Yo a lo mío, para variar: ¿cuántos años habrán de pasar hasta que me apee de la burra y descubra que Kanye West es un genio, que lo de todos esos raperos con nombres plagados de apóstrofes, y aquellas cantantes culocéntricas y semivestidas eran efectivamente la octava maravilla, que soy un insensible incapaz de reconocer el pop del futuro aunque me lo planten delante de la cara? Lo digo porque en esto que sigue (SÍ: esto que estáis leyendo es el post que dedico anualmente a mis canciones favoritas) no vais a encontrar, la verdad, mucho hip-hop (si no me equivoco, creo que lo único que me he puesto con una cierta regularidad ha sido el rap funkoide del “Come Down” de Anderson Paak), más bien cero de eso que llaman R&B contemporáneo, y guitarras, yo diría que hasta menos que otros años. Lo habitual por estos lares, vaya, tampoco vamos a llevarnos las manos a la cabeza, a estas alturas: que a un menda lo que le pierden son los sintetizadores y el pop escapista, y que en ningún caso esta selección está llamada a sentar cátedra de ningún tipo, al respecto de lo que dio de sí el año que ya se nos escapa. En lo que sí he estado un poquito (poquito) más espléndido es en la atención a la producción nacional, y a las nuevas versiones de temas antiguos, a menudo no lo suficientemente ponderadas, y de hecho ya veréis que más de una ha sido convientemente laureada…
De modo que, oh amables lectores, no os sintais ofendidos por las muchísimas omisiones que por descontado encontraréis en esta subjetivísima selección musical, y tratad en cambio de rebuscar con curiosidad entre tanto capricho injustificable y entusiasmo desbordado. Ninguna de las canciones de esta lista os salvará la vida, es verdad, pero quién sabe si no podríais encontrar alguna capaz de acercaros al cielo por unos breves cinco minutos. Todas ellas se cruzaron conmigo en un momento u otro, y se me quedaron prendidas al pecho, al córtex cerebral, la entrepierna o los pies, y me han hecho un poquito más llevadero este año tan complicado en lo profesional, y -no hace falta que dé nombres- absolutamente funesto en lo que respecta a la desaparición de figuras insustituibles para los melómanos. La verdad, 2016, que por lo que a mí respecta, te puedes ir directamente a freír espárragos. Por decirlo de un modo suave.
Como es costumbre, las canciones que caben en los 80 minutos de un CD virgen son las elegidas para la gloria, hasta en eso soy anacrónico, a ver a quién conocéis que ande aún grabándose CD’s para el coche. El resto de la lista lo conforman las canciones que han estado ahí, ahí: quizás mis hijos no se las aprendan de memoria, pero siempre podrán decir que formaron parte del ilustrísimo cuadro de MENCIONES DE HONOR de THE SONGS WE LOVE. Con ellas empezamos:
