No estaba planeado, 2020 salió así, y no hay que darle más vueltas. En la mente de nadie cabía imaginar que ocurriría algo de estas dimensiones y con tanta repercusión en tantas vidas, y sólo la perspectiva que da el paso del tiempo nos permitirá ver hasta qué punto todo seguirá igual que antes, o ya ha cambiado para siempre. Pero es diciembre, y estamos aquí, y si estás leyendo esto, hey, eres todo un/a superviviente, así que tenemos mucho por celebrar, y estas canciones son buena muestra de ello: nos acompañaron cuando más las necesitábamos, y a menudo fueron la banda sonora de esa discoteca/despacho/gimnasio que nos tuvimos que montar de forma apresurada en el cuarto de estar.
Como viene siendo habitual, el título de FAVORITAS es solo para las que han cabido (este año, 18) en el CD que me grabo para mis trayectos en coche: ya lo sé, lo de llevar reproductor de cedés en el coche es muy de señor mayor, pero qué le voy a hacer si me sigue gustando el soporte físico, y qué culpa tengo yo de haber elegido por el más económico (aunque yo ya no sé) de los que existen: antes un consumidor voraz que un coleccionista, ese soy yo. En fin, a lo que iba: el resto de canciones que más me han acompañado en estos meses raros conforma el cuadro de MENCIONES DE HONOR de THE SONGS WE LOVE, que podéis escuchar en el enlace a SPOTIFY justo al final de la entrada ¡Vamos con esa lista!
50 Turntables – Janelle Monáe
49 Lifetime – Romy
48 Xs – Rina Sawayama
47 You And I – Pale Lights
46 Without You – Carriers
45 Joan Of Arc On The Dancefloor – Aly & AJ
44 All Of The Feelings – Kiesza
43 People, I’ve Been Sad – Christine & The Queens
42 Je T’aime Encore – Yelle
41 You Are Not Who I Thought I Was – Sondre Lerche
40 No Puedo Esperar – Nuevos Hobbies
39 Deep Blue – The Midnight
38 Can I Believe You – Fleet Foxes
37 Paraphernalia – The Temples
36 Confessions Of An Ageing Party Girl – Emily Breeze
35 Immensitá – Andrea Laszlo De Simone
34 I’m Not Your Dog – Baxter Dury
33 If You’re Too Shy (Let Me Know) – The 1975
32 Judy – Andy Shauf
31 El Encuentro – Alizz, Amaia
30 Physical – Dua Lipa
29 Stay In L.A. – Dan Croll
28 For Sure – Future Islands
27 Salt Licorice (feat Robyn) – Jónsi
26 Las Plantas De La Terraza – Chavales
25 Centrelink – Thibault
24 Valleys – Working Men’s Club
23 Am I Missing Something? – Jarv Is
22 Do U Wanna – Porches
21 The Streets Where I Belong – Annie
20 Natalie Don’t – Raye
19 Hey Girl – Boy Pablo
Y ahora sí, las pistas que más me han acompañado este año; mis CANCIONES FAVORITAS DE 2020:
18 Undecided Voters – Kiwi Jr: Ironía servida en copas finas, pero el alcohol es de alta graduación, no me extraña que los de Sub Pop se hallan fijado en ellos (tuvieron un primer largo en 2019, de título “Football Money” y editado por un sello más pequeñito) para ponerles en el mostrador -entre The Strokes y The Modern Lovers- en el sitio que se merecen. A mi me han convencido: ¡Voto por Kiwi Jr!
17 Comment Est Ta Peine? – Benjamin Biolay: Espectaculares arreglos de cuerdas y demoledor mensaje: “¿Cómo va tu dolor? / El mío va así/ No necesitamos practicar/ Para tocar fondo/ Deberíamos aprender/ A vivir con ello” ¡Qué bueno es el cabrón! En “Comment Est Ta Peine?” la decadencia suena chic, y la aceptación del fracaso como una salida, quizás no tan indigna como pensábamos, servirá al menos para hacernos esbozar una sonrisa sarcástica mientras bailamos (la décadanse). Si por fin vamos a reconocer que todo se va a la mierda, parece decirnos Biolay, al menos hagámoslo con estilo.
