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Hola mis poetas:
Como ya anuncie ayer iba a empezar a hablar de sectas. Bien esta es una que me indico +Paula Koval.
Falun Gong (‘práctica de la rueda de la ley’), también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual introducida en China en 1992 por su fundador, Li Hongzhi, un exguardia chino de seguridad exiliado en Nueva York (Estados Unidos). Se basa en los principios de "verdad, benevolencia y tolerancia" y combina la práctica de la meditación y ejercicios con filosofía moral.Se identifica como una práctica de qigong de la escuela budista, aunque sus enseñanzas también incorporan elementos extraídos de las tradiciones taoístas.
Falun Gong emergió al final del boom del qigong en China, un periodo que vio la proliferación de prácticas similares de meditación, ejercicios lentos y respiración regulada. A diferencia de otras escuelas de qigong no implica costes o afiliación formal, también se caracteriza por la ausencia de rituales diarios o veneración. Pone además, gran énfasis en la moralidad y en la naturaleza teológica de sus enseñanzas. Académicos occidentales han descrito Falun Gong como una disciplina de qigong, un “movimiento espiritual” basado en las enseñanzas de su fundador o en un “sistema de cultivación” en la tradición de la antigüedad china, y a veces como un nuevo movimiento religioso (NMR).
Aunque la práctica gozó inicialmente de apoyo considerable por parte del gobierno chino, a mediados de los años 90, el Partido Comunista Chino y organizaciones de seguridad pública comenzaron a ver a Falun Gong como una amenaza potencial debido a su tamaño, independencia del estado, y enseñanzas espirituales. En el año 1999, el gobierno estimaba que había 70 millones de personas practicando Falun Gong. Las tensiones culminaron en abril de 1999, cuando más de 10 000 practicantes de Falun Gong se reunieron pacíficamente cerca del edificio central del gobierno en Beijing para pedir reconocimiento legal y libertad de interferencia del estado. Esta demostración es vista ampliamente como un catalizador para la persecución subsiguiente.
El 20 de julio de 1999, los líderes del Partido Comunista iniciaron una campaña en contra de la práctica la cual incluía propaganda dedicada a erradicarla. El gobierno bloqueó el acceso en internet a páginas web que mencionan a Falun Gong, y en octubre de 1999 lo declaró una "organización herética" que amenazaba la estabilidad social. Las organizaciones de derechos humanos reportan que los practicantes de Falun Gong en China sufren una variedad de abusos de sus derechos humanos: se estima que cientos de miles han sido puestos en prisión de manera extra-judicial, y otros practicantes detenidos son obligados a realizar trabajo forzado, sufren abusos psiquiátricos, tortura, y otros métodos de coerción para reformar sus pensamientos a mano de las autoridades chinas. En el año 2009, al menos 2.000 practicantes de Falun Gong murieron a causa de abusos mientras se encontraban bajo custodia. Algunos observadores calculan que la cifra es mucho más elevada, y reportan que decenas de miles pueden haber sido asesinados para suplir la industria de trasplante de órganos en China. En los años desde que se inició la persecución, los practicantes de Falun Gong han participado activamente en abogar por el respeto a los derechos humanos en China.
El fundador de Falun Gong Li Hongzhi ha vivido en los Estados Unidos desde el año 1996, y Falun Gong tiene un gran número de seguidores a nivel mundial. Dentro de China, algunas fuentes estiman que decenas de millones de personas continúan practicando a pesar de la persecución.16 17 Se estima que cientos de miles de personas practican Falun Gong fuera de China en más de 70 países a nivel mundial.
Orígenes
Practicantes de Falun Gong realizan el quinto ejercicio, una meditación, en Manhattan
Falun Gong es frecuentemente identificado con los movimientos de qigong en China. El qigong es un término usado hoy en día para referirse a una variedad de prácticas que involucran movimientos suaves y meditación, a la vez que se regula la respiración. Ejercicios al estilo del qigong han sido practicados históricamente por muchos monjes budistas, discípulos de artes marciales daoístas, y eruditos del confucianismo como un modo de refinamiento espiritual, moral y físico.
El movimiento moderno del qigong comenzó a principios de los años 50, cuando varios oficiales comunistas practicaban estas técnicas para mejorar la salud. El término qigong fue construido para evitar asociaciones con prácticas religiosas, las cuales solían ser etiquetadas como "supersticiones feudales" y eran perseguidas durante la era maoísta. Aquellos quienes adoptaron el qigong al inicio, evitaron el trasfondo religioso de estas prácticas, y las consideraron principalmente como una rama de la medicina china. A finales de los años 70, científicos chinos alegaron haber descubierto la existencia material de la energía qi que el qigong busca controlar. Durante el vacío espiritual de la era posterior al gobierno de Mao, decenas de millones de ciudadanos ancianos mayoritariamente de áreas urbanas, comenzaron a practicar qigong, y una variedad de maestros de qigong carismáticos establecieron diferentes prácticas. Llegó un momento en el que más de 2.000 disciplinas estaban siendo enseñadas. Se creó entonces la Sociedad de Investigación de la Ciencia del Qigong, manejada por el gobierno chino y establecida en el año 1985 para supervisar y administrar las diferentes prácticas de qigong.
El 13 de mayo de 1992, Li Hongzhi dio su primer seminario público sobre Falun Gong (también llamado Falun Dafa) en la ciudad de Changchun al nordeste de China. Se dice que Falun Dafa es el resultado de reorganizar y escribir las enseñanzas que él heredó previamente de sus maestros.
Ownby afirma que Li ha presentado a Falun Gong como parte de una "tradición de cultivación de cientos de años de antigüedad", y ha buscado revivir los elementos espirituales y religiosos de la práctica del qigong que habían sido descartados en la previa era comunista. David Palmer expresa que Li "redefinió su método dándole objetivos completamente diferentes a los del qigong: el propósito de la práctica no debe ser la salud física o el desarrollo de poderes extraordinarios, sino purificar el corazón propio y lograr la salvación espiritual".
Falun Gong es distinto de otras escuelas de qigong ya que sus enseñanzas cubren una gran cantidad de temas metafísicos y espirituales, haciendo énfasis en la moralidad y la virtud, y elaborando una cosmología completa. La práctica se identifica con la Escuela Budista, pero también utiliza conceptos y lenguaje utilizado en el daoísmo y el confucianismo. Esto ha causado que algunos eruditos consideren a la práctica como una creencia sincrética.
Creencias y prácticas
Introducción a las enseñanzas
Practicantes de Falun Gong realizan el segundo ejercicio "Estaca parada Falun", que consta de varias posturas de meditación en pie.
Falun Gong también se conoce como Falun Dafa. Las enseñanzas cubren una amplia gama de temas desde lo espiritual, científico y moral. Fue la práctica de qigong de crecimiento más veloz en la historia de China y para 1999 había entre 70 y 100 millones de practicantes.
