Tras superar la emoción de ver a Park-Chan Wook en vivo y en directo a pocos metros y respondiendo a nuestras preguntas, desde La Palomita acudimos religiosamente al Fant hasta su clausura el pasado jueves. Así, dentro de la sección oficial en la que competían ocho películas, también pudimos disfrutar del acercamiento al slasher del entusiasta David Morley (Mutants, 2008) en la irregularHome Sweet Home, así como de la reivindicación del cine de autor por parte de Jorge Arenillas en la meritoria Otro Verano, pero sobre todo del lujo incierto que supone ver Antiviral, uno de los mejores debuts de los últimos años (de algo tiene que servir ser hijo de David Cronenbger), en pantalla grande y rodeado de amantes de un género al que honra con creces
Nuestra segunda crónica del Fant 2013, tras el salto.
Como ya insinúa a posteriori su director, Home Sweet Home no es más que una película de encargo. Y aunque no debería ser éste su principal defecto, si constituye una gran lacra para el filme. Pues, y para desgracia del espectador, Morley únicamente aspira a exponer, sin arriesgarse demasiado, la más que trillada estructura del slasher estándar: psicópata entra a una casa y se carga a la feliz pareja de turno. El director francés nos regala durante hora y media una reiteración mediocre de todos los tópicos y clichés ya vistos en la gran multitud de películas que podrían agruparse dentro de esta categoría de filmes. En conjunto, y a pesar de que cuenta con un buen comienzo, Home Sweet Home se define como un producto flojo donde los haya cuyo punto de vista no aporta absolutamente nada nuevo (ni bueno) al subgénero. Como ya mencionó durante la rueda de prensa, las referencias en las que se ha basado Morley para esta película han sido Halloween de Carpenter y Funny Games de Haneke. Aprovechó para explicar que había intentado representar en su película la casa como la idea de un capullo donde uno está seguro y protegido, para introducir ahí la idea del mal. “Quise respetar el código de este género (terror) pues ya consideraba que me arriesgaba bastante al rodar la película en otro país y en otro idioma. No pretendía ser muy original y meter la pata, sino hacer algo bien estructurado”. Quizás esa falta de valentía ha sido el motivo de fracaso de Home Sweet Home. Tras un rodaje que duró doce días, Morley admite que su intención era tratar la violencia desde el punto psicológico, no tanto desde el físico. Respecto a las escenas que le habría gustado hacer y se ha quedado con ganas Morley confiesa: “Creo que le falta un poco de acción a la segunda parte de la película. Ha sido un reto sacar la película adelante en tan poco tiempo, y siempre quedan ciertas frustraciones”. La programación del Fant no nos da un respiro, y el próximo filme que podemos degustar no es otro que Antiviral, dirigido por Brandon Cronenberg (el hijo de David Cronenberg). Aunque en esta ocasión no tenemos la suerte de contar con la presencia de su director para hacerle preguntas, sólo el hecho de poder saborear esta joya en pantalla grande debería acallar a los más exigentes. Pues las únicas fechas de estreno que ha conocido Antiviral (y a este ritmo quien sabe) han sido el pasado octubre en el festival de Sitges y ahora en el Fant.
Pero vayamos al grano. Antiviral supone un debut increíble para el hijísimo, ayudando a disipar cualquier duda ante la alargada sombra del apellido Cronenberg. Brandon Cronenberg resucita el concepto de nueva carne en esta suerte de thriller distópico ambientado en un futuro no tan lejano en el que una corporación vende las enfermedades de los famosos a una sociedad enfermiza y obsesionada con el culto trasnochado a las celebridades. Antiviral supone todo un ejercicio de estilo cuyo principal pilar se sustenta en la fascinación y atracción malsana que ejerce en el espectador. El dominio de su aspecto visual y la interpretación excepcional de su actor protagonista (Caleb Landry Jones) entre otras características, convierten a Antiviral en un tesoro para los sentidos, aunque desgraciadamente destinado también a ser incomprendida por muchos. La británica Seasoning House es la siguiente cinta dentro del programa del Fant. Su argumento nos traslada a la zona de los Balcanes para ofrecernos una historia de venganza. Un grupo de chicas son obligadas a prostituirse con militares. Al igual que otras cintas del Fant, The Seasoning House es de esas películas condenadas a la invisibilidad por parte de un sistema tradicional de distribución que las deja en un limbo desconocido para el grueso de espectadores. El primer filme de Paul Hyett introduce la trata de blancas en el género de terror como pretexto para ofrecer un relato de revancha nada fácil de ver con una protagonista de lo más especial.
