Ayer fue un día triste para el arte valenciano y español. El escultor, dibujante y profesor Manuel Silvestre Montesinos, más conocido como Manuel Silvestre de Edeta, falleció el miércoles por la noche a los 104 años de edad.
Silvestre de Edeta nació el 31 de agosto de 1909 en Llíria, y se inició en el taller de mármoles de su tío Carbonell a muy temprana edad. En 1925 comenzó a acudir a las clases de dibujo de la Escuela del Gremio de Maestros Carpinteros, y cinco años después ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos. Gracias a su talento y capacidad de esfuerzo, logró superar la oposición para establecerse como docente en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde finalmente ejercería como catedrático. Su pasión por la escultura podía palparse en cada una de sus creaciones.
De Edeta era conocido por ser el autor de la emblemática fuente del Río Turia que homenajea al Tribunal de las Aguas, en la plaza de la Virgen de Valencia, pero también era célebre por sus dotes para el dibujo y por su dilatada carrera en el mundo de la escultura. Suyos son el grupo escultórico de la Plaza de Adrián en Barcelona, el homenaje la música de la plaza Mayor de Llíria o el monumento a la marquesa de la Llanera en Xirivella. El Ayuntamiento de su localidad natal ha decretado tres días de luto para honrar el recuerdo de este gran artista.
Su formidable estilo lo hizo ser considerado como un artista clásico de los tiempos contemporáneos: sus dibujos están próximos al impresionismo francés y a las primeras etapas del cubismo. Sin embargo, en su escultura presenta múltiples similitudes con el refinado arte del Renacimiento.
Entre los numerosos reconocimientos que este artista recibió a lo largo de su carrera se encuentran la tercera, segunda y primera medalla de escultura del Salón de Otoño, y el Premio Senyera del Ayuntamiento de Valencia, que lo nombró hijo predilecto de la ciudad y donde tiene una calle con su nombre y un museo dedicado a sus obras.
Nosotros estamos felices y orgullosos de haber podido conocer al maestro Silvestre de Edeta. Tenía su taller muy cerca de nuestra tienda física, y cada vez que acudía a nosotros para buscar un material, nunca faltaba una sonrisa y una palabra cariñosa. A pesar de su avanzada edad, seguía trabajando día a día con la pasión de un verdadero genio.
Desde Totenart queremos unirnos a sus familiares y amigos para decir adiós a este gran artista.