Me cuesta horrores encontrar
un lugar para almorzar, donde combine buena vista (al margen del precio) y que
pueda distenderme un poco observando. Hoy sin meditarlo, me senté en un restó
que está a una cuadra de mi trabajo. Sin premeditar, visualice la mesa libre en
un rinconcito pero que me permitía observar la calle Florida desbordada de
gente y una breve visión de los autos que van a toda velocidad por Av. Córdoba.
Mientras esperaba que aparezca
el famoso mozo del lugar, en la mesa de al lado estaban terminando de almorzar
dos parejas calculo de unos cuarenta y largos. Pero lo que me hizo sonreír para
irme a otro lado mentalmente, fue cuando escuche que hablaban en Italiano. Se veían
alegres y animados conversando, hasta despreocupados. Mire a mi derecha y veía todo
lo contrario, gente que lo único que hace es correr, correr y correr para
llegar a un destino, un lugar. Pero solo se dedican a correr entre la multitud,
apurados, sin importarles nada. Tenía ante mí un blanco y un negro que se empezó
a disputar en mi mente. Esas voces murmurando en italiano hicieron que me transporte
a una Roma que aún no conozco, alguna calle transitada y llena de bares donde
tienen sus mesas afuera. Me vi en ese lugar, disfrutando de un clima agradable
y sonriendo mucho.
Instantáneamente saque de mi
cartera mi libreta y empecé a escribir como es frecuente en mí. Tratando de
captar aquello que me había envuelto un instante mientras esperaba que me
trajeran mi comida.
También se sentó cerca un
señor mayor brasilero, mientras su familia estaba comprando en el reconocido
shopping que esta sobre Florida.
Un argentino, mientras entraba
al lugar me miro y saludo con sus ojos mientras yo estaba perdida y sonriendo
en algún punto de aquella fotografía.
Me sentí una extranjera en mi
propio país, diferentes idiomas no dejaban de tocar una hermosa melodía. El
mozo interrumpió mi inspiración con la comida, pero justo estaba terminando de
escribir las últimas líneas.
Resumí en pocas líneas un
anhelo que tengo este año. Pretendo cambiar varias cosas de mi día a día, entre
ellas no desperdiciar mi “tiempo” y digo “tiempo” porque me parece un engaño
esa palabra. Dispongo a disfrutar de cada una de las cosas que me rodean de la
mejor forma. Descubrí que si algo no me agrada, mi sin filtro va a activarse al
punto tal de que ya no voy a pensar si estoy hiriendo susceptibilidades del
otro lado, que me aburrió la idea de querer estar bien en todos lados para que
brille la armonía y paz. Antes de hacer malabares con eso, quiero estar en armonía
y paz conmigo misma.
No más corridas innecesarias,
no más pérdidas de tiempo, no más de ese modelo que ya no se parece a nada de
lo que es mi esencia.
Si apuesto a una restructura,
una nueva forma de ver lo que está enfrente mío, de aprovechar las
oportunidades que tenga y las que se pierdan, que alguien más apto las
encuentre en el camino.
¿Sera posible hacer que de
este nuevo año, florezca lentamente un nuevo árbol cargado de cosas que valen
la pena?..
Lo sabremos con el pasar de
los días..
Artista: Jarabe de palo
Cancion: Depende