50 Give Your Heart A Shelter – Romantica
49 Tell Me – Puro Instinct
48 Ataque de Amor Flipante – El Palacio De Linares
47 Come Down – Anderson Paak
46 Firecracker – Todd Terje & The Olsens
45 Cosmic Love – Mayer Hawthorne
44 Aviation – The Last Shadow Puppets
43 Dollar Days – David Bowie
42 On Course – C Duncan
41 The Flames Of Desire – ABC
40 Sweetheart – Pale Lights
39 Be Apart – Porches
38 La Route – Juniore
37 It’s My Feeling – Holy Sons
36 Touch Of Grey – The War On Drugs
35 This Thing Was Bound To Happen – The Radio Dept.
34 Sadie And The Fat Man – Benjamin Dean Wilson
33 Compass Point – Holy Ghost!
32 The Wheel – PJ Harvey
31 Cool Out (feat. Natalie Prass) – Matthew E. White
30 Opposite House – Cass McCombs
29 Memories – The Proper Ornaments
28 Really Something – Pete Astor
27 Lost Dreamers – Mutual Benefit
26 A Death In The Woods – The Magnetic North
25 L’Escalier – The Pirouettes
24 Boyfriend – The Goon Sax
23 Best To You – Blood Orange
22 Düsseldorf – Teleman
21 You Want It Darker – Leonard Cohen
20 Katie I Know – Marissa Nadler
Y ahora sí, estas son mis CANCIONES FAVORITAS DE 2016:
19 Take Care Of Business – Alex Cameron: Hay que reconocerle al australiano un dominio en aquello de crear atmósferas embrujadoras con apenas unos esqueletos sintéticos. Por unos momentos Bowie, por otros Bruce Springsteen, la mayor parte del tiempo evoca justamente lo que queda en el punto intermedio entre aquellos, esto es, unos Arcade Fire en su versión más minimalista (e interesante), o un Ariel Pink enredado entre sintetizadores, si se quiere. Sea como fuere, el de Sidney ha entregado un disco adictivo de cabo a rabo (…) y qué decir de esta espléndida “Take Care Of Business” con la que cierra el disco, y en la que saca indudable partido de sus dotes de performer: un increíble viaje, de la oscuridad a la luz, reducido a lo esencial pero sin que en ningún momento ello implique una pérdida de intensidad.
18 Sudden Ambitions – Lust For Youth: Inevitable mentar a Depeche Mode para hablar de las pistas más animadas de este trabajo: los de Basildon son referencia ineludible (especialmente si consideramos los primeros años, más oscuros y post-punk, de Gahan, Gore y compañía) en temas como esta “Sudden Ambitions“, una canción que escapa del tono sombrío general, y proyecta una luz optimista desde sus sintetizadores (…) En su extraordinariamente eficaz evocación de los años gloriosos del synth-pop, el grupo da con aquello que parece tan sencillo y no lo es en absoluto, esto es: componer canciones dignas de ser recordadas.
17 La Piscine – Hypnolove: Los de Toulouse no inventan nada, es verdad: lo suyo es disco del de toda la vida, al que sin embargo han sabido dar un giro de lo más fresco gracias a la aportación de una omnipresente ¡e irresistible! flauta, y la encantadora intepretación de Flore (de la banda francesa L’Impératrice), con más de un punto en común con la hoy reivindicadísima Lio. Melodrama junto al bordillo, charme sobre la pista de baile: a ver quién es capaz de no caer en las refrescantes aguas de “La Piscine“.
16 K. – Cigarettes After Sex: Tengo un plan, que a grandes trazos es más o menos el que sigue: voy a dedicar una entrada a la práctica totalidad de las canciones que publican Cigarettes After Sex en su cuenta de soundcloud. No es un plan muy meditado, pero a estas alturas resulta evidente que estoy más cerca de ese objetivo que del de dejar que las emocionantes canciones de Greg Gonzalez y los suyos pasen desapercibidas entre el zumbido de los grupos de los que todo el mundo está hablando (…) Fans de Red House Painters, Low y Clientele, Cocteau Twins, Trespassers William, y Mazzy Star (o sea, gente con buen gusto y sentido común): el nombre que se han puesto Greg y los suyos no evoca precisamente la sutileza, pero si no habéis escuchado nunca antes a Cigarettes After Sex, hoy es vuestro día vuestra oscura, hermosa, mágica noche de suerte.
15 Starboy – The Weeknd: Ni el sensual R&B futurístico por el que conocimos a The Weeknd, ni el electro-house furioso y revivalista que se ha convertido en la marca de la casa del dúo Homem-Christo/Bangalter: lo de “Starboy” queda en un esquivo punto intermedio, desconcertante al principio, y más y más adictivo con cada escucha (…) Ayudan mucho el falsete que tan bien se le da al artista, y esos coros robotizados sobre los que se repite el mantra (más simple que un plato de lentejas, pero irresisitible) “Look what you’ve done / I’m a motherfuckin’ starboy”. Mira tú lo que has hecho, Abel, ya puedes estar contento. Que mucho ir de indie, mucho tratar de que los temas que aparecen en este blog no sean esas mismas canciones sobre las que ya estaba hablando todo el mundo hace tiempo, pero aquí me tienes: culpable confeso de escucha obsesiva, humillado por el implacable latido sintético de los beats, sometido a la dictadura del mainstream, absorto en la contemplación de los destellos de luz sobre el negro brillante de “Starboy“.
