Revista Psicología

Fantasías y Salud Mental

Por Mundotlp @MundoTLP
Fantasías y Salud Mental

Si vemos la realidad muy diferente a como la ven los demás hay dos posibilidades: somos genios o tenemos trastornos mentales.


Según la RAE, fantasía es: “Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales”.

La fantasía puede hacer más agradables muchos aspectos de nuestras vidas, especialmente en el arte, la recreación, la vida cotidiana o el sexo. Carecer totalmente de fantasía podría caracterizar a una existencia “gris” o deprimente. Por otro lado, la fantasía excesiva puede desvincularnos de la realidad y hacernos vivir una especie de realidad virtual que podría desconectarnos de nuestro entorno. De hecho, esquizofrenia (o locura) es ruptura o desconexión de la mente con la realidad.

La fantasía no debe ser excesiva ni muy escasa, su equilibrio es esencial, siendo altamente peligrosa si afecta tu relación con los demás. Podríamos decir que la fantasía actualmente está de moda, como lo evidencian los juegos virtuales, las películas de ciencia ficción, el tema de los superhéroes, algunas series televisivas, incluso los cuentos de hadas y novelas con temas de magia.

Muchas personas abogan por eliminar la fantasía, como una forma de incrementar un realismo productivo, que haga que el joven estudie más y el adulto rinda más en el trabajo, pero ciertamente la mente humana no parece estar cómoda limitándose a la inmanencia de la realidad. Existe una tendencia a robotizar al ser humano, a que funcione de forma más programada y controlada, sacrificando al ser, a cambio del tener. Las presiones para esto usualmente están interiorizadas de tal forma que el propio individuo cree que él mismo es quien desea renunciar a su libertad.

Por otro lado, una vida llena de fantasías y con inadecuada conexión con la realidad, muestra escasa madurez, relaciones sociales deficientes y puede provocar trastornos de consciencia.

Al niño que le regalan un disfraz de Batman, disfruta imaginando que él es Batman. Aunque sabe que no es cierto es capaz de disfrutar sanamente su fantasía. Se ha comprobado que estimular la fantasía en el niño, es muy útil para potencializar el aprendizaje. Así se puede comprender que no es casual que el hipocampo del sistema límbico en el cerebro se vincule tanto al aprendizaje como a las emociones.

En uno de los temas actuales que más descubrimos la fantasía es en el de los extraterrestres. No es fantasía hablar de la posibilidad de su existencia, considerar su presencia ante un hecho inexplicable o tomar previsiones por la eventual posibilidad de un contacto. Pero si yo dijera que mi vecino es muy extraño porque es un extraterrestre, o que unas ruinas fueron sin dudas una antigua residencia de extraterrestres que venían desde el sistema estelar Alfa Centauro o que estoy siendo contactado para llevarme a otra galaxia, necesitaría mostrar evidencias muy claras para que los demás no crean que estoy fantaseando. Lamentablemente existen personas que viven de inventar fantasías y ofrecerlas como verdades evidentes.

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