Las enseñanzas de Falun Gong están basadas en los principios 真 zhēn, 善 shàn y 忍 rěn, ‘Verdad, Benevolencia, y Tolerancia’, tal como se expresa en los dos libros capitales de Falun Gong y Zhuan Falun. El doctor David Iosifovich Raskin afirma que las enseñanzas recogidas en Zhuan Falun "instan a los seguidores a elevar su nivel moral y espiritual, promueven la fiel ejecución del trabajo y los deberes cívicos; incluye la crianza de los niños, el cuidado de nuestros seres queridos y la eliminación de malos hábitos y adicciones, (...) y la cultivación de una actitud de veracidad, amabilidad y paciencia hacia los demás".
Por toda China, antes de julio de 1999, "cientos de personas [practicaban al amanecer] en los parques y en las aceras a cámara lenta al ritmo de la música los ejercicios de Falun Gong… pancartas amarillas y rojas colgaban de los árboles presentando el método y sus principios. En la tarde, frecuentemente los practicantes se encontraban en el hogar de algún discípulo para leer el Zhuan Falun, discutir las enseñanzas e intercambiar las experiencias de cultivación".
Según los principios de Falun Gong, el cuerpo de cada persona está rodeado en otra dimensión de una substancia blanca (el de) y de otra negra (el karma), resultado ambas de las acciones buenas y malas respectivamente de cada persona. Según Noah Porter, para Li Hongzhi ejemplos de algunas de estas malas acciones serían «el asesinato, la homosexualidad y el abuso de drogas». Este tipo de enseñanzas morales conservadoras de Li Hongzhi han atraído cierta preocupación en Occidente, incluyendo sus puntos de vista sobre la homosexualidad. En 2001, tras preguntar una periodista a cuatro parlamentarios de Estados Unidos si conocían el punto de vista de Li Hongzhi sobre los homosexuales, dos de ellos decidieron rescindir la nominación al Premio Nobel de la Paz del fundador de Falun Gong, si bien uno de ellos la mantuvo para concienciar sobre la persecución que sufre el grupo en China. Al margen de estos hechos, el Centro de Información de Falun Dafa dice que el grupo da la bienvenida a gays, lesbianas y bisexuales a la práctica, que no se les concede tratamiento especial y que si bien Falun Gong enseña que ciertas prácticas «generan más karma», esto no equivale a una declaración de posición, una «postura» con respecto a algún asunto social o una regla. Al hablar de la proyección de Falun Gong como «anti-gay», Ethan Gutmann señala que las enseñanzas de Falun Gong son «esencialmente indistinguibles» de las religiones tradicionales, como el cristianismo, el islam y el budismo.
Historia dentro de China
A finales de los 90, la relación entre el Partido Comunista y el movimiento en crecimiento Falun Gong había llegado a tensarse cada vez más. Los informes de discriminación y vigilancia por parte de la oficina de Seguridad Pública se estaban intensificando, y los practicantes de Falun Gong organizaban rutinariamente sentadas para reaccionar ante los artículos en los medios de comunicación que se estimaban injustos. Las investigaciones opuestas iniciadas por el Ministerio de Seguridad Pública por un lado y la Comisión Estatal de Deportes y Qiao Shi por otro muestran los desacuerdos entre las elites de China sobre cómo contemplar a la práctica en expansión.
En abril de 1999, un artículo crítico con Falun Gong fue publicado en la revista Joven lector de la Universidad Normal de Tianjin. El artículo fue de la mano del físico He Zuoxiu que, según mencionan Porter y Gutmann, es un familiar del miembro del Politburó y secretario de seguridad pública Luo Gan. El artículo proyecta al qigong, y en particular a Falun Gong, como supersticioso y dañino para la juventud.Los practicantes de Falun Gong respondieron con piquetes en las oficinas del periódico pidiendo una retractación del artículo. A diferencia de instancias pasadas donde las manifestaciones de Falun Gong tuvieron éxito, el 22 de abril la manifestación de Tianjin fue dispersada por la llegada de 300 policías anti disturbios. Algunos de los practicantes fueron golpeados, y 45 fueron arrestados. Se dijo a otros practicantes de Falun Gong que si deseaban proseguir con la queja, necesitaban iniciar dicho asunto con el Ministerio de Seguridad Pública e ir a Pekín a recurrirlo.
La comunidad de Falun Gong movilizó rápidamente una respuesta, y en la mañana del 25 de abril, más de 10.000 practicantes se agruparon cerca de la oficina central de apelaciones para pedir fin a la escalada de acoso contra el movimiento, y solicitar la liberación de los practicantes de Tianjin. Según Benjamin Penny, los practicantes buscaron una rectificación del liderazgo del país yendo hacia ellos y, "si bien muy discreta y educadamente, dejando claro que no fueran tratados tan pobremente."El periodista Ethan Gutmann escribió que los funcionarios de seguridad los habían estado esperando, y los agruparon en la calle Fuyou enfrente del recinto gubernamental de Zhongnanhai. Se sentaron o leyeron silenciosamente en las aceras que rodeaban Zhongnanhai.
Cinco representantes de Falun Gong se reunieron con el primer ministro Zhu Rongji y otros altos cargos para negociar una solución. El régimen aseguró a los representantes de Falun Gong que apoyaba los ejercicios físicos para mejorar la salud y que no consideraba que Falun Gong fuera anti-gubernamental. En cuanto se alcanzó esta solución, la multitud de manifestantes de Falun Gong se dispersó.
El secretario general del Partido Jiang Zemin fue alertado de la manifestación por el miembro del Politburó Luo Gan, y se enfureció supuestamente por la audacia de la manifestación—la mayor desde las protestas de la Plaza de Tiananmen 10 años antes. Jiang demandó una acción resolutiva para reprimir al grupo, y según consta criticó al primer ministro Zhu por ser "demasiado blando" en su gestión de la situación. Aquella tarde, Jiang elaboró una carta indicando su deseo de ver a Falun Gong "derrotado". En la carta, Jiang expresó sus preocupaciones sobre el tamaño y la popularidad de Falun Gong, y en particular sobre el gran número de altos cargos del Partido Comunista encontrados presentes entre los practicantes de Falun Gong. También dio a entender que la filosofía moral de Falun Gong no concordaba con los valores ateos del marxismo-leninismo, y que por tanto constituía una forma de rivalidad ideológica.
Jiang es considerado por Falun Gong personalmente responsable por su decisión de perseguir a Falun Gong. Peerman citó motivos como una posible envidia personal hacia Li Hongzhi; Saich señala a la ira de Jiang ante la extensa popularidad de Falun Gong, y a la lucha ideológica como causas de la severa campaña que después se desató. Willy Wo-Lap Lam sugiere que la decisión de Jiang para aplastar a Falun Gong estaba vinculada al deseo de consolidar su poder dentro del Politburó. Según Human Rights Watch, los líderes del Partido Comunista y la élite dominante estaban lejos de estar unidos en su apoyo a la persecución.