14 Running – Moderat: Una clara aceleración de los beats en un disco más introspectvo que los anteriores, y que parece muy influido por el soul electrónico (post-dubstep, ponedle el nombre que más rabia os de) de James Blake y adláteres, pero sobre todo una vuelta a la magistral fórmula que tan buenos resultados les dio en piezas del calibre de “A New Error” o “Rusty Nails“. Este sí que es, de nuevo, el auténtico “sonido Moderat”; a saber: épica apabullante, actitud melancólica, y una innegable intuición melódica que bebe de las fuentes del mejor pop.
13 Atravesado Por El Rayo – Espanto:¿Cómo no vamos a adorar a Espanto? Lo de los riojanos es una feliz colisión entre lo rural y lo sintético, la tradición y la contemporaneidad, algo así como si la banda municipal de Lorena Álvarez se viera obligada a interpretar su desacomplejado cancionero con el cacharrerío prestado por Genís Segarra. (…) Atravesado, que me he quedado. Los versos se deslizan con naturalidad pasmosa, la métrica en ningún caso se ve forzada para hablar de románticos paseos por el bosque que acaban en muerte accidental, y la melodía que entra por los oídos atraviesa el pecho como un relámpago ardiente y abandona el cuerpo por la punta de los dedos con un alegre tamborileo… ¿Cómo no íbamos a alegrarnos del regreso de esta singular pareja, capaz de llevar el prefijo pop- (de popular, no lo olvidemos) mucho más allá de las convenciones? Paralizado, boquiabierto, patidifuso me han dejado.
12 Marianne – Ablebody: El proyecto que desarrollan Christoph Hochheim (The Pains Of Being Pure At Heart) y su hermano gemelo Anton se aparta de los (últimamente) trilladísimos senderos del sonido C-86 y se adentra en los más difíciles, pero gratos, vericuetos del soft-pop tardo-setentero y el primer indie-pop de los ochenta, con notables resultados. “Adult Contemporaries” (así es como se llama el disco de debut del grupo) suena sofisticado y nostálgico, pero a su propia manera, exquisito pero no almibarado, indiscutiblemente pop pero nunca evidente (…) El acompañamiento ideal para estas tardes en las que oscurece pronto y las temperaturas invitan a ovillarse en el sillón de casa y dejar que la cabeza se enrede en pensamientos sobre aquello, sobre lo otro, sobre las cosas…
11 One More Night – Michael Kiwanuka: El de Michael Kiwanuka es uno de esos discos, pienso, que debería poner de acuerdo a todo el mundo: a los puristas del soul añejo y a los partidarios de las mezclas, a los gourmets que sólo se alimentan de las exquisiteces musicales más selectas, y a los que consideran la música de Michael Bublé el colmo de la sofisticación; a los que atesoran en su casa viejos vinilos de Bill Withers, y a los que regalaron a su cuñada el CD de Amy Winehouse por navidades porque alguien de la oficina les había dicho que estaba muy chulo. ¿Será sólo cuestión de tiempo que “Love And Hate“, el disco de Kiwanuka, luzca flamante en la estantería de tu hermana? (…) Aquí caben la cuestión amorosa y la cuestión racial, el conflicto de sentimientos y la lucha de clases, el ejercicio de estilo (No hay más que escuchar esta fabulosa “One More Night“, publicada en 2016 pese a lo que nuestros oídos registran) y la actualización de un género que se resiste a dar por delimitado su campo de acción.
