Los integristas religiosos señalan en sus fatwas a quién hay que perseguir y el castigo que hay que aplicarle. Aquí tenemos un ejemplo, escrito por un cristofascista -eso le salva siquiera de ser juzgado- que señala a las “zorras” a las que hay que aplicar un castigo “a la iraní” en forma de latigazos.
El delito de las alumnas de la Universidad Complutense fue pedir enseñando los pechos el cierre de la capilla religiosa que alberga la universidad. Por suerte, no hay ninguna mezquita dentro de las universidades en España, pero los cristofascistas quieren imponer el que sí existan los recintos dentro de la misma donde practican sus rituales y recitan sus hechizos en forma de oración. El espíritu de la Universidad, donde las fuerzas de seguridad para entrar deben pedir permiso al rector, acosado por el oscurantismo y la práctica de superchería de los fundamentalistas católicos. No es la primera vez que amenazan con la violencia, hay que recordar que en la Universidad de Granada una exposición fotográfica tuvo que ser clausurada por las coacciones y amenazas de los cristofascistas.
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