La expedición científica y política de Alejandro Malaspina fue desarrollada durante los años 1789 y 1794 con el propósito de trazar cartas hidrográficas, cartografiar las costas, incrementar el conocimiento sobre ciencias naturales (botánica, zoología, geología), y realizar observaciones astronómicas. Partió de Cádiz, recorrió el litoral occidental de América, y cruzó el océano Pacífico, visitando las islas Filipinas, Nueva Zelanda, Australia y el archipiélago de Vavao.
ALEJANDRO MALASPINA
Alejandro Malaspina nació en 1754 en Mulazzo, perteneciente a una familia aristocrática de Parma y de educación muy esmerada. Siendo joven fue ordenado caballero de la Orden de Malta y combatió a los piratas berberiscos en el Mediterráneo. En noviembre de 1774 y a la edad de 22 años ingresó en la Escuela de Guardiamarinas de Cádiz.
Se distinguió por ser uno de los alumnos más aventajados del Curso de Estudios Mayores, el ambicioso programa docente que incorporaba las matemáticas newtonianas, la astronomía náutica y la física experimental.
En pocos años se había conviertido en un experto marino y combatiente de mérito, llegando a ser capitán de navío y uno de los mejores marinos de la Armada española.
Entre sus méritos destacaron varios hechos de armas en la guerra contra Inglaterra y un viaje promovido por la Compañía de Filipinas de circunnavegación a la tierra con la fragata Astrea en 17787.
Se trataba de un hombre de ciencia y guerra, un auténtico marino ilustrado.
En septiembre de 1788, junto con su compañero José de Bustamante y Guerra, propuso al ministro de Marina e Indias, Antonio Valdés, organizar una expedición científica y política para la recopilación física exhaustiva de todas las posesiones de la Corona española, con datos sobre el magnetismo terrestre, las especies animales y vegetales, la producción minera, las rutas de navegación, y el estado de los virreinatos. Sería el llamado Viaje científico y político alrededor del mundo, aunque posteriormente se llamó Expedición Malaspina.
El 14 de octubre de 1788, dos meses exactos antes de su muerte, el rey ilustrado Carlos III aceptó el proyecto para fortalecer a un país cuyas posesiones estaban cada vez más amenazadas. Fue el proyecto científico más ambicioso de la Ilustración española, cuya misión fue hacer una descripción física de los territorios españoles que aún en 1798 se extendían desde Europa hasta las islas Filipinas pasando por América.
Se construyeron dos corbetas iguales capacitadas para este tipo de misión, Descubierta y Atrevida, de 33,5 metros de eslora, 306 toneladas, que gobernaron los almirantes Malaspina y Bustamante.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
La expedición contó con la participación de destacados ilustrados: 18 oficiales hidrográficos y astrónomos de la Marina española, como Juan Gutiérrez de la Concha, Cayetano Valdés y Alcalá Galianio, los pintores José Guío y Fernando Brambila, el dibujante y cronista Tomás de Suria, el botánico Luis Née, y los naturalistas José del Pozo, Antonio Pineda y Tadeo Haenke. Se seleccionó una tripulación de 204 hombres con experiencia marinera.
La expedición zarpó de Cádiz el 30 de julio de 1789. Después de fondear durante unos días en las islas Canarias, navegaron por las costas de Sudamérica hasta el Río de la Plata. Sus primeras paradas fueron Montevideo, Buenos Aires y Puerto Deseado. Se conocía el litoral y las regiones con ciudades, pero habría que cartografiar grandes extensiones de la geografía americana sin explorar. En islas Malvinas expulsaron a unos cazadores de focas ingleses; en Tierra de Fuego cartografiaron el cabo de Hornos; recorrieron la isla de Chiloé y todo el litoral americano del Pacífico: Concepción, Valparaiso, Coquimbo, El Callao, Guayaquil, Panamá, Acapulco, San Blas de California hasta la bahía de Yakutat y el fiordo Prince William en Alaska, buscando el llamado "paso del Norte" hacia el Atlántico, una posible unión entre los océanos Pacífico y Atlántico.
