Ha sido anunciar la Diputación el concurso por vía de urgencia para adjudicar la organización de, al menos, la Corrida Picassiana para la cercana Semana Santa, cuando por la ciudad empiezan los dimes y diretes, los consabidos rumores, que sitúan de protagonista al diestro José Tomás.
Por unas esquinas se dice que “de fuentes muy bien informadas” y mantenido “muy en secreto” por los protagonistas, el presidente de la Diputación Elías Bendodo y el empresario José Coutiño, han llegado a un “acuerdo” por el que el referido empresario será quien organice la corrida Picassiana, para la cual ha obtenido el beneplácito del diestro de Galapagar para hacer el paseíllo en dicho festejo. Sin embargo y proveniente de las mismas esquinas, otros rumores hablan de que Coutiño todavía no se ha puesto en contacto con José Tomás para hacerle tal ofrecimiento. Al parecer, se ha llegado a un acuerdo “secreto” entre Bendodo y Countiño, por el que si el empresario confirma la presencia de José Tomás en la Picassiana, se le otorgaría esta concesión especial, entre cuyas condiciones estarían la entrega al empresario del total de la taquilla de esta corrida, que podría celebrarse el Sábado Santo o el Domingo de Resurrección, según determine el propio Tomás. Y algunos dicen que acompañado de Juan Mora y Jiménez Fortes…Por su parte, el empresario organizaría otro festejo en el día que no actuara Tomás y en el que un porcentaje de la taquillas iría a parar a las arcas del ente supramunicipal.
Por otras esquinas de la ciudad y también según cuentan de fuentes igualmente “bien informadas” y con el mismo “secretismo”, y las mismas condiciones, el acuerdo no ha sido con Coutiño sino con el empresario francés Simón Casas al que, al igual que Countiño, le une una buen relación con José Tomás. ¡A ver quien da más!
Lo cierto es que uno ya no se cree nada, más si se recuerda el bluf de Serolo que se presentó con el aval de José Tomás para adjudicarse el concurso para la gestión de La Malagueta, y que el propio diestro desmintió en su momento.
Lo cierto es que cuando aún no se ha procedido a iniciar el concurso y, por tanto, las empresas que quieran participar en el mismo aún no han podido hacerlo, no parece de recibo que el señor Bedondo haya llegado a ningún acuerdo “secreto” con algún empresario, porque al final estas cosas acaban sabiéndose y el escándalo desde el punto de vista administrativo puede ser mayúsculo.
Pero de estos políticos se puede esperar cualquier cosa porque, en manos de ellos, en este concurso por vía de urgencia, pueden hacer lo que les salga del forro. Nos faltaba algo en la incompetente e irresponsable gestión política en materia taurina de nuestra ciudad; estaba claro: ¡faltaba que apareciera José Tomás!