ese proyecto con una fe infinita. Esa es una de sus virtudes: hacer de sus trabajos el principal latido de su vida, por pequeños e insignificantes que parezcan.
No hay más que bucear un poco por internet en torno a Exit -su making of, los ensayos, las grabaciones para unos segundos de proyección en la obra- para percibir la pasión que ha puesto en esta pieza. Ha sido minuciosa en la búsqueda de actores; quería que tuvieran al tiempo carisma, calidad y poder de reclamo; ha querido que todo tuviera un nivel de gran producción (el vestuario, por ejemplo, es de Ana Locking) y me consta que se ha dejado el sudor y la piel en la obra.
Exit se representa este mes de julio en Microteatro (en la sesión golfa de miércoles a sábado). Nos cuenta la historia de tres personas que se quedan una mañana atrapados en el ascensor del edificio en el que viven; son vecinos, pero tres perfectamente desconocidos. A los tres les angustia la situación por diversas razones, y los nervios hacen que surjan chispas... Y también que cada uno exponga sus miserias y sus desamores... Es un texto divertido, fresco, por momentos punzante, interpretado con calidad por Fátima Baeza, Antonio Zabalburu y Lorena Berdún. Es la primera dirección de Anna, pero seguro que no será la última.