Regresaron a Nutka (Vancouver) y Acapulco, y desde allí, tres meses de navegación cruzando el Pacífico hasta llegar a Manila en marzo de 1792, pasando por Guam, las islas Marshall y las Marianas.
Tras estudiar las Filipinas y Macao, atravesaron las islas Célebes y las Molucas, en la Polinesia, y en febrero de 1793 fondearon en la isla Sur de la actual Nueva Zelanda cartografiando el fiordo de Doubtful. La siguiente escala fue la colonia británica de Sídney en Australia, desde donde decidieron regresar a España pero sin atravesar el océano Índico y el cabo de Buena Esperanza como consecuencia de la inminente guerra entre España y Francia.
Pasaron por puerto de El Callao, tocando en la isla de Vavao, y doblando el Cabo de Hornos, llegaron a Cádiz en septiembre de 1794.
RUTAS EFECTUADAS POR LAS DOS CORBETAS DE LA EXPEDICIÓN
En cada escala, los miembros de la expedición establecían inmediato contacto con las autoridades locales y eventuales científicos para ampliar las tareas de investigación. El método de trabajo que se desplegaba consistía en bajar a tierra, instalar un observatorio astronómico, localizar a las especies animales y vegetales de la zona y estudiarlas, recoger semillas y frutos, buscar depósitos de fósiles, dibujar el paisaje del lugar, cartografiar el terreno, etc. También se investigaba en los principales archivos y fondos de la América española.Durante los cinco años de aventura marítima se realizaron mapas y cartas hidrográficas, observaciones astronómicas, derroteros para la navegación, estudios de historia natural que comprende desde herborización y descripciones de fauna hasta estudios geológicos y mineralógicos, y que aportaron una amplia clasificación de la zoología, la botánica y la geología. Realizaron descripciones etnográficas de gran interés en las áreas fronterizas del imperio (Patagonia, noroeste americano, islas del Pacífico); recopilaron noticias sobre el estado del comercio en todos los puertos del Pacífico; incorporaron a la soberanía española el archipiélago de Vavao (Tonga).
También se elaboraron unos amplios informes geográficos y políticos sobre las deficiencias y las oportunidades que ofrecían cada región y virreinato, lo que le convirtió en una especie de filósofo y visionario en el mar del Sur.
MURAL DEDICADO A LA LABOR CIENTÍFICA DE MALASPINA
Malaspina era hombre culto y preparado, estaba influenciado por las ideas de pensadores como Adam Smith, William Paley, Adam Ferguson, Robertson, Genovesi y Filangieri, representantes de la ilustración escocesa y napolitana. Había redactado antes del viaje un decálogo con sus principales ideas coloniales, se trataba de los Axiomas políticos sobre la América, un texto inspirado por las nuevas tendencias económico-políticas que relacionaban de mejor manera a la metrópoli con sus colonias. Durante la expedición puso en práctica aquellos ideales, adaptando a cada caso particular sus principios generales, aplicándolos en las diferentes actividades de la pesca, la minería, la organización administrativa, los consulados y la actividad comercial.
La expedición fue tomada con éxito desde Madrid, una hazaña científica, digna de ser comparada con la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano o con la aventura científica de Francisco Hernández.
Malaspina, convencido de la necesidad de reformar el Imperio, presentó a Carlos IV el informe Expedición ultramarina iniciada el 30 de julio de 1789. Este informe incluía un anexo confidencial que explicaba la situación política de las posesiones de ultramar. El informe político recomendaba cambios en profundidad, la concesión de una mayor autonomía y una nueva visión de gobierno. Los territorios coloniales se impregnaban cada vez más de la recién estallada revolución francesa y de los ideales de emancipación.
