Revista Espiritualidad

Experticia

Por Ritacoach @ritatonecoach

Sabiendo la distinción entre pretender que la perfección exista y cultivar el hábito de la excelencia, podremos introducirnos en este tema con elExperticia conocimiento suficiente para abordarlo.

La perfección no es un fin, es un camino que se llama excelencia.
Anónimo

Aquí los puntos de partida: La Perfección No Existe, solo nos sirve como meta inalcanzable, y esto es muy motivador. Y nos permite ir mejorando cada día.
Necesitamos de la excelencia para que nuestro trabajo nos haga sentir satisfechos por el amor y dedicación que le hemos puesto y para mostrarnos al mundo como personas capaces, disciplinadas, conocedoras, responsables y respaldatorias en cuanto a la garantía de que todo lo que ofrecemos cada uno de nosotros, es producto de su talento personal y por ende, cada uno lo cultiva en sus obras. Cada uno de nosotros, si trabajamos así, podremos nombrarnos Expertos y ser reconocidos como tales.

Ten un compromiso “simple” pero decidido de que no vas a volver a hacer, bajo ninguna circunstancia, algo que no sea totalmente excelente. Tolera sólo la excelencia. Tom Peters

¿Y qué es un Experto?
La persona que tiene Experticia en su emprendimiento. (Este es el significado que se usa en el Coaching Ontológico como sustantivo de “experto” adjetivo. No se usa “el Experto”, dándole así a esta palabra la calidad de sustantivo.)
Esto también está relacionado con la efectividad, la eficiencia y la eficacia. La efectividad incluye a las otras dos. Y para llegar a ser un Experto, primero es necesario, Ser Efectivo. Estas distinciones se ven en mi Seminario de Coaching Para La Efectividad Personal, aquí solo les diré la conclusión que nace de este tema y que es para tener en cuenta.
Un empleado jamás será un experto en ese empleo. No existe la Experticia en un empleo porque no existe la efectividad. Un empleado solo puede ser Eficiente. Ahora bien, si este señor, aparte de estar empleado, tiene un trabajo donde sale su talento personal, algo que lo apasione, que lo haga sentir pleno. Allí podrá llegar a la Efectividad y por ende, a la Experticia.
Hay un asunto “con espinas” dentro del tema de la Experticia que se presenta porque somos Seres Humanos.
Puede darse que aquel que es experto en algo, pierda la humildad bloqueando su capacidad de seguir aprendiendo y así aparecer ante los demás como alguien no grato. Es decir, esta circunstancia es tan perjudicial para él consigo mismo como para él en cuanto a su lugar en el mundo.
Recordá que…

La palabra puede exponer la acción, pero no puede suplantarla. Miles de frases son incapaces de decir tanto como una acción. Juan Bosch
Esto se refiere a que, no importa lo que digas, el mundo te conocerá por lo que hacés.
Y existe esta otra variable. Cuando no hemos aprendido a Ser Oferta, competencia que te enseña el Coaching Ontológico, nuestra actividad tendrá serios inconvenientes en salir adelante, en ganar dinero con ella.
Esta es la situación de quiénes, contrariamente al primer caso, nunca pueden valorarse como lo suficientemente buenos y entonces, permanecen en el anonimato y –como ya dije- no generan ingresos con sus labores, a veces extraordinarias. El Ser Oferta nos abre un mundo diferente en el que ya no nos cuestionamos si “estaré molestando mandando tantos mensajes” o “lo que me pidió que le haga es un enorme trabajo pero no me animo a cobrarle lo que vale”, etc. Y no creo que tenga que darte más ejemplos porque me parece que estos hablan por sí mismos.
Necesitamos reconocernos por nuestros talentos, dedicación y trabajo, por nuestra búsqueda de la excelencia en cada acto, darnos el valor que tenemos sin endiosarnos porque hay otra circunstancia a tener en cuenta… el público, tu cliente con quien te podés encontrar y que sufre de una profunda ignorancia.
Dejame tus preguntas y comentarios si te surgen inquietudes o dudas respecto de este tema o simplemente porque quieras aportar tus ideas que para mí tienen un alto valor, tanto porque amplían mi mirada como por lo que pueden ayudar a los demás lectores.
Veamos por último con esta historia, lo que puede pasar…

Un señor millonario y bastante avaro, tenía un reloj que había recibido como herencia de generación en generación, y era para todos los cabeza de familia a quienes se les iba dando, una responsabilidad muy grande ser su portador porque debían entregarlo a su sucesor, en perfecto estado de funcionamiento.
Intentó por todos los medios repararlo por sí mismo y no lo logró. Entonces decidió ir a un técnico relojero considerado un experto, en aquella ciudad.
Llegó, le explicó al técnico que el reloj no funcionaba y le dijo que para él, era imprescindible que quedara arreglado sí o sí.
El experto tomó el reloj en sus manos, lo miró, apretó un tornillo y el reloj se compuso.
El millonario muy contento le pregunto: -¿Cuánto le debo?
-1000 dólares –respondió el experto.
El millonario casi se desmaya pero en vez de eso, gritó:
-¿¿¿1000 dólares por apretar un tornillo???
-No –dijo el experto serenamente. Apretar el tornillo sale 1 dólar y 999 por saber cuál había que apretar.

Por el placer de compartir


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