Persecución en China
Aunque la práctica disfrutó inicialmente del apoyo de la burocracia china, para mediados y finales de los 90, el Partido Comunista y los órganos de seguridad pública fueron modificando su punto de vista en relación a Falun Gong considerando que su tamaño, su independencia del Estado y sus enseñanzas espirituales podían suponer un peligro para las autoridades. De hecho, en 1999, algunas estimaciones situaban el número de miembros de Falun Gong en más de 70 millones, excediendo el total de miembros del Partido Comunista Chino.
En julio de 1999, la cúpula del Partido Comunista de China (PCCh) decidió que Falun Gong era una secta nociva para el Estado, la sociedad y sus practicantes, dando lugar a una ofensiva a escala nacional para erradicar su práctica. En octubre de 1999 fue declarada una “organización herética” y se empezó a prohibir el acceso a páginas web de Internet que mencionaran Falun Gong.
Datos procedentes del informe del relator especial de las Naciones Unidas para la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes Manfred Nowak (2006).
Grupos de derechos humanos han informado que los practicantes de Falun Gong en China se encuentran sometidos a una amplia gama de abusos de los derechos humanos; se cree que cientos de miles han sido encarcelados extrajudicialmente, y los practicantes detenidos son sometidos a trabajos forzados, abuso psíquico, tortura severa y otros métodos coercitivos de reforma de pensamiento a manos de las autoridades chinas. El Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China estima que la mitad de la población en los campos de reeducación-por-trabajo en China está constituida por practicantes de Falun Gong.
El investigador Ethan Gutmann estima que Falun Gong representa un porcentaje del 15 al 20 por ciento de la población total de los laogai, lo cual incluye campos de reeducación por trabajo así como también prisiones y otras formas de detención administrativa. Ex prisioneros del sistema de trabajo forzado han reportado que los practicantes de Falun Gong se encuentran entre los grupos de prisioneros más grandes; en algunos complejos de prisiones y campos de trabajo forzado, constituyen la mayoría de los detenidos, y se dice que reciben las sentencias más largas y el peor trato.
Un reporte del año 2013 de Amnistía Internacional sobre campos de reeducación por trabajo descubrió que los practicantes de Falun Gong "constituían un promedio de un tercio y en algunos casos cien por ciento de la población total" de ciertos campos.
Según Johnson, la campaña contra Falun Gong se extiende a muchos aspectos de la sociedad, incluyendo el aparato mediático, el cuerpo de policía, el ejército, el sistema educativo y los lugares de trabajo.Una institución fuera del sistema, la "Oficina 610", se creó para “supervisar” tal esfuerzo. Dicha oficina creó y dirige la página web anti-Falun Gong Kaiwind en nombre de una organización civil, cuyos artículos negativos sobre Falun Gong de más de 500 palabras son recompensados con 500 yuanes por parte del Comité de Asuntos Políticos y Legislativos del Partido Comunista de China. El 30 de noviembre de 1999, Li Lanqing, en aquel entonces máximo responsable de la Oficina 610, transmitió en el Gran Salón del Pueblo la política a seguir a partir de entonces con los practicantes de Falun Gong: "Difamar su reputación, arruinarles económicamente y destruirles físicamente".
En 2002 Human Rights Watch constató que familias y lugares de trabajo fueron urgidos a cooperar con el gobierno. En este sentido, en el mismo año la cámara baja del Congreso de EE.UU. concluyó que la persecución generada por el gobierno chino “es acatada por funcionarios gubernamentales y policiales a todos los niveles, y que se ha extendido a cada segmento de la sociedad y a cada nivel del gobierno en la República Popular China”. Aun así, algunas fuentes estiman que decenas de millones siguen practicando Falun Gong a pesar de las actuaciones de las autoridades chinas y de su insistencia en considerarla como una secta.
Especulación sobre las razones de la persecución
Willy Wo-Lap Lam menciona que la campaña de Jiang Zemin contra Falun Gong puede haber sido usada para promover la lealtad hacia él; Lam cita a un veterano del partido al decir "al dar rienda suelta a un movimiento de estilo maoísta [contra Falun Gong], Jiang está forzando a los cuadros superiores a que se comprometan a ser leales a su línea de pensamiento." The Washington Post informó que fuentes indicaban que no todo el comité permanente del Politburó compartía la opinión de Jiang de que Falun Gong debía ser erradicado, pero James Tong sugiere que no hubo resistencia sustancial desde el Politburó.
Human Rights Watch menciona que la enérgica campaña contra Falun Gong refleja los esfuerzos históricos para erradicar la religión por parte del Partido Comunista Chino, la cual el gobierno cree que es intrínsecamente subversiva. El Gobierno chino protege a los cinco "patrióticos", grupos religiosos sancionados por el Partido Comunista. Las religiones no registradas que quedan fuera de las organizaciones sancionadas por el estado, quedan de este modo vulnerables a la represión. The Globe and Mail escribió: "...cualquier grupo que no se ponga bajo el control del Partido es una amenaza".Craig S. Smith del The Wall Street Journal escribió que el Partido se siente cada vez más amenazado por cualquier sistema de creencias que desafíe su ideología y tenga la habilidad de organizarse de manera autónoma. El Falun Gong, cuyo sistema de creencias representaba un renacimiento de la religión tradicional china, y que estaba siendo practicado por un gran número de miembros del Partido Comunista y del ejército, fue visto de manera particularmente alarmante por Jiang Zemin; de acuerdo con Julia Ching, "Jiang toma la amenaza de Falun Gong como una amenaza ideológica: creencias espirituales opuestas al ateísmo militante y materialismo dialéctico. Él [deseó] purgar al gobierno y al ejército de tales creencias."
Programa de conversión
Según James Tong, el régimen apuntaba tanto a la disolución coercitiva de la confesión de Falun Gong como a la "conversión" de los practicantes. Alrededor del año 2000, el Partido aumentó su campaña sentenciando a los practicantes "reincidentes" a la re-educación a través del trabajo, en un esfuerzo por que renunciaran a sus creencias y "transformaran" sus pensamientos. Estas sentencias fueron también prorrogadas de forma arbitraria por la policía, mientras algunos practicantes mantenían cargos ambiguos impuestos contra ellos, tales como "perturbar el orden social", "poner en peligro la seguridad nacional", o "subvertir el sistema socialista". De acuerdo a Bejesky, la mayoría de los detenidos a largo plazo de Falun Gong son procesados de forma administrativa a través de este sistema en vez de por la vía del sistema de justicia penal. Tras completar sus sentencias de re-educación, aquellos practicantes que se negaran a retractarse eran entonces encarcelados en "centros legales de educación" provistos por las autoridades provinciales para "transformar mentes".
