Acabamos de saber que Cepesa (Patronal de Armadores), Anfaco-Cecopesca (Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescado) y la EJF (Environmental Justice Foundation), organización sin ánimo de lucro que lucha por la protección del medio ambiente y la defensa de los derechos humanos, denuncian las malas condiciones laborales del sector pesquero de las naciones del sudeste asiático y alertan ante una comisión especial del Senado el problema existente de la explotación infantil en este sector.
La explotación infantil en la pesca del sudeste asiático no es una novedad, de hecho, llevan años denunciándose las pésimas condiciones laborales de los pescadores de la zona y la explotación laboral que se lleva a cabo con los niños. Sin embargo, no fue hasta el año pasado cuando el tema adquirió mayor dimensión a raíz de un reportaje realizado por la publicación digital The Guardian, en él se ponía al descubierto que muchas empresas occidentales han estado comercializando pescado y marisco obtenido con mano de obra esclavizada en Tailandia.
Las organizaciones que han alertado del problema y denuncian la explotación a la que son sometidos los trabajadores, adultos y niños, hablan particularmente de Tailandia, país que es el mayor exportador de camarón de todo el mundo, moviendo su industria pesquera nada menos que 500.000 toneladas de camarones (gambas) cada año. Comentan que prácticamente los trabajadores son esclavos, trabajan largas jornadas por tan sólo un cuenco de arroz. Los niños son los más afectados y los que más riesgos corren, no pueden ir a la escuela, no pueden jugar, no pueden desarrollarse y formarse para tener oportunidades el día de mañana.
Da la impresión de que esta denuncia llega un poco tarde, como hemos comentado el caso se destapó el año pasado y desde entonces varios países y empresas se han implicado para cambiar la situación, podemos poner como ejemplo a Carrefour, en su momento anunció que no adquiriría productos marinos de Tailandia hasta que cesara el esclavismo que sufren los trabajadores. Desde entonces Tailandia intenta lavar su imagen para no perder su posición en el mercado y parece ser que trabaja para acabar con las situaciones denunciadas, tarea nada fácil.
La denuncia que realiza el sector pesquero español y la ONG se fundamenta en los datos obtenidos a través de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y concretamente de un informe de la ONG sobre Tailandia titulado “Piratas y esclavos”. El sector español denuncia que el pescado y marisco de Tailandia se comercializa en países como Japón o Estados Unidos a un precio mucho más económico, ya que no se respetan los derechos humanos, los derechos laborales o los caladeros.
Sin embargo, hay que decir que Estados Unidos el año pasado decidió rebajar a Tailandia a la fila 3 en su informe anual sobre la trata de personas. Este informe tiene como finalidad informar al congreso estadounidense de los esfuerzos y progresos que han llevado a cabo los países extranjeros para eliminar las formas graves de la trata de personas. Los países clasificados en la fila 3 están sujetos a determinadas sanciones que persiguen mejorar la situación para que se respeten los derechos humanos.
El sector pesquero español pide medidas que permitan asegurar a los consumidores de nuestro país y de Europa en general, que se adquiere pescado y marisco sostenible desde el punto de vista social. Evidentemente Tailandia es uno de tantos países donde la explotación laboral infantil está a la orden del día y hay que luchar para evitar esta situación. Según explican aquí, son millones de niños los esclavizados en el sector de la pesca, la ganadería o la agricultura, sólo la unión de todos los países puede acabar con esta tragedia humana. En definitiva, consideramos que esta denuncia se debería haber realizado mucho antes, como ya hemos explicado el tema se destapó con un reportaje que tuvo repercusión a nivel internacional.
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Explotación infantil en la pesca del sudeste asiático