16 Tomorrow Never Comes – Honey Harper: Pues muy probablemente vuelva a equivocarme, pero tengo la impresión de que, diluido ya el efecto de la sorpresa inicial, al (chulísimo) disfraz con que se presentó Orville Peck el año pasado se le empiezan a ver las costuras. Jugando en su misma liga (vamos a llamarlo “la liga de los cowboys sensibles”), más me ha interesado el debut del joven Honey Harper (William Fusell de nombre real), quien a su manera también adultera las raíces del country con el que se crió, con un enfoque mucho más abierto que él no duda en mismo en etiquetar como “celestial cosmic country“. Y oye, la etiqueta se las trae, pero las tres palabras son una verdad como un templo.
15 Only The People That Love – Rufus Wainwright: Apenas un rasgueo de guitarra al principio, una melodía ejemplar, unos arreglos y unos coros que maravillosamente dosificados (un buen drama requiere un excelente dominio de los tiempos) nos plantan en el mismísimo filo del precipicio, para dejarnos caer, y volvernos a recoger, en plena caída, con el despliegue magnífico de sus alas de ángel celestial. Oh, sí, Wainwright sabe muy bien lo bien que se le da el crescendo, y lo explota a placer. No le importa demasiado que hayamos escuchado antes esa canción porque sabe de sobra que nos entregaremos con los ojos cerrados al más dulce sacrificio. Y demonios, como él mismo canta “Sólo la gente que ama / Puede volar“.
14 The Deeper End (feat. Jason Lytle) – Palace Winter: Una historia no demasiado común, pero bonita: la de un joven aficionado a la música que con el devenir de los años se convierte él mismo en músico y tiene ocasión de colaborar en una canción con el que fuera su ídolo de juventud. El primero es Carl Coleman, voz de Palace Winter, y el héroe no es otro que el otrora famosísimo Jason Lytle, cantante de los desaparecidos Grandaddy (…) Suena como una vieja canción country interpretada con sintetizadores, un soplo de aire cálido (por la acción del sol del desierto) que se cuela por las ventanillas entreabiertas, y que de alguna forma nos resulta agradable mientras conducimos hacia el atardecer
13 Raggio Verde – Il Quadro Di Troisi: Il Quadro Di Troisi es un dúo de art-pop formado por Andrea Noce y Donato Scaramuzzi que ha publicado este año un debut homónimo de lo más interesante, que tan pronto remite a la protoelectrónica de Kraftwerk (hágase click sobre el botón de reproducción al final de esta entrada) como se envuelve en el erotismo latente en las bandas sonoras de los setenta del más austral de los países alpinos (…) Y esta “Raggio Verde” es lo más cerca que ha estado el grupo de un hit: Que no os despiste ese oscurísimo arranque, porque tan pronto como los primeros rayos de luz empiecen a colarse por entre las rendijas de los patrones rítmicos, os descubriréis transportados a un lugar maravilloso en el que sólo es necesario repetir un mantra para ser feliz: “Ra-ggio Ver-de, Ra-ggio Ver-de, Ra-ggio Ver-de…“
12 Fall & Be Found – The Parson Red Heads: La fórmula es tan bonita que uno sólo puede estropearla con las palabras: como unos Jayhwawks aún más escorados hacia el psych-pop, el grupo perdió en 2017 a su vocalista y miembro fundador Sam Fowles, pero lejos de arrugarse han publicado uno de los largos más deliciosos que han pasado en este año raro por por estos oídos, una dulcísima amalgama de americana cósmica y folk-rock bajo el sol. Difícil, muy difícil escoger entre las muchas razones con las que convencer a los más escépticos: Me dejo llevar por el encaprichamiento y enlazo abajo con la magia incontestable de esta ligerísima y cambiante (depende de cómo le dé la luz en el momento de la escucha, parece una cosa u otra) “Fall & Be Found”
