Revista Libros
Los bibliotecarios me recuerdan a los beduinos: éstos, cuando se retiran a dormir, dejan encendido un pequeño fuego en una duna a modo de faro en el mar de arena. Cuando algún peregrino o alguna persona extraviada se acerca, lo reciben como si fuera príncipe, preso y poeta: lo acogen con todos los honores, lo hacen preso de sus agasajos y, al final, se ve obligado a elegir las palabras precisas para expresar su agradecimiento.
Es así, precisamente, como recuerdo a tantas bibliotecarias. De forma que en la biblioteca también nos sentimos príncipe, preso y poeta entre libros, periódicos, películas, canciones o propuestas digitales, entre ficciones y realidades que nos alertan y ayudan a mantener encendido nuestro espíritu crítico.
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No siempre me acuerdo de que el 24 de octubre es el día de la biblioteca - para mí, por suerte, casi cada día es el día de la biblioteca :-) - pero este año no podía pasarlo por alto. El texto es de Patxi Zubizarreta y la ilustración de Elena Odriozola.
Se habla mucho de los recortes en la sanidad y la educación, pero no se engañen... la cultura también está ahí. Claro que mejor vivir sin cultura que no sin asistencia médica. ¿O quizás no?