10 Work – Charlotte Day Wilson: La artista que responde a ese nombre es originaria de Toronto, pero la música que hace es de esa que es capaz de fundir glaciares: pop suavecito con una marcada impronta soul que por momentos se arrima al electrizante susurro en el oído de Rhye. Lo mejor de “CDW“, el EP con el que Charlotte Day Wilson debutó en el mercado discográfico, está en esta fabulosa “Work“, sostenida milagrosamente en el cielo sobre dos notas de órgano
09 Catherine The Great – The Divine Comedy: Neil Hannon, él sí que es grande. Qué pasmosa facilidad para el prodigio, cuántos años ya maravillándonos con ese catálogo de canciones bonitas que parece inagotable, y qué bien que exista gente como él, tenaz en su empeño de perseguir la belleza más allá de las modas y de las dificultades. Esto es lo que dice acerca de su nueva canción: “Esta canción se llama ‘Catalina la Grande’ y trata sobre…esto… Catalina la Grande”. No hace falta que digas nada más, Neil. Somos todos TAN fans tuyos, estamos tan absolutamente rendidos a tus pies, que podrías hacer una canción sobre espárragos, o sobre bajar la bolsa de la basura, y aplaudiríamos emocionados. Y no hace falta decir más.
08 Half Empty Happiness – The Beat Escape: En la superficie, parece como si nada sucediera, como si la agitación que tiene lugar en las profundidades no tuviera reflejo en la llanura líquida que se presenta ante nosotros. La música de The Beat Escapees algo así: un aparente remanso de paz bajo el que bullen las emociones más puras y los impulsos más violentos, una perfecta anestesia que sin embargo nos permite contemplar de forma aséptica -como si se tratara de otro- el lacerante camino del bisturí sobre la piel. “Half Empty Happiness” es la perfecta banda sonora del futuro distópico: Lo de Menos Es Más, bien entendido, y aún mejor musicalizado.
07 Recto Verso– Paradis: “Instantané” y “Toi Et Moi” alcanzan con facilidad pasmosa la clase de sofisticación bailable que Pet Shop Boys o Junior Boys llevan siglos sin ofrecernos, canciones de esas que le hacen mover a uno los pies, con el corazón en un puño y -acudamos de nuevo al viejo cliché- los ojos cerrados. Pero es que “Recto Verso“, ay, me tiene rendido a sus pies, con ese piano house, esas estrofas tan profundamente empañadas de melancolía y esa línea de saxo capaz de punzonar el aire ¿Queda sitio en “Favoritas 2016” para una pista de seis minutos largos? Hagan sitio, por favor: los piropos para esta canción no me cabrían en una hoja -recto y verso- escrita por las dos caras.
06 Falling To Believe – Doug Tuttle: el disco de Tuttle es un fabuloso compendio de acid folk y pop psicodélico de filiación setentera que debería entusiasmar hasta lo histérico a todos los que -no es mi caso, lo confieso- babean con lo de (por ejemplo) Woods. Tengo melotrones, tengo guitarras de 12 cuerdas (¡benditos Byrds, cuánto bien han hecho!), tengo encanto lo-fi, tengo melodías imborrables, tengo un rollo vintage de lo más fardón, y por tener tengo hasta asociaciones inevitables con su compañero de sello, el talentoso Jacco Gardner: lo tengo todo, mecachis. (…) La melodía desvaída y las flautas (¡que flautas!) de “Falling To Believe“ me tienen enganchadísimo, obsesionado más bien, atrapado en un sueño borroso del que uno no conoce muy bien el significado, pero del que en modo alguno quisiera despertar…
05 Wrap Your Arms Around Me – Britta Phillips: Le ha quedado un disco de debut un poco raro a Britta Phillips, pero suficiente al menos para reivindicarse más allá del perezoso “la mitad del dúo Dean & Britta”. “Luck Or Magic“, que es como se llama el artefacto, no es el típico disco de versiones, pero tampoco el clásico álbum con material original que hace, eso sí, una concesión al pasado mediante la revisitación de un clásico, más bien se queda en un extraño mitad y mitad. (…) Donde Britta saca más partido a su dulcísima voz es en la soberbia versión que ha realizado de “Wrap Your Arms Around Me“, la canción con la que la ex-Abba Agnetha Fältskog alcanzó los charts en 1983. Phillips le da un toque elegante, desnudando el tema de los arreglos de cuerda y ese sonido soft-disco tan setenteros, y aportando en cambio unos aires soñadores de lo más favorecedores, ciertamente retro pero menos kitsch. Luminosa y mágica: no puedo dejar de escucharla.