Gran parte del programa de conversión se fundaba en técnicas de adoctrinamiento de estilo maoísta y en la reforma del pensamiento, donde se agrupaba a los practicantes de Falun Gong para ver programas de televisión anti-Falun Gong e inscribirse en sesiones de estudio del marxismo y materialismo. El marxismo tradicional y el materialismo eran el contenido principal de las sesiones.
La imagen patrocinada por el gobierno del proceso de conversión enfatiza la persuasión psicológica y una variedad de técnicas de "publicidad subliminal"; esa es la "normalidad ideal" en los informes del régimen, según Tong. Los informes de Falun Gong, por otra parte, ilustran formas de coacción "siniestras y alarmantes" contra los practicantes que no llegaron a renunciar a sus creencias. Se han clasificado 14.474 casos por diferentes métodos de tortura, según Tong (las agencias de Falun Gong documentan más de 63.000 casos individuales de tortura). Entre ellos hay casos de severas palizas; tormento psicológico, castigo corporal y fuerte forcejeo, trabajo duro con carga pesada y posiciones en tensión; confinamiento solitario en condiciones miserables; "tratamiento con fuego" incluyendo quemaduras y congelaciones; descargas eléctricas dirigidas a partes sensibles del cuerpo que pueden desembocar en náuseas, convulsiones, o desmayo; alimentación forzada "devastadora"; inserción de astillas de bambú en las uñas de los dedos; privación de comida, sueño, y uso del lavabo; violación y violación en grupo; asfixia; y amenaza, extorsión y prescripción de empleo y de la condición de estudiante. Las mujeres practicantes de Falun Gong han sido objeto a su vez de abortos forzados.
Los casos parecen verificables, y la gran mayoría identifican el practicante en concreto, a menudo junto a edad, ocupación, y residencia el momento y lugar donde tuvo lugar el supuesto abuso, hasta nivel de distrito, municipio, aldea, y frecuentemente la institución carcelaria específica; y los nombres y rangos de los presuntos perpetradores. Muchos de tales informes incluyen listas de nombres de los testigos y descripciones de las heridas, afirma Tong. La publicación de "frecuente comportamiento cruel, abusivo y persistente por parte de individuos identificados con su cargo oficial, lugar, y fecha de tortura" sugiere que no hay ninguna voluntad de cesar o desistir tales actividades.
Por otra parte, el British Medical Journal señala que "estudios recientes han descrito la reclusión forzada de disidentes políticos y miembros de Falun Gong en manicomios, donde sufren la administración forzada de drogas psicotrópicas".
En noviembre de 2005, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas publicó un informe donde advierte su preocupación "sobre los informes de niños de familias practicando su religión, notablemente el Falun Gong, que son objeto de acoso, amenazas y otras acciones negativas, incluyendo la re-educación a través del trabajo".
Muertes
Dada la dificultad para corroborar los informes de muertes por tortura en China, las estimaciones en el número de practicantes de Falun Gong asesinados varía ampliamente. En 2009, el New York Times informó que, de acuerdo con grupos de derechos humanos, las represiones han confirmado "por lo menos 2000" vidas. Amnistía Internacional afirmó que al menos 100 practicantes de Falun Gong, según consta, han muerto en el año natural de 2008, tanto en régimen de detención como poco después de su liberación. Las fuentes de Falun Gong han documentado más de 3.700 muertes. El periodista e investigador Ethan Gutmann estimó que 65.000 Falun Gong fueron asesinados por sus órganos desde 2000 hasta 2008 basado en extensas entrevistas, mientras que los investigadores David Kilgour y David Matas informaron, "la fuente de 41.500 trasplantes para el periodo de seis años de 2000 a 2005 no tiene explicación".
Según The Wall Street Journal, las autoridades chinas no publican estadísticas sobre los practicantes de Falun Gong asesinados durante la campaña de persecución. En casos individuales, sin embargo, las autoridades han negado que las muertes bajo detención fueran causadas por tortura.
Extracción de órganos
En 2006, emergieron alegaciones de que un gran número de practicantes de Falun Gong habían sido asesinados para abastecer a la industria del trasplante de órganos en China. Estas alegaciones dieron pie a una investigación por el antiguo Secretario de Estado canadiense David Kilgour y el abogado de derechos humanos David Matas.
El informe Kilgour-Matas fue publicado en julio de 2006, y concluyó que "el gobierno de China y sus agencias en numerosas partes del país, particularmente hospitales pero también centros de detención y 'Cortes populares', a partir de 1999 han asesinado a un número grande pero desconocido de prisioneros de conciencia de Falun Gong." El informe, que se basó principalmente en evidencias circunstanciales, señaló los tiempos de espera extremadamente cortos para obtener órganos en China—una o dos semanas para un hígado comparado con 32,5 meses en Canadá—nada más que esto era indicativo de que los órganos se procuraban a demanda. También rastreó un incremento significativo en el número anual de trasplantes en China desde 1999, coincidiendo con el comienzo de la persecución a Falun Gong. A pesar de los muy bajos niveles de donación voluntaria de órganos, China representa el segundo país en trasplantes por año. Kilgour y Matas también presentaron material auto-incriminatorio de las páginas web de centros de trasplante chinos anunciando la inmediata disponibilidad de órganos de donantes vivos, y transcripciones de las entrevistas en las cuales los hospitales comunicaron a posibles destinatarios de trasplante que podían obtener órganos Falun Gong.
En mayo de 2008 dos Relatores Especiales de las Naciones Unidas reiteraron sus peticiones a las autoridades chinas para que respondieran a las alegaciones,94 y explicaran la fuente de los órganos que daba cuenta del súbito incremento en trasplantes de órganos en China desde el año 2000. Los funcionarios chinos han venido negando las alegaciones de extracción de órganos, e insistiendo que China sigue los principios de la Organización Mundial de la Salud que prohíben la venta de órganos humanos sin el consentimiento escrito de los donantes. Respondiendo a una resolución de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos pidiendo fin a las prácticas abusivas de trasplantes contra las minorías étnicas y religiosas, un portavoz de la embajada china dijo "la tal llamada extracción de órganos a prisioneros del corredor de la muerte es una mentira totalmente fabricada por Falun Gong."95 En agosto de 2009, el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Tortura Manfred Nowak dijo, "El gobierno chino todavía no ha llegado a ser decente y trasparente ... Todavía queda por ver cómo puede ser posible que cirugías de trasplante de órganos en hospitales chinos se hayan incrementado masivamente desde 1999, cuando nunca hay tantos donantes voluntarios disponibles."96
En 2014, el periodista e investigador Ethan Gutmann publicó el resultado de su propia investigación.97 Gutmann realizó amplias entrevistas sobre el tema a antiguos detenidos en campos de trabajo y prisiones chinas, como también a antiguos funcionarios de seguridad y profesionales médicos con conocimiento de las prácticas de trasplante de China.15 98 Gutmann informó que la sustracción ilegal de órganos a prisioneros políticos seguramente comenzó en la provincia de Xinjiang en los años 90, y se extendió desde entonces por todo el país. Gutmann estima que unos 64.000 prisioneros de Falun Gong pueden haber sido asesinados por sus órganos entre los años 2000 y 2008.97 99 En septiembre de 2015, Gutmann afirmó ante la Comisión Ejecutiva del Congreso de EE.UU. sobre China, que si tenía que hacer una estimación sobre el número de extirpaciones forzadas a Falun Gong, "doblaría" sus números previos.
