Voy a empezar con el testimonio de Twitter para luego acabar con un breve comentario.
Voy a hacer unos pocos tweets sobre #ExodusPelicula que era una película en la que tenía esperanzas
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
1º Llega después de Noé de Aronofsky. Ambas demuestran que la 1ª fila de Hollywood se distancia del fondo de los clásicos #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
2º Relación de un hombre con Dios. C/ mayúscula xq este Moisés es ateo y habla con un dios que es el de un pueblo extraño #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
3º R. Scott hace una épica sin sentimiento. La apatía de su Moisés, sin horizonte en el que confiar. #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
Recibe una misión de Dios pero solo es espectador de las plagas. Un héroe que no hace nada no es ni protagonista ni nada #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
4º Parece que los secundarios van a hacer algo pero… nada. Ni Aaron Paul ni Ben Kingsley. El pueblo es un plano general #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
5º El momento que me emocionó fue la muerte del hijo del Ramsés (la plaga que afecta emocionalmente a un personaje) #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
6º Abusa de planos aéreos: el Gran Egipto no parece mas que un pueblo. Se desaprovecha la magestuosidad de una civilización #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
6º Noé (Aronofsky) arriesgó más en planteamiento pero se va a la deriva cuando hace espectáculo #ExodusPelicula es más consistente pero sosa
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
Y ya está. Igual he sido demasiado duro y solo era una peli para pasar el rato. #ExodusPelicula
— H264 (@FTGaps) December 8, 2014
Y después del testigo de Twitter creo que me quedo con Noé. Ninguna de las dos historias me emocionó y creo que es necesaria la emoción para estar ante una buena película. Hay historias aparentemente sencillas que funcionan porque emocionan y que no por ello son simples o facilonas. Todo lo contrario. Hoy en día, es incluso más difícil emocionar por la saturación de historias. Ahí está el nuevo anuncio de Loterias de Navidad que pretende contar una historia desgarradora (perder la oportunidad de ganar) con final de redención (siempre hay alguien que comparte la ilusión) pero que resulta artificial por mucho que le meta una fotografía y una música indie.
Y como ninguna de las dos películas cuenta una buena historia ambas inciden en cambiar la concepción que teníamos de Moisés y Noé. Ahora son gente oscura. Moisés, un guerrero que no cree en Dios porque es autosuficiente y Noé, un atormentado creyente que ve como su Dios le debe aniquilar porque es lo mejor para este mundo. La libertad del hombre solo trae destrucción y no merece salvación viene a decir Aronofski. Eso sí, Noé cuenta con una experiencia visual en ocasiones de alto nivel.
A Exodus le falta chicha, aunque me gustaron algunos momentos. Me parece inteligente por parte de Ridley Scott que el sacerdote de Ramsés intente explicar científicamente la existencia de las plagas con argumentos plausibles porque cierto público de la película piensa con igual escepticismo. De hecho la actitud de Moisés responde a un actuar de autosuficiencia y no logra transmitir emoción por la misión que ha recibido. Vamos, que yo por su capacidad de arrastre no dejo un techo para meterme en el desierto porque aunque sea esclavo tengo pan y agua. Quizá el último tercio, desde la última plaga en el que se asesina a todo hijo predilecto, dignifique un tanto la película ya que como consecuencia Ramsés (el antagonista) se encara a Moisés. Es curioso cómo hasta que el mal no hace acto de presencia, una historia no tiene ningún interés. Y el problema es que en Exodus el “mal” (el enemigo, el polo negativo) está en el aire casi toda la película y Ramsés que debería encarnar ese “mal” desde el comienzo de manera activa, no lo hace decentemente hasta el final. Ese “mal en el aire” es Dios, pero como está tan poco definido por los guionistas, no es más que espectáculo (que si al menos fuera una montaña rusa pues lo vivimos en nuestras propias carnes).
Ridley Scott creía en lo que estaba contando con Gladiator, o al menos eso transmitía. Pero no pienso que crea en la historia de Exodus. Y para contar esta historia no hay que ser ni creyente ni ateo, tan solo creer en los personajes.