La historia del origen de una de las bebidas más consumidas en el mundo.
En este mundo de consumo agresivo y vida superficial bajo la balanza de la oferta y la demanda, es difícil encontrar a gente que plantee su existencia de una forma más profunda, centrada en el romanticismo y en la satisfacción que supone el conocimiento del origen de todas esas marcas o productos que forman parte de su día y día.
Si tenemos que hablar de un periodo negro por excelencia de la historia reciente de la humanidad, sin duda, estaríamos hablando la IIGuerra Mundial y particularmente, del nazismo de Adolf Hitler. A muchos, la mera palabra de “nazismo” les produce sentimientos de miedo, horror, terror o incluso respeto. Lógicamente estas reacciones son fruto de lo que conocemos del régimen que llegó a poner en jaque al mundo entero a mediados del sXX. De todas formas, y de forma paradójica, la otra cara del nazismo, con la que convivimos todos los días, sigue oculta para los ojos de todos, adaptándose a nuestro mundo mientras sus historias fascinantes solo están al alcance de los pocos que quieren conocerlas.
Sin darnos cuenta, a modo de viajeros del tiempo, seguimos en contacto con los resquicios en forma de marcas, productos y tradiciones, con el IIIReich. Uno de los ejemplos más fascinantes de productos relacionados con el nazismo es el de la famosa y ultraconsumida bebida refrescante: “Fanta”. Estoy seguro que seréis muchos los que, tras haber visto la foto que encabeza este articulo, os habréis frotado los ojos incrédulos al contemplar la incongruencia histórica que aporta la botella en tal estampa. Ruego que me permitan justificarme por tal rareza, estoy seguro que me entenderán tras haber leído el artículo entero.
Para comprender mejor el nacimiento de “Fanta” hay que retroceder en el tiempo hasta el año 1941. Hasta ese año, desde el año 1930, el consumo en Alemania de coca-cola estaba más que extendido entre una población que apreciaba con gran aceptación esta bebida americana. Debido a este crecimiento de la demanda entre los consumidores germanos, el régimen nazi había invertido y fomentado la creación de 43 fábricas destinadas a la fabricación y embotellado del producto. Algo que, aparte del gusto de la población por la coca-cola, estaba directamente relacionado con el interés de Göering (ministro del aire y miembro clave de la cúpula de Hitler) en apropiarse de la receta secreta que permitiese conseguir por si solo el jarabe necesario para fabricar el producto y que, hasta la fecha, solo se conseguía mediante la importación directa desde los EEUU.
Debido a la política exterior de Hitler y más concretamente, a la invasión de Rusia bajo la operación Barbaroja, EEUU declaró la guerra a la Alemania nazi respaldando, así, a las potencias aliadas del continente europeo. Esto cerró el grifo a cualquier tráfico comercial entre los dos países, hecho que paró, lógicamente, la producción en suelo germano de coca-cola. Lo paradójico del caso es que a los alemanes, debido a las ideas nacionalistas del régimen, se les hizo creer que la bebida era de origen 100% alemán para garantizar así su mayor aceptación. De repente y contra todo pronóstico, Max Keith (Empresario al cargo de la compañía en Alemania)se encontró con la delicada situación de que, tras haber invertido gran capital en fabricas y en medios para fabricar y embotellar coca-cola, ahora se encontraban ante la imposibilidad de ofrecerle a sus clientes esa bebida que tanto gustaba y se consumía.
Ante esta situación, Coca-cola GmbH (filial alemana de la multinacional americana) al mando de Keith, decidió por su cuenta crear una nueva bebida y así suplir el vacío creado con la imposibilidad de fabricar coca-cola. De esta manera nació “Fanta”, una bebida a base de zumo de manzana, sacarinas y azúcar.
Tras la guerra la compañía alemana fue investigada por posible colaboración con el nazismo y se demostró que no solo no lo había hecho, sino que Keith había ayudado a evitar la detención de alguno de sus trabajadores por parte de la Gestapo. Finalmente “Fanta” fue comprada en los años 60 por Coca-cola y tras la guerra sus ingredientes fueron cambiados para mejorar un producto que hoy en día cuenta con adeptos en todo el mundo.