En junio de 2016, David Matas, Ethan Gutmann y David Kilgour estimaron en un nuevo informe que en China "entre 60.000 y 100.000 órganos son trasplantados anualmente, y la mayoría de corazones, hígados y otros órganos se obtienen mediante la ejecución de prisioneros de conciencia." Este dato contrasta con la cifra oficial de 10.000 trasplantes por año dada por los funcionarios chinos, arrojando un total de 1 millón y medio de trasplantes realizados en China durante los últimos 16 años. Un mes más tarde, el Parlamento europeo adoptó una declaración por escrito donde expresaba las "noticias reiteradas y fidedignas relacionadas con la práctica sistemática y autorizada por el Estado de extraer sin consentimiento órganos de presos de conciencia en la República Popular China, en particular, de practicantes de la meditación y los ejercicios pacíficos de Falun Gong, aunque también de uigures, tibetanos y cristianos."
Campaña mediática
La campaña del gobierno chino contra Falun Gong fue impulsada por una propaganda a gran escala a través de la televisión, los periódicos, la radio e internet. Durante el primer mes de la campaña, aparecieron entre 300 y 400 artículos atacando Falun Gong en cada uno de los principales diarios estatales, mientras que en televisión en horas de máxima audiencia se repetían presuntas revelaciones sobre el grupo, con falta de difusión de otros puntos de vista en los medios de comunicación. La campaña propagandística se centró en suposiciones de que Falun Gong ponía en peligro el orden social, era peligroso y engañoso, era "anti-ciencia" y amenazaba el progreso, y sostenía que la filosofía moral de Falun Gong era incompatible con una ética social marxista.
Los eruditos en China Daniel Wright y Joseph Fewsmith afirmaron que durante varios meses después de que Falun Gong fuera ilegalizado, los programas vespertinos de la Televisión Central de China no contenían más que retórica anti-Falun Gong; la operación del gobierno fue "un estudio de una demonización total", escribieron. Falun Gong fue comparado por el Beijing Daily con "una rata cruzando la calle que todo el mundo clama por aplastar"; otros funcionarios dijeron que sería una "seria, compleja y a largo plazo" lucha para "erradicar" a Falun Gong.
La propaganda estatal inicialmente usó la llamada al racionalismo científico para argumentar que la visión del mundo de Falun Gong estaba en "completa oposición a la ciencia" y al comunismo. Por ejemplo, el People's Daily afirmó el 27 de julio de 1999, que la batalla contra Falun Gong "era una lucha entre el teísmo y el ateísmo, la superstición y la ciencia, el idealismo y el materialismo." Otros editoriales declararon que el "idealismo y teísmo" de Falun Gong son "absolutamente contradictorios a las teorías fundamentales y principios del marxismo," y que "el principio de 'verdad, benevolencia y tolerancia' predicado por [Falun Gong] no tiene nada en común con la ética del socialismo y el progreso cultural que estamos esforzándonos en alcanzar." Suprimir a Falun Gong fue presentado como un paso necesario para mantener el "papel de vanguardia" del Partido comunista en la sociedad china.
A pesar de los esfuerzos del Partido, las acusaciones iniciales presentadas contra Falun Gong fracasaron en incentivar un apoyo popular extendido a la persecución del grupo. En los meses que siguieron a julio de 1999, la retórica en la prensa estatal se intensificó hasta incluir denuncias de que Falun Gong estaba simpatizando con fuerzas extranjeras "anti-China". En octubre de 1999, tres meses después de que la persecución comenzara, el periódico Diario del Pueblo declaró a Falun Gong como xiejiao. Una traducción literal de este término es "enseñanza herética", pero durante la campaña de propaganda anti-Falun Gong fue traducido en inglés como "secta perversa".58 En el contexto de la china imperial, el concepto "xiejiao" fue usado para referirse a las religiones no confucianas, si bien en el contexto de la China comunista, ha sido usado para identificar a las organizaciones religiosas que no se someten a la autoridad del Partido comunista.
Ian Denis Johnson sostiene que, al aplicar eficazmente la etiqueta de 'secta' a Falun Gong "se encubrió de legitimidad la campaña del gobierno con el movimiento occidental antisecta." Distingue, sin embargo, que Falun Gong no satisface las definiciones generales de una sectaː "sus miembros se casan fuera del grupo, tienen amigos externos, mantienen puestos de trabajo cotidianos, no viven aislados de la sociedad, no creen que el fin del mundo sea inminente y no dan sumas significativas de dinero a la organización ... no aboga por la violencia y es desde la base una disciplina apolítica, orientada a la introspección, una que apunta hacia la purificación espiritual de uno mismo y al mejoramiento de la salud propia. David Ownby escribió de forma similar que "la entera cuestión de la supuesta naturaleza sectaria de Falun Gong fue una maniobra de distracción desde el principio, explotada inteligentemente por el estado chino para mitigar el atractivo de Falun Gong." Según John Powers y Meg Y. M. Lee, dado que Falun Gong estaba clasificado en la percepción pública como un "grupo de ejercicio de qigong apolítico," no fue visto como una amenaza para el gobierno. La estrategia más crucial en la campaña de represión a Falun Gong, por tanto, fue convencer a la gente para reetiquetar a Falun Gong en una serie de "etiquetas religiosas negativas", como "culto perverso", "secta", o "superstición". Las protestas silenciosas del grupo se reetiquetaron como creadoras de "disturbios sociales". En este proceso de reetiquetado, el gobierno trataba de acceder a una "profunda reserva de sentimientos negativos relacionados al rol histórico de las sectas cuasi-religiosas como una fuerza desestabilizadora en la historia política china."