04 The Magician – Andy Shauf: ¿Cómo no voy a identificarme con una canción que esboza a a la perfección mi torpeza para presentarme en sociedad, lo sólo que me he sentido a veces rodeado de gente, mi manifiesta incapacidad para aquello tan sumamente difícil de mezclarse con desconocidos (“al menos podrías intentar ser un poco amable”), y charlar más allá del aburrido comentario meterológico?. Favorito instantáneo, nuevo clásico, absoluta recomendación.
03 What’s It Gonna Be? – Shura: A ver, Sr. Helvetica, palizas, so palizas; tanto dar la barrila con la chica esta que compone y produce sus propios temas, tanto rollo con que si Madonna que si los ochenta, tanto número uno y tanta desmesura con los adjetivos, y luego resulta que se publica por fin “Nothing’s Real” y te quedas ahí que no dices nada, (…) ¿Ya ha vuelto a pasarte lo mismo, ya estamos con que pensabas que iba a ser una cosa y por eso decías aquello de al loro todo el mundo, que viene lo de Shura y pinta de escándalo, y luego resulta que al final no era para tanto y te haces el longuis? Venga, confiesa, suéltalo. ¿de verdad se merecía esta chica tanto piropo, al final era para tanto el debut de Shura, en serio que este es uno de los mejores discos de pop que vamos a poder escuchar este año…? – Sí.
02 Face Down In The Gutter Of Your Love – Dent May: El sencillo con el que Dent May se estrenó para el sello Carpark es la sublimación del estilo (medio en serio, medio en broma, pero siempre exquisito) de un autor al que -me temo- nunca hemos ponderado como se merece, y que sin abandonar de todo la suave pulsación disco que impregnaba canciones anteriores, parece haber encontrado su sitio definitivo en un glorioso emplazamiento con vistas a la E.L.O. y el soft-rock de los 70. Puro sonido de aquello que se vino a llamar yatch-rock, tan defenestrado por muchos pero ¡ay! tan adorado por algunos pocos, teñido con un delicioso humor negro (cómo me gusta ese título: “Bocabajo en la cuneta de tu amor”) y saludablemente desacomplejado respecto a su falta de vigencia. Una canción deliciosamente excéntrica, romántica de forma empedernida, y retromaníaca sin excusas: imposible no caer rendido ante tanta genialidad.
01 How To Recognise A Work Of Art – Meilyr Jones: Un 10 % Pulp, un 15 % The Left Banke, un 20 % Owen Pallett; un, digamos.. 25 % The Divine Comedy, y un algo más -un 30 %, casi es “un bastante”- Morrissey: el discazo que se ha marcado Meilyr Jones es generoso en conexiones sin renunciar a una singularísima personalidad, y aunque el tracklist definitivo deja fuera una de las mejores composiciones de su autor (la soberbia “All Is Equal In Love”), la colección conformada por esas doce pistas es tan espléndida como anticipaban los adelantos… Y “How to Recognise a Work Of Art” es, sin duda la más inmediata del disco, la redonda canción que deberá entusiasmar a los aficionados a las maneras jarviscockerianas entre los que por supuesto me cuento (..) Si pone “Meilyr Jones” y “2013” en la portada, no lo dudéis: es una obra de arte.
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Pero… ¡¿cómo… aún seguís ahí?! ¡Menudas tragaderas! Todo esfuerzo tiene su recompensa, y como es costumbre, dejo aquí la playlist de Favoritas 2016 en Spotify, para todos aquellos que sientan algo de curiosidad (ya sabéis que me valgo de esta plataforma por ser la que posibilita la escucha del mayor número de temas, aunque no encontraréis ahí las canciones de Pale Lights o Romantica) o los que aún sigan necesitando argumentos para despotricar contra el peculiar gusto musical de un servidor…
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