El pasado abril el presidente Obama urgió a la NASA para idear un método más económico que los cohetes convencionales para poner cargas en órbita. El pasado septiembre los ingenieros trabajaban en un plan que salvaría miles de millones de dólares en combustible, mejoraría la seguridad de los astronautas y permitiría volar con más frecuencia. Todo lo necesario era una vía de 3 kilómetros, un avión capaz de volar a 10 veces la velocidad del sonido y un gran suministro eléctrico, capaz de alimentar una pequeña ciudad.
La vía estaría dotada de un motor lineal de 240.000 caballos que convertiría en fuerza electromagnética y aceleraría horizontalmente un avión hasta alcanzar casi 1800 km/h en tan sólo 60 segundos, pero con una aceleración menor a 3 g lo que le convierte en un sistema apto para el vuelo tripulado.
Al alcanzar la velocidad máxima el avión despega de la vía y se enciende un motor turborreactor de alta velocidad hasta alcanzar mach 4. A esa velocidad el aire entra con la suficiente presión para encender un motor scramjet que quema hidrógeno.
La nave continúa acelerando hasta alcanzar mach 10 y una altura máxima de 60 km, a partir de ahí no existe el oxígeno atmósférico suficiente como para que el motor siga generando empuje. En ese momento la nave abre sus compuertas y dispara un cohete que vuela hasta la órbita.
Cumplido su cometido la nave disminuye su velocidad lo suficiente para que entre en funcionamiento el turborreactor. Después el avión comienza a planear y se dirige hacia una pista convencional y aterriza.
¿Ciencia ficción? no tanto. La NASA ya ha probado con éxito tanto railes electromagnéticos como motores scramjet. De hecho la armada de los Estados Unidos planea sustituir las catapultas de sus portaviones por sistemas de lanzamiento electromagnético.
Las ventajas de este sistema entre otras son: se trata de un sistema reutilizable, el sistema es más flexible que los actuales, además al tomar el oxígeno de la atmósfera se ahorra peso en el lanzamiento y por lo tanto dinero.
La NASA calcula que podría el sistema podría realizar hasta un vuelo diario y que cada lanzamiento costaría alrededor de 450 millones de dólares.