En la campaña de propaganda, tuvo lugar un punto de inflexión en la víspera del Año Nuevo chino el 23 de enero de 2001, cuando cinco personas trataron de prenderse fuego en la Plaza de Tiananmen. La agencia oficial de noticias china, Xinhua, y otros medios estatales afirmaron que los auto-inmoladores eran practicantes, aunque el Centro de Información de Falun Dafa discute esto, sobre la base de que las enseñanzas del movimiento prohíben explícitamente el suicidio y el asesinato, afirmando además que el suceso fue “una cruel (pero ingeniosa) estratagema.” El incidente recibió cobertura internacional por las agencias de noticias, y más tarde unas tomas de vídeo de las inmolaciones fueron emitidas en China por la Televisión Central de China (CCTV). Se mostraron imágenes de una niña de 12 años, Liu Siying, y también imágenes de la inmolación y de las entrevistas con los otros participantes donde aseguraban su creencia en que la auto-inmolación les conduciría al paraíso. Pero uno de los reporteros de la CNN en la escena no vio siquiera a un niño allí. Las fuentes de Falun Gong y otros comentaristas señalaron que el relato del incidente de los principales participantes y otros aspectos del comportamiento de los participantes eran inconsistentes con las enseñanzas de Falun Dafa. Media Channel y la ONG International Education Development (IED) coinciden en que el supuesto incidente de la auto-inmolación fue orquestado por el Partido Comunista Chino para “demostrar” que Falun Gong lavaba el cerebro a sus seguidores para cometer suicidio y tenía por tanto que ser prohibido al ser una amenaza para la nación. La declaración de la IED en la 53º sesión de la ONU describe el violento ataque de China a los practicantes de Falun Gong como terrorismo de Estado y que la auto-inmolación “fue orquestada por el gobierno.” El periodista del Washington Post Phillip Pan escribió que dos de los auto-inmoladores que habían muerto no eran realmente practicantes de Falun Gong. El 21 de marzo de 2001, Liu Siying murió repentinamente después de aparentar estar muy recuperada y tras ser diagnosticada como apta para recibir el alta hospitalaria y volver a casa. La revista Time informó que previamente al incidente de la auto-inmolación, muchos chinos habían sentido que Falun Gong no presentaba ninguna amenaza, y que la campaña del Estado había ido demasiado lejos. Después del evento, sin embargo, la campaña de los medios de comunicación chinos continentales contra Falun Gong ganó una adherencia significativa. Mientras la simpatía pública por Falun Gong decaía, el gobierno empezó a sancionar “el uso sistemático de la violencia” contra el grupo.
En febrero de 2001 – el mes posterior al incidente en la Plaza de Tiananmen, Jiang Zemin convocó una Conferencia Central de Trabajo excepcional para enfatizar la importancia de la continuidad de la campaña anti-Falun Gong y unir bajo el intento a funcionarios superiores del partido. Bajo el liderazgo de Jiang, la campaña contra Falun Gong se convirtió en parte del etos político chino de "mantener la estabilidad" – precisamente la misma retórica empleada por el partido durante las protestas de Tiananmen en 1989. El mensaje de Jiang fue recordado en la Asamblea Popular Nacional de 2001, donde la erradicación de Falun Gong fue vinculada al progreso económico de China. Aunque menos prominente en la agenda nacional, la persecución a Falun Gong ha continuado después de la jubilación de Jiang; campañas consecutivas, de "duros ataques" de alto nivel contra Falun Gong se iniciaron ambas en 2008 y 2009. En 2010, se lanzó una campaña de tres años para renovar los intentos en la "transformación" coactiva de los practicantes de Falun Gong.
En el sistema educativo
Los esfuerzos de propaganda anti-Falun Gong también han penetrado en el sistema educativo. Siguiendo la prohibición de Jiang Zemin a Falun Gong en 1999, la entonces ministra de educación Chen Zhili lanzó una efectiva campaña en todos los niveles de las instituciones académicas para promover la línea del Partido referente a Falun Gong, incluyendo escuelas de posgrado, universidades, escuelas profesionales, institutos de secundaria, y colegios de educación infantil y primaria. Sus esfuerzos incluyeron en las escuelas chinas un "compromiso tipo Revolución Cultural" que requería que los miembros de la facultad, personal, y estudiantes denunciaran públicamente a Falun Gong. Los profesores que no cumplieron con el programa de Chen fueron despedidos o detenidos; a los estudiantes que no cooperaron se les privó de ascenso en sus estudios, se les expulsó, o se les envió a campos de "transformación" para alterar su pensamiento. Chen también trabajó para expandir el movimiento de propaganda educativo anti-Falun Gong en el extranjero, usando fondos nacionales de educación para donar ayuda a las instituciones extranjeras, animándolas a oponerse a Falun Gong.
Reacción de Falun Gong a la persecución
La respuesta de Falun Gong a la persecución en China comenzó en julio de 1999 con recursos ante las oficinas de apelación a nivel local, provincial y central en Pekín.123 Pronto derivó en concentraciones mayores, con cientos de practicantes de Falun Gong que viajaban diariamente a la Plaza de Tiananmen para mostrar los ejercicios de Falun Gong o sostener pancartas en defensa de la práctica. Estas concentraciones fueron constantemente disueltas por fuerzas de seguridad, y muchos practicantes involucrados fueron arrestados—a veces violentamente—y detenidos. Para el 25 de abril de 2000, un total de más de 30.000 practicantes habían sido arrestados en la plaza pequinesa; 700 seguidores de Falun Gong fueron arrestados durante una concentración en la plaza el 1 de enero de 2001. Según el periódico español El País, el 20 de noviembre de 2001 35 practicantes occidentales, entre ellos algunos españoles, fueron detenidos mientras realizaban una manifestación en la misma plaza. Las manifestaciones públicas continuaron bien adentrado el año 2001. Escribiendo para el Wall Street Journal, Ian Johnson relató que "los fieles de Falun Gong han mostrado lo que se puede catalogar como el desafío más prolongado a la autoridad en 50 años de gobierno comunista."
Para finales de 2001, las concentraciones en la Plaza de Tiananmen se habían vuelto menos frecuentes, y la práctica se encaminó más profundamente hacia la clandestinidad. Dado que la manifestación pública perdió apoyo, los practicantes establecieron "sitios de materiales" clandestinos, que pudieran producir literatura y DVD para contrarrestar la descripción de Falun Gong en los medios de comunicación oficiales. Los practicantes después distribuyen estos materiales, frecuentemente puerta a puerta. Fuentes de Falun Gong estimaban que existían en 2009 más de 200.000 de estos lugares a lo largo de China. La producción, posesión, o distribución de estos materiales es frecuentemente la justificación para los agentes de seguridad para encarcelar o sentenciar a los practicantes de Falun Gong.
En 2002, activistas de Falun Gong en China accedieron a las programaciones de televisión, reemplazando programación estatal habitual por su propio contenido. Uno de los ejemplos más notorios tuvo lugar en marzo de 2002, cuando practicantes de Falun Gong en Changchun interceptaron ocho cadenas de televisión en la provincia de Jilin, y por casi una hora, emitieron un programa titulado "¿Auto-inmolación o escena orquestada?". Todos los seis practicantes involucrados fueron capturados durante los siguientes escasos meses. Dos fueron asesinados en el acto, mientras que los otros cuatro murieron a la altura de 2010 como resultado de las heridas prolongadas mientras estaban en prisión.
