Paseaba por las librerias, preciosas de NOLA, la Faulkner Books, sita en la casa del propio Faulkner en la que es una de mis calles favoritas, la Pirate's Alley. Tengo esa manía de cogerle gusto a sitios sin motivo aparente; aunque aquí hay motivo, pues es una calle ajardinada, entre la Catedral de San Luis y el Cabildo, con una terraza sin nada de especial y donde vivió el citado autor. O sea que hay motivos.Bueno, pues decía que paseaba por allí y, entre otros, encontré el título que encabeza el post. Y en aquél momento recordé un pensamiento que me asaltó la primera vez que oí un CD de Fats Domino de la colección de mi padre. Recuerdo haber pensado, escuchando su primer éxito "The Fat Man": "esto es blues? no, es rock... del año 48... pero el rock no nació a mediados de los 50?"No, el rock nació de este músico de Nueva Orleans, uno de los más privilegiados pianistas de blues y rock de siempre, a pesar de sus dedos como salsichas y con una voz que es como un trueno, nacido y criado en la música que por todas partes transpira, menos desde las alcantarillas, en la ciudad del delta.No es extraño que el rock naciese aquí. Porque aquí llegaron todos los musicos de todas las partes, con todos sus instrumentos. Aquí cantaban los esclavos negros sus canciones de alegría y las espirituales, con los instrumentos que acababan de descubrir.Fats Domino da una vueltecilla de tuerca al Blues, le sube unas revoluciones, lo canta con alegría y sonríe y se mueve, balanceándose (rockin'). Y ya está, era lo que hacía falta. Después vendrá el country y el folk a la mezcla. Aunque sólo conseguirá popularidad en el año 55, con "Ain't that a shame?" fue el single "The Fat Man" el primer disco de rock, el primero en vender un millón de copias. Después, vendrían otros éxitos y la influencia reconocida por los Beatles, los Rolling, etcétera. Actualmente, es una de las pocas leyendas vivas del rock de los 50. Y una de las figuras de mayor compromiso con la devastación del Katrina, por lo que llegó a lanzar un disco en vivo en 2007.Os dejo con el primer single del millón y con un himno a la comida de Louisiana, concretamente a la Jambalaya, una especie de paella de pollo. Una paella de pollo, vamos.