Grans Muralles, Mas La Plana, Milmanda, Perpetual y Reserva Real, cinco vinos imprescindibles en cualquier bodega.
Vilafranca del Penedès, año 1628. Es entonces cuando se tienen las primeras referencias de la Familia Torres como elaboladores de vino. Saliendo de Vilafranca, en Piera, existe un documento que también atribuye la propiedad de viñas a la familia datado en 1577.
Nos remontamos lejos, muy lejos en el tiempo para ir hasta el origen documentado de la relación de Familia Torres con el mundo del vino, aunque fue en 1870 cuando nacieron las bodegas. Desde entonces se elaboran vinos y brandys. Con el tiempo han ido expandiéndose mas allá del Penedès. En Catalunya, están en Conca de Barberà, Priorat y Costers del Segre; en España en Rioja, Ribera del Duero, Rueda y Rías Baixas y fuera de Europa, en Chile.
Ahora conviven la cuarta y quinta generación que sigue trabajando en el mundo vitivinícola y lo siguen haciendo habiéndose adaptado a los nuevos tiempos con nuevos proyectos, con pasión y dedicación absoluta.
Proyectos que hoy se están llevando a cabo, sobre todo relacionados con el cambio climático, como la búsqueda de viñas en altura. En els Tossals, la montaña más alta con pizarra de El Priorat, ya han plantado una pequeña semilla de la que quizá veamos un resultado en unos años.
Otros llevan años en marcha, como la reducción de emisiones de CO2, la utilización de energías renovables o la toma de medidas sobre la eficiencia energética, que los posicionó como pioneros en el cultivo ecológico.
Uno de los más interesantes y derivado también en cierta forma de este cambio climático es la recuperación de variedades ancestrales. Desde mediados de los años 80, cuando se inició el proyecto, han conseguido recuperar más de 50 variedades prefiloxéricas. Algunas de ellas como la garró y la querol ya han sido utilizadas para algunas de sus elaboraciones.
En todos los territorios donde están presentes llevan a cabo dicho estudio. Su finalidad es recuperarlas y volver a vinificar con ellas. Es posible que en su momento dejaran de ser cultivadas por su dificultad o por un resultado no esperado ante unas condiciones climáticas diferentes. Pero ahora, ¿por qué no es posible que haya una mejor adaptación de ellas a las tierras?
Un patrimonio y un estudio casi altruista que la Familia Torres realiza con el objetivo de crecer y compartir este conocimiento con todos.
Familia Torres: Antología Miguel Torres.
Miquel Torres Maczassek fue el encargado junto a Josep Sabarich de presentarnos y guiar la cata de las nuevas añadas de los cinco vinos más emblemáticos nacidos todos ellos de una tierra única.
- Milmanda 2016
La finca Castell de Milmanda fue comprada por la Familia Torres a principios de los años ochenta en Conca de Barberà. Un total de 16 hectáreas de Chardonnay que destina los mejores racimos al vino homónimo. Para su elaboración, se seleccionan los mejores frutos por separado que después se unirán para buscar el equilibrio perfecto. Seis meses de barrica, diez con sus lías y una buena puvliometría en 2016 han conseguido, una vez más, un vino redondo.
- Mas La Plana 2015
Mas la Plana, DO Penedès, es un vino lleno de premios y de historia con el que se ha conseguido romper tópicos y fronteras. A finales de los setenta, cerró muchas bocas críticas con el vino catalán tras ganar el campeonato en las Olimpiadas del vino en París. Desde entonces ha llovido mucho, sobre todo en 2014 en El Penedès. Tanto que tenemos que lamentar la ausencia de Mas La Plana 2014 en el mercado. Para su elaboración se pone un sumo cuidado, de principio a fin. Desde la vinificación de las parcelas por separado hasta el tostado de las barricas que lo acogerán durante 18 meses.
- Reserva Real 2015
Cabernet sauvignon, merlot y cabernet franc son las variedades utilizadas para Reserva Real 2015. Hablamos de una finca en un rincón único en el Penedès, con suelo de pizarra que logra junto a su coupage un vino singular. Reserva Real es un vino para todas aquellas ocasiones en las que se requiera un vino clásico. Un reposo de 18 meses en barricas nuevas de roble consiguen un resultado final que difícilmente defraudará a nadie.
- Grans Muralles 2015
Nos vamos a la DO Conca de Barberà, a un paraje algo fuera de lo normal en aquella zona por sus suelos y variedades. Siendo muy próxima a la Finca Castell de Milmanda, las características geológicas cambian totalmente. De las 32 hectáreas totales de la finca, sólo 6 se dedican a Grans Muralles. En Grans Murallas están muy presentes las variedades autóctonas catalanas, incluyendo algunas de las recuperadas en su proyecto.
- Perpetual 2016
Para Perpetual, Familia Torres va un paso más allá y, además de seguir trabajando con las variedades recuperadas, se centra para este vino en las viñas más viejas de la zona de El Priorat. Perpetual no nace solo de una finca, sino de una suma de terrenos que son propiedad de diferentes propietarios y cuyos costers se sitúan entre los 250 y 550 metros de altura. Unas tierras de muy baja producción. La selección esmerada de la uva y el control de cada lote por separado permite que se conserve el carácter de cada una de las fincas.
Antología Miguel Torres se convierte una vez más en una selección única para cualquier amante del vino, imprescindible para cualquier bodega que se precie.