Por su parte, la estadounidense After (Ryan Smith) constituye otro ejemplo de ese tipo de cintas que no llegan a la cartelera de no ser por su recorrido itinerante por festivales. After es la ópera prima de Ryan Smith y podría definirse como una fábula de terror con un aire infantil. Nos presenta a los supervivientes de un accidente que despiertan en un hospital y descubren que son las únicas personas que quedan vivas en la faz de la tierra. A partir de ahí, deberán iniciar un viaje hacia la verdad de los hechos. Aunque After parte de una premisa que recuerda a la primera adaptación de Silent Hill, nos encontramos ante una película ciertamente mediocre tanto a nivel estructural como argumental. El siguiente filme que nos pone el Fant a disposición es Otro verano de Jorge Arenillas. Su trama nos muestra a una pareja que alquila un apartamento para pasar las vacaciones. Todo se complicará cuando la mujer desaparezca sin dejar rastro. Aunque al filme se le puede acusar de unas cuantas lagunas, su director acude a la rueda de prensa con las ideas bastante claras. Definida él mismo como un “drama de misterio”, Otro verano se enmarca dentro del cine low cost. Acompañado por una de las actrices del filme (Verónica Perona), su director reivindica que en realidad este término no es nuevo: “Hemos acuñado el anglicismo ahora, pero en realidad este cine siempre ha existido: es ese cine indie o auto producido que se lleva haciendo toda la vida. No es distinto a lo que hizo Almodóvar con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón o George A. Romero con La noche de los muertos viviente. Es hacer una película por puro amor al cine”. Jorge Arenillas cuenta que Otro verano nace de la frustración, “de tener varios proyectos empantanados, en vías de la distribución tradicional. Proyectos que te roban la vocación, trabajos de encargo que acaban con tu ilusión; Creo que estos otros proyectos (refiriéndose a Otro verano) lo compensan. Y continúa: “El Fant es un regalo. Esta película yo no la he hecho pensando que va a llegar a un público mayoritario. Hicimos la película que nos daba la gana. Fue una experiencia completamente libre, sabiendo que no iba a encontrar una gran distribución grande jamás. Respecto al panorama del cine en España en la actualidad, Arenillas considera que autofinanciación es tanto una opción como una imposición: “Las dos cosas; Para mí es una puerta. Pero desde luego no es el futuro. Y enlaza mencionando a Enrique Urbizu (que hace un cameo en Otro verano): “A mí me parece terrible que directores como Urbizu hayan estado 8 años sin rodar, hasta llega una oportunidad como ‘No habrá paz para los malvados’. Algo no estamos haciendo bien cuando un director en la cima de su talento pierde 8 años. Yo creo que en España siempre llegamos tarde a todo: tenemos nuestra explosión indie 25 años después de la americana. Obviamente rentabilizarlo sería muy difícil. Está la ventana de internet, pero Filmin no te va a amortizar una peli como ésta por muy pequeña que sea. Sin embargo, es una buena carta de presentación. Yo en el futuro me veo alternando esta serie de proyectos: proyectos de encargo para otros, lo que va cubriendo gastos, con otros proyectos que son lo que verdaderamente quieres hacer. Pero no queda separado, porque al final, que 6 personas en España decidan si puedes o no hacer cine, igual su criterio no es el que debería prevalecer siempre. Hay que hacer más cine. Lo que permite este cine es eso, hacer más cine”. Las últimas cintas dentro de la sección oficial del Fant son Maniac, The King of pigs y In the house of flies respectivamente. The King of pigs está dirigida por Yeun Sang-ho y saca a colación el tema del bullying en la escuela. Dos ex compañeros de clase se encuentran y rememoran la época en la que su aula estaba dividida entre los cerdos (ellos) y los perros (compañeros de clase social más elevada). Con grandes dosis de violencia, la cinta surcoreana de animación se alza como una de las propuestas más interesantes del Fant.
Finalmente, la canadiense In the House of Flies trata sobre una pareja que es secuestrada y confinada en un zulo. In the house of flies se llevó cinco galardones en el Festival de Cine de Toronto y se trata de la cuarta película de Gabriel Carrer. Él y Angus McLellan, director y guionista canadienses, muestran una gran compenetración durante la rueda de prensa. McLellan explica que él escribió el guión para esta historia en 2002 y que en principio, iba a ser él quien la rodase. Ambos aceptan las similitudes de este filme con los de la saga Saw pero creen que mientras que Saw plantea una situación poco probable, su filme In the house of flies recrea una situación más cerca de la realidad. “Es una comparación fácil que hemos oído bastantes veces desde que la estrenamos en Toronto”. El director aclara que el metraje original duraba tres horas y media y que el rodaje fue extenuante para todo el equipo, en especial, para los dos protagonistas, “a los que posteriormente invitamos a cenar para compensarles”. Próximamente os ofreceremos el reportaje de clausura con el palmarés y nuestras impresiones generales.