Fábrica de españoles

El Sr. Varsavky escribe en su Blog de El Mundo un artículo titulado "Antes de inventar españoles mejor es reconocer a los que tenemos" sobre las nacionalizaciones de los nietos de los republicanos exiliados, mediante la "Ley de nietos".
En él básicamente se defiende que antes de lanzarse a esta medida hay que ver que pasa con los inmigrantes que tenemos aquí.
"Fabricar españoles en tiempos de crisis me parece una política injusta si se hace en detrimento de todos los inmigrantes que ya están en España trabajando y tienen tanta dificultad para conseguir residencia o la nacionalidad."
El caso es que aquí hay dos cosas muy distintas: Una, la nacionalización de ciudadanos extranjeros que no tienen ningún arraigo, ni leltad, ni vinculación con este país y que, además, no cumple ninguna de las condiciones para obtener la nacionalidad. La segunda, una nueva regularización masiva.
Lo primero es que es descabellado, es otro golpe a la legalidad; aparte de que los motivos son sectarios, y el hecho en sí será perjudical para la sociedad.
Pero es que, para colmo, el desprecio a las naciones de origen es de Corte absolutista y si lo aceptan es por las divisas y por soltar lastre, pero el rencor contra una España prepotente y grosera quedará indeleble en su conciencia nacional.
La segunda cosa es que proponer una nueva regularización de inmigrantes cuando el paro llega a los 3.300.000 es darle una puñalada en el pecho a la gente, no sé cuanta hiel puede llegar a beber un persona, pero estoy seguro que durante esta legislatura lo aviguaremos.
No voy a hablar de los exitos de la anterior regularización porque están ahí.
Tampoco debería de hablar de una enorme estafa consentinda por las administraciones, no voy a hablar de seguridad, de espacios públicos perdidos, de mano de obra barata, de salida de capitales (1), de despilfarro público con la excusa de la integración y de el estado del binestar se vaya por sumidero. Para qué, si es evidente.