La información teórica pasó a la práctica desde las instituciones ilustradas españolas del momento, por ejemplo, el herbario de Luis Née fue donado al Real Jardín Botánico de Madrid, donde se conserva actualmente, y muchas especies fueron descritas gracias a estos materiales por su director de entonces, Antonio José Cavanilles.Pero no todo el contenido de aquel informe fue desvelado. Corrían malos tiempos, la Revolución francesa había estallado y en 1795 se declaró la guerra contra la Convención francesa. Malaspina cometió el peligroso error de escribir unas Reflexiones relativas a la paz de España conFrancia e incluso un Memorial a la reina en el que proponía cambios ministeriales, incluida la destitución del primer ministro Godoy. Probablemente, ese fue el motivo por el cual en abril de 1796 Godoy acusaba a Malaspina de revolucionario y conspirador, que supuso su caída profesional y su prisión. Bustamante, en cambio, terminaría siendo gobernador de Montevideo.
JOSÉ DE BUSTAMANTE Y GUERRA
Durante su reclusión en la prisión de San Antón de La Coruña, escribió tres pequeños opúsculos: el Tratadito sobre el valor de las monedas en España (1797), la Meditación filosófica sobre la existencia de un bello esencial e invariable en la naturaleza (1799) y la Carta crítica sobre el Quijote (1799). Malaspina pasó los últimos años de su vida en la recién fundada República de Italia, desde donde se carteó con oficiales y amigos españoles, muchos de los cuales cayeron en la batalla de Trafalgar, como por ejemplo Galiano o Churruca.
Aquel informe enciclopédico que Malaspina entregó al gobierno español como conclusión a su viaje científico y político alrededor del mundo fue publicado por primera vez en 1885 por el marino Pedro de Novo y Colson con el nombre de Viaje político-científico alrededor del mundo por las corbetas Descubierta y Atrevida, al mando de los Capitanes de navío don Alejandro Malaspina y don José Bustamante y Guerra desde 1789 a 1794. En él, se detallan 70 cartas hidrográficas y náuticas, trabajos sobre el magnetismo terrestre y la gravedad, estudios sobre la producción minera, innumerables pliegues de herbario de unas 14.000 plantas, estudios fisiológicos de más de 500 especies botánicas y minerales, gran cantidad de minerales y animales, cerca de un millar de imágenes de tipos étnicos, paisajes, flora y tradiciones representadas en dibujos, croquis, bocetos y pinturas.
VIAJE POLÍTICO-CIENTÍFICO ALREDEDOR DEL MUNDO
A través de sus diarios y escritos, tuvieron cabida los distintos aspectos de la realidad del imperio, desde la minería y las virtudes medicinales de las plantas hasta la cultura, y desde la población de la Patagonia hasta el comercio filipino. De esta forma culminaba, siguiendo los principios de la Ilustración, la experiencia descubridora y científica de tres siglos de conocimiento del Nuevo Mundo y la tradición hispana de relaciones geográficas y cuestionarios de Indias. Y lo hicieron bajo una fórmula característica del período ya que, influenciado en el carácter científico y naturalista de la Ilustración, lo que Malaspina hizo en realidad fue componer una auténtica "física de la Monarquía".La ambición del proyecto y la calidad del material estudiado supusieron una obra cumbre en el desarrollo de la Ilustración española.
La importancia de aquella expedición colocaba a Alejandro Malaspina al mismo nivel que las realizadas por Cook, La Pérouse y Bougainville. El valor y méritos de los logros científicos españoles igualaba a de los ingleses y franceses.
En el pasado más reciente, diversas instituciones españolas han efectuado una gran expedición científica de circunnavegación, la Expedición Malaspina (2010-2011), nombre que recibe en reconocimiento a su principal promotor. Se trata de un proyecto de investigación interdisciplinar que tiene como principales objetivos estudiar el cambio global y la biodiversidad en el océano. Desde de diciembre de 2010 hasta julio de 2011, más de 250 científicos a bordo de los buques de investigación oceanográfica Hespérides (A33) y Sarmiento de Gamboa han llevado a cabo una labor que une la investigación científica con la formación de jóvenes investigadores, el fomento de las ciencias marinas y la cultura científica en la sociedad.
BUQUE CIENTÍFICO HESPÉRIDES (A33)