Practicantes de Falun Gong fuera de China han presentado docenas de denuncias contra Jiang Zemin, Luo Gan, Bo Xilai, y otros cargos chinos alegando genocidio y crímenes contra la humanidad.133 Según International Advocates for Justice, Falun Gong ha presentado el mayor número de querellas de derechos humanos en el siglo XXI y las acusaciones se encuentran entre los crímenes internacionales más graves estipulados por las leyes criminales internacionales, ya que para 2006, 54 denuncias criminales y civiles se encontraban en tramitación en 33 países. A fecha de julio de 2015, decenas de miles de personas de diferentes nacionalidades han presentado denuncias individuales ante la Corte Suprema de China para enjuiciar a Jiang Zemin. En numerosas sentencias, los juzgados han rechazado admitir los casos sobre la base de la inmunidad soberana. A finales de 2009, sin embargo, diferentes juzgados en España y Argentina imputaron a Jiang Zemin y Luo Gan los cargos de "crímenes contra la humanidad" y genocidio, y pidieron su arresto en Argentina y comparecencia en España—es sabido que la resolución es en gran parte simbólica y poco probable de llevarse a cabo. La sala en España también imputó a Bo Xilai, Jia Qinglin y Wu Guanzheng.
Practicantes de Falun Gong y sus simpatizantes también presentaron una denuncia en mayo de 2011 contra la compañía tecnológica Cisco Systems, sosteniendo que la empresa ayudó a diseñar e introducir un sistema de vigilancia para el que el gobierno chino persiguiera a Falun Gong. Cisco negó adecuar su tecnología para este propósito.
Persecución fuera de China
En junio de 2002, cuando Jiang Zemin visitó Islandia, las autoridades islandesas acataron las disposiciones del gobierno chino relativas a la negación de acceso a los practicantes que trataran de entrar al país para protestar. Usando una lista negra, cientos de practicantes de Falun Gong fueron devueltos por la aerolínea nacional o detenidos si trataban de llegar al país. La lista negra causó protestas de miles de ciudadanos islandeses y políticos del país. En 2011, el ministro de asuntos exteriores de Islandia Össur Skarphéðinsson publicó una disculpa por violar la libertad de expresión y circulación de los practicantes de Falun Gong.
Un caso similar al de Islandia tuvo lugar en Hong Kong con motivo de una visita de Jiang en 2001, poniendo en entredicho el principio "un país, dos sistemas".
En 2004 la cámara baja del Congreso de EE.UU. resolvió que China debería "cesar de usar las delegaciones diplomáticas en los Estados Unidos para difundir falsedades sobre la naturaleza de Falun Gong", dando testimonio de las presiones realizadas por funcionarios consulares chinos a políticos en los EE.UU., incluyendo alcaldes de las principales ciudades, para que retiraran su apoyo al grupo espiritual. Se han registrado casos de agresiones físicas y allanamiento de morada en los Estados Unidos.
Falun Gong fuera de China
Li Hongzhi comenzó a enseñar internacionalmente Falun Gong en marzo de 1995. La primera parada fue en París donde, por invitación del embajador chino, mantuvo un seminario en la embajada de la RP. de China. Fue seguido por lecciones en Suecia en mayo de 1995. Entre 1995 y 1999, Li dio lecciones en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Suiza, y Singapur.
El crecimiento de Falun Gong fuera de China se corresponde en gran parte a la migración de estudiantes desde China continental a Occidente desde principios hasta mediados de los años 90. Asociaciones de Falun Gong y grupos comenzaron a aparecer en Europa, Norteamérica y Australia, con actividades centradas principalmente en campus universitarios. Se encuentran actualmente asistentes voluntarios de Falun Gong y Asociaciones de Falun Dafa en más de 70 países fuera de China.
A finales de los 90 comenzaron a aparecer traducciones de las enseñanzas de Falun Gong. Al mismo tiempo que la práctica comenzó a proliferar fuera de China, Li Hongzhi comenzó a recibir reconocimiento en Estados Unidos y otros lugares de Occidente. En mayo de 1999, Li fue bienvenido en Toronto con felicitaciones del alcalde y del gobernador provincial general, y en los dos meses que siguieron también recibió reconocimiento de las ciudades de Chicago y San José.
Hasta abril de 2001, Falun Gong y Li Hongzhi recibieron más de 340 premios y proclamaciones en varios países incluyendo Rusia, Japón y China (antes de 1999) "en reconocimiento a su extraordinaria contribución al bienestar físico y espiritual de las personas y a la libertad de conciencia en el mundo." El fundador de Falun Gong también fue nominado al Premio Nobel de la Paz, y en septiembre de ese mismo año, el Parlamento europeo decidió nominar a Li Hongzhi al premio Sájarov de libertad de conciencia.
Recepción internacional
Practicantes de Falun Gong asisten a una concentración frente al Parlamento europeo en Bruselas.
Desde 1999, numerosos gobiernos occidentales y organizaciones de derechos humanos han expresado su condena a la represión del gobierno chino hacia Falun Gong. El entonces presidente Bill Clinton pidió a China libertad de creencia y de asociación para Falun Gong. Desde 1999, miembros del Congreso de Estados Unidos han hecho dictámenes e introducido varias resoluciones en apoyo a Falun Gong. En 2010, la Resolución 605 de la Cámara de Representantes de Estados Unidos apeló por "un inmediato fin de la campaña para perseguir, intimidar, encarcelar, y torturar a practicantes de Falun Gong," condenó los esfuerzos de las autoridades chinas en distribuir "propaganda falsa" sobre la práctica alrededor del mundo, y expresó simpatía hacia los practicantes de Falun Gong perseguidos y sus familias. En 2013 el Parlamento europeo emitió una resolución donde pedía "la liberación inmediata de todos los presos de conciencia en China, incluidos los seguidores de Falun Gong."
De 1999 a 2001, los informes de los medios de comunicación occidentales sobre Falun Gong—y en particular, el maltrato de los practicantes—eran frecuentes, si bien contradictorios. En la última mitad de 2001, sin embargo, el volumen de informes en los medios declinó precipitadamente, y en 2002, grandes organizaciones de noticias como New York Times y Washington Post habían cesado casi completamente su cobertura de Falun Gong desde China. En un estudio sobre el discurso mediático hacia Falun Gong, el investigador Leeshai Lemish encontró que las organizaciones de noticias occidentales también se volvieron menos representativas, y más orientadas a presentar sin sentido crítico las narrativas del Partido Comunista, en vez de las de Falun Gong o grupos de derechos humanos. Adam Frank escribe que al informar sobre Falun Gong, la tradición occidental de etiquetar a los chinos como "exóticos" comenzó a predominar, y que mientras las evidencias eran generalmente correctas en la cobertura de los medios occidentales, "la normalidad de millones de practicantes chinos asociados con la práctica había prácticamente desaparecido." David Ownby se percató que junto a estas tácticas, la etiqueta de "secta" aplicada a Falun Gong por las autoridades chinas nunca se fue completamente de las mentes de algunos occidentales, y el estigma todavía sigue jugando un papel en percepciones públicas recelosas sobre Falun Gong.
