Revista Cultura y Ocio
Se dice que "para presumir hay que sufrir". Veamos si este dicho encaja en la época victoriana.
Para salir, una dama victoriana debía cubrirse con todas estas prendas y en este orden: “drawers” (una especie de pololos), combinación, corsé, enaguas, cubrecorsé, "bustle" (para rellenar la parte de atrás del vestido, y que fue reduciéndose de tamaño con el tiempo), polisón, bajo-falda, falda y camisa o chaqueta. Una larga y pesada rutina, sin duda.
El corsé reapareció durante la década de 1830 con un doble propósito, el de sostén de pechos y el de cinturón para reducir la cintura. En esa década, los hombros artificialmente inflados y un corsé apretando y sujetando el torso era la moda victoriana. Al corsé victoriano se le llamaba de “reloj de arena” por la bonita figura que creaba en el cuerpo de la mujer, pero tenía serios inconvenientes; podía producir asfixia, insolación (no sólo por el corsé sino por toda la vestimenta que ya mencionamos), infertilidad (al ir tan ajustados las mujeres sufrían abortos continuos) o, como mínimo, desmayos o malestar general.
En cuanto al luto, existía un desarrollado y complejo conjunto de reglas, particularmente entre las clases altas. Eran las mujeres las que soportaban, como sigue sucediendo hoy en día, el mayor peso de estas costumbres, que implicaban llevar gruesas ropas cerradas negras y gruesos velos negros de crepé. También se vestían gorros y bonetes especiales, normalmente negros o de otros colores oscuros. Había incluso unas alhajas especiales de luto, a menudo hechas de azabache o de cabellos del difunto. Las viudas solían llevar las ropas de luto unos cuatro años después del fallecimiento. Prescindir de estas ropas antes de ese tiempo se consideraba irrespetuoso con el difunto y, si la viuda era aún joven y atractiva, incluso sexualmente provocador. La propia Victoria fue un ejemplo en el cumplimiento de estas normas, debido a su larga pena por la muerte de su marido, el príncipe Alberto.
La verdad es que, a mi parecer, la moda victoriana era muy favorecedora y elegante, pero algo dificil de llevar, ¿no os parece?
Para salir, una dama victoriana debía cubrirse con todas estas prendas y en este orden: “drawers” (una especie de pololos), combinación, corsé, enaguas, cubrecorsé, "bustle" (para rellenar la parte de atrás del vestido, y que fue reduciéndose de tamaño con el tiempo), polisón, bajo-falda, falda y camisa o chaqueta. Una larga y pesada rutina, sin duda.
El corsé reapareció durante la década de 1830 con un doble propósito, el de sostén de pechos y el de cinturón para reducir la cintura. En esa década, los hombros artificialmente inflados y un corsé apretando y sujetando el torso era la moda victoriana. Al corsé victoriano se le llamaba de “reloj de arena” por la bonita figura que creaba en el cuerpo de la mujer, pero tenía serios inconvenientes; podía producir asfixia, insolación (no sólo por el corsé sino por toda la vestimenta que ya mencionamos), infertilidad (al ir tan ajustados las mujeres sufrían abortos continuos) o, como mínimo, desmayos o malestar general.
En cuanto al luto, existía un desarrollado y complejo conjunto de reglas, particularmente entre las clases altas. Eran las mujeres las que soportaban, como sigue sucediendo hoy en día, el mayor peso de estas costumbres, que implicaban llevar gruesas ropas cerradas negras y gruesos velos negros de crepé. También se vestían gorros y bonetes especiales, normalmente negros o de otros colores oscuros. Había incluso unas alhajas especiales de luto, a menudo hechas de azabache o de cabellos del difunto. Las viudas solían llevar las ropas de luto unos cuatro años después del fallecimiento. Prescindir de estas ropas antes de ese tiempo se consideraba irrespetuoso con el difunto y, si la viuda era aún joven y atractiva, incluso sexualmente provocador. La propia Victoria fue un ejemplo en el cumplimiento de estas normas, debido a su larga pena por la muerte de su marido, el príncipe Alberto.
La verdad es que, a mi parecer, la moda victoriana era muy favorecedora y elegante, pero algo dificil de llevar, ¿no os parece?