Revista Opinión

Fan, de Fangoria o el arte de la reinvención

Publicado el 25 septiembre 2011 por Carmentxu

Fan (del inglés fan, acort. de fanatic. Según la RAE, 1. Admirador o seguidor de alguien. 2. Entusiasta de algo). Y ponen un ejemplo práctico por si no ha quedado claro: “Es un fan de la ópera”. No soy lo que se entiende por mitómana, así que nunca he sentido especial devoción por Olvido Gara y los sucesivos personajes que ha encarnado a través de la historia musical española, de la que creo, eso sí, que forma arte y parte.

Pero sí soy fan de lo que representa, de esa capacidad de inventarse y reinventarse a golpe de nuevo disco, pero con una novedad en el panorama: el puntito de coherencia imprescindible para mantener la credibilidad. Anoche Fangoria lució las fiestas de la Mercè con un concierto que llenó hasta la bandera la amplia Avenida Reina María Cristina de Barcelona. Y digo hasta la bandera porque, en el lado opuesto, se yergue la antigua plaza de toros de Las Arenas, reinventada también en centro comercial de estética espacial. Ahora, los triunfadores de la tarde han dejado de salir con las dos orejas y el rabo. En su lugar, empuñan dos bolsas de Desigual, una de Mango y una cafetera Nespresso.

Entre Fangoria y Las Arenas reinventadas, se hacinaban unas 100.000 personas entre niñatas rezagadas del concierto de Melocos, los primeros en actuar, los que aprovechaban el intimista de Moisés Loval para rellenar los botellones y los impacientes ya que se desfogaban con el ritmo machacón del siliconado Robert Ramírez mientras se hacían con un buen sitio. Cien mil personas entre pasado reinventado para un futuro distorsionado y extraño, que es como se ve a través del fondo de una botella de plástico mientras se acaba el cubata.


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