Para contrarrestar el apoyo a Falun Gong en Occidente, el gobierno chino aumentó sus esfuerzos contra el grupo internacionalmente. Esto incluía visitas de diplomáticos a directivos de periódicos para "ensalzar las virtudes de la China comunista y las maldades de Falun Gong", relacionando el apoyo a Falun Gong con "arriesgar las relaciones comerciales," enviando cartas a políticos locales diciéndoles que retiraran su apoyo a la práctica. Según Perry Link, la presión sobre las instituciones occidentales también toma formas más imperceptibles, incluyendo auto-censura académica, por medio de la cual la investigación sobre Falun Gong podría resultar en una negación de visa para trabajo sobre el terreno en China; o exclusión y discriminación en negocios y grupos sociales que tienen conexiones con China y temen enfurecer al Partido Comunista.
Aunque la persecución a Falun Gong ha suscitado una condena considerable fuera de China, algunos observadores mencionan que Falun Gong ha fallado en atraer el nivel de simpatía y atención prolongada concedida a otros grupos disidentes chinos. Katrina Lantos Swett, vicepresidente de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, menciona que la mayoría de americanos son conscientes de la represión de "budistas tibetanos y grupos cristianos no registrados o abogados pro-democracia y a favor de la libertad de expresión como Liu Xiaobo y Ai Weiwei," y sin embargo "conocen poco o nada sobre el ataque de China a Falun Gong."
Causas judiciales en Argentina y España
Argentina
Tras cuatro años de investigación por "cargos de genocidio y tortura contra el grupo Falun Gong", el juez argentino Octavio Aráoz de Lamadrid emitió en el año 2009 una orden de arresto internacional, pidiendo la captura de Jiang Zemin y de Luo Gan por "crímenes contra la humanidad cometidos en China".
El ex juez federal Octavio Aráoz de Lamadrid, procesado por sobornos en la causa del asesinato de Mariano Ferreyra y separado de otra causa judicial por parcialidad, dispuso recibir la declaración indagatoria de Jiang Zemin y Luo Gan. La medida fue dispuesta en la causa originada en la denuncia presentada por la Presidente de la Asociación Falun Dafa, Sra. Liwei Fu, ante los delitos de lesa humanidad cometidos en el territorio chino. En esta causa, los abogados querellantes -Dres. Alejandro Cowes y Adolfo Casabal Elía- señalaron que la evidencia analizada por el ex juez federal Octavio Aráoz de Lamadrid incluye los testimonios orales de 17 víctimas de persecución y torturas. En estas actuaciones fueron agregados informes elaborados por Human Rights Watch, Amnistía Internacional y por la Organización de las Naciones Unidas. “Escuchar a los 17 testigos que declararon en la causa, me hizo sentir en carne propia lo que es vivir bajo una dictadura comunista. Me ayudó a comprender también lo que pasó en la Argentina en el pasado”, declaró Cowes.
En su resolución el ex magistrado Aráoz de Lamadrid expresó “entiendo que en el presente caso deben aplicarse los principios de la Jurisdicción Universal atento a la entidad de los delitos denunciados, las magnitud de víctimas que habría sido afectadas y el corte ideológico que se le imprimió a la maniobra dirigida contra integrantes de la agrupación religiosa Falun Gong”. También el Dr. Octavio Araóz de Lamadrid detalló los ataques recibidos por ciudadanos argentinos practicantes de Falun Gong, haciendo referencia a los procesos judiciales en trámite ante la Justicia en lo Correccional y Criminal Federal de la Capital Federal.
Poco después, luego de presiones de la embajada china se intentó archivar la causa. Luego de diversas apelaciones, el 17 de abril de 2013, la Cámara de Casación Argentina ordenó su reapertura: "Es de rigor frente a hechos de la naturaleza de los que se exponen poner el máximo esfuerzo en su determinación", dispuso la jueza Catucci en su sentencia. Actualmente la causa viene siendo procesada en el Juzgado Federal Nº 9.
España
Según Amnistía Internacional, "el 15 de octubre de 2003, quince víctimas [dos de ellas españolas] interpusieron una querella criminal contra miembros del Partido Comunista chino por las torturas, persecución y genocidio cometidos en China desde el año 1990 contra practicantes de la enseñanza religiosa Falun Gong." Se emitieron cuatro querellas contra el ex presidente Jiang Zemin y los miembros del partido Luo Gan, Jia Qinglin, Bo Xilai y Wu Guanzheng. La ONG citó que "las cuatro querellas fueron inicialmente denegadas a trámite pese a la absoluta inactividad e inefectividad de las acciones interpuestas por las víctimas ante los juzgados chinos".
No fue hasta 2006, que en aplicación de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el caso Guatemala primero, y con posterioridad por otra sentencia de ese mismo Tribunal en 2007, que se confirmó la competencia de los Tribunales españoles para conocer del caso. Desde 2007 se practicaron varias testificales por parte del juez instructor, Ismael Moreno Chamarro, y finalmente en 2009 el Juzgado de Instrucción nº2 de la Audiencia Nacional inició un sumario al constatarse que las actuaciones revestían los caracteres de un delito de genocidio y torturas, cursándose una comisión rogatoria a China para interrogar a los dirigentes chinos denunciados desde 2003.
En febrero de 2014 se cursó una orden internacional de detención contra Jiang Zemin y otros altos cargos chinos por el genocidio del Tíbet, causando el hecho un eco en la prensa española y provocando la fuerte reacción de la embajada china en Madrid. Días antes el gobierno español inició el trámite para modificar la Ley orgánica del Poder Judicial y poner así fin al principio de jurisdicción universal, que amparaba las querellas por los casos del Tíbet y Falun Gong. El cambio legislativo obligó al archivo de los casos. Tras los recursos contra este cierre, en 2015 se archivaron las causas de nuevo por el Tribunal Supremo por nueve votos contra siete, declarando el cierre de la causa “legítimo” en unas declaraciones a la prensa. Según un informe de la fundación FIBGAR, actualmente el caso Falun Gong se encuentra pendiente de recurso ante el Tribunal Constitucional "por aplicación indebida de Tratados internacionales y conflicto de normas" entre otras razones.
Me despido hasta la próxima entrada y si sabéis más nombres de sectas dejarlos en los comentarios gracias.
Un saludo:
Lady Deathpoet