
F1 2011 / Codemasters / PC-PS3-Xbox360
La temporada pasada, los aficionados a los juegos de motor nos encontramos con una agridulce sorpresa. Por un lado, fue motivo de alegría que, por fin, la licencia F1 tuviera un juego después de tantos años. La parte mala: no estuvo ni mucho menos a la altura de lo que se esperaba de él. Un título tremendamente deseado y que vino a llenar un hueco mucho tiempo vacío, no cumplió las expectativas de los jugadores, que sintieron la llegada de F1 2010 más como una broma pesada, que por el título de primera línea que debería haber sido.
Tras la llegada de un juego mal acabado, con incontables bugs y hecho con prisas, y que provocó un aluvión de quejas y menciones a la familia de los desarrolladores, en Codemasters se han propuesto hacer de la nueva entrega de F1 aquello que la primera debería haber sido; un juego redondo. O casi.
Un juego redondo como los traseros de estas buenas mozas. Que no se diga que aquí ponemos tetas para aumentar las visitas.
Como era de esperar, hay circuitos, pilotos y normas nuevas, pero también mejora la jugabilidad y se ha dado un repaso al aspecto gráfico1.
Pero sólo con esto no basta para que una franquicia que se presupone anual siga vendiendo y enganchando jugadores temporada tras temporada. No vale con subsanar los errores pasados y dar una mano de pintura, más aún cuando F1 2010 tuvo carencias tan importantes que nos han hecho esperar el segundo con resquemor y desconfianza.
Veamos qué cambia en F1 2011 con respecto a su predecesor, y por qué merece la pena (o no) comprarlo.

Y también se nota la diferencia en una conducción mucho más realista; este año, hacerlo bien sin ayudas es bastante más difícil. Mención especial al cambio, para bien, que ha sufrido la meteorología; aunque este año la elección de neumáticos tiene mucha más importancia, y ya en seco notaremos el uso de los distintos compuestos en la pista, las carreras con lluvia se convierten en batallas de estrategia, en las que hay que concentrarse y rodar mucho más fino, controlando a cada momento todos los factores que influyen en la carrera. Es increíble la precisión que hay que tener en las carreras en mojado, y una gozada ver cómo cae la lluvia desde la cámara del cockpit y se va secando la trazada del circuito con el paso de las vueltas.
Todas estas mejoras las veremos sólo en carrera, porque desgraciadamente, (y aunque desde Codemasters aseguraron que este año tendrían más importancia en el modo trayectoria) las actividades que realizamos antes y después de lanzarnos a quemar goma en el circuito, como entrevistas y ruedas de prensa, siguen teniendo una función más de “hacer bulto” que de integrarnos en el ambiente de la F1. Aunque lo hayan intentado, seguimos teniendo la misma sensación de que las ruedas de prensa y entrevistas son un añadido insustancial.

Otro punto a favor en este F1 es que se adapta perfectamente a cada tipo de jugador; desde el arcade rápido y fácil, para aquellos que prefieren carreras cortas o juego con amigos, con multitud de ayudas configurables para aquellos que no tienen mucha experiencia en este tipo de juegos o simplemente no quieren complicarse, hasta la más completa y frustrante simulación, cualquier jugador puede encontrar lo que necesita, o casi; llama la atención que en un juego de estas características, los reglajes que podemos ajustar en el box no sean demasiado precisos. De acuerdo que la mayoría de nosotros no vamos a pararnos a ajustar la inclinación en grados de la junta de la trócola y otros mil detalles, pero en un juego que se pretende simulador es casi obligado poder manejar los ajustes de forma un poco más profunda.
Siguiendo con la jugabilidad, en su aspecto más importante, las carreras, se han corregido errores de la primera entrega: ya no hay rastro de los tan traídos y llevados tiempos de vuelta “fantasmas”, y los comentarios del ingeniero son correctos. Lo que no ha quedado tan bien implementado es la IA de los rivales: aunque es infinitamente mejor que en F1 2010, donde en las primeras vueltas todos iban a lo loco, los pilotos controlados por IA a menudo parecen corderitos, evitando casi siempre meterse en situaciones arriesgadas. En el fondo, se echa de menos un Hamilton que la líe parda y haga salir el Safety Car más a menudo.
Y aunque las nuevas y celebradas incorporaciones (KERS, DRS, Safety Car) mejoran mucho la experiencia al jugar, haciendo que la carrera no sea una hartura de dar vueltas a un circuito que conocemos al milímetro, se echa mucho, mucho de menos que no haya más accidentes, situaciones peligrosas, toques, salidas de pista, banderas, penalizaciones… No ocurren casi sucesos aleatorios sin que nosotros los provoquemos, y muchas veces tendremos ganas de liarla para darle un poco de vidilla a la carrera.

Es una pena que esto no se aproveche más, y, por contra, las penalizaciones cuando se nos va la mano son muchísimo más estrictas, llegando a veces a rozar el ridículo. Si la precisión es la tónica general del juego, y manda hasta el punto de tener que conocer cada curva y cada trazada, no deberíamos ver anulada una vuelta por pisar correctamente un piano, y pasa más de lo que debería.
Así que, en resumen, F1 2011 es un juego con muchas luces y alguna sombra. Presumiblemente, no llegará a las grandes cifras de venta de la primera entrega, en gran parte por culpa de esta misma; no somos pocos los que hemos esperado con recelo el título de este año tras el chasco del anterior. Y, por tanto, aquí llega la madre de todas las preguntas. ¿Merece la pena comprar F1 2011?
Si no tienes el primero, sí. Y si te gusta el género, sí en mayúsculas. F1 2011 consigue recrear el ambiente de la F1 hasta casi hacerte oler la goma quemada; pocos juegos del género consiguen tal grado de inmersión, y este es uno de ellos.
¿Y si tienes el primero? También. Definitivamente, el título de este año no es un simple lavado de cara para añadir las novedades2. Es un juego más preciso, más completo, más cuidado y de muchísima más calidad que su antecesor.