11 Feel The Way I Want – Caroline Rose: Ah, enero de 2020, parece que fue hace mucho, cuando muchos ni habíamos oído hablar de un sitio llamado Wuhan y vivíamos alegres y despreocupados escuchando y bailoteando (la escoba de la limpieza asida a modo de micrófono) este himno elástico de Caroline Rose, “Feel The Way I Want“. Muchas cosas (en realidad, muy pocas, porque en este año rarísimo no nos ha sido posible hacer casi nada) han sucedido desde entonces, pero la canción con la que se presentó “Superstar“, el cuarto largo de la neoyorquina, sigue poniéndome de muy buen humor, y sigue reinando en el hit parade de la banda sonora de mis tareas domésticas
10 Beautiful – Rhye: Las cosas que tiene la vida, después de un momento en el que Milosh intentó acercarse a un sonido más natural y parecido al que podría ejecutar en vivo, la llegada del COVID-19 y el encierro que supuso para todo el mundo obligó al músico a cambiar de planes y trabajar en música que pudiera componer y grabar en el estudio que tiene montado en casa: “Todos estamos compartiendo momento colectivo tan loco, y hay muchas maneras de lidiar con el aislamiento… Para mí, celebrar la belleza de mi pareja ha sido una gran inspiración y algo salvador. La belleza es algo a lo que realmente debemos de estar abiertos en este momento. Debes encontrarla en la música, en el arte, en tus seres queridos o en ti mismo” (…) Muy bonito, sí señor.
09 The Thrill (feat. Maurice) – Georgia: Al estremecimiento (de incontenible placer) por el ritmo: the beat is the thrill. Lo proclamaban (“It’s the beat!“) en su fabuloso debut de 2007 los Simian Mobile Disco, y mucho tiempo después suena como un calco (“It’s the Thrill!“) en la voz de Maurice Joshua, el pionero de la escena house de Chicago de los ochenta cuya voz ha sampleado esta jovencísima británica llamada Georgia Barnes. Una artista del presente proyectándose hacia el futuro a través de (“I want to feel it again / Seek a thrill / Don’t throw it away”) la reivindicación del pasado, una vez más. “The Thrill” me engancha, especialmente en su tramo final, con su emoción desparramada sobre los beats y, sí, su evocación a Technotronic…
08 My Own Soul’s Warning – The Killers: Sorpresas que te da la vida: 2020, y aquí estoy, escuchando sin parar un tema de The Killers más bien tramposillo (el músculo lucido por Brandon Flowers y los suyos en “My Own Soul’s Warning“, la burrada con la que se abre “Imploding The Mirage” es más el resultado de la épica anabolizante que del esfuerzo creativo) y para el que la etiqueta de Stadium-Rock se queda pequeñísima. Bigger Than Life: esta canción suena como si los de Las Vegas participaran en Eurovisión con una composición original de The War On Drugs, y claro, lo reventaran. The Killers son algo así como los James Cameron de la música, pero por muy mal que me caiga el titánico director canadiense, no puedo evitar disfrutar como un enano con el despiporre de bichos en “Aliens” o la mezcla de acción y comedia de “Mentiras Arriesgadas”. De modo que a darle a tope a las llamaradas, a tope de ventilador, a tope de todo, venga, lo reconozco: ME FLI-PA.
07 Ocean Bed – Darlingslide: Hablaba Fernando Neira en la reseña que publicaba su RECOMENDABILÍSIMO, CASI OBLIGATORIO “Un Disco Al Día” de las increíbles cualidades escapistas de este disco: “Un paréntesis colosal en el que el ruido, la ira y las incertidumbres pierden la voz en beneficio de argumentos como la astronomía, la botánica, la meteorología o, ya puestos, los paisajes ornitológicos“. No se puede decir mejor: qué bálsamo tan perfecto para estos tiempos de confinamiento, un disco que es como atravesar un bosque en los primeros días de otoño. La luz excita las hojas de los hayedos que empiezan a rojear, el mismo aire en el que los minutos han quedados suspendidos se tiñe de un hermoso color dorado.
06 Lie Like You Want Me Back – Yumi Zouma: No es la primera vez que Yumi Zouma aparecen por estas páginas, pero confieso que soy el primer sorprendido por la consistencia de un proyecto que tenía más bien pinta de “flavour of the month” que de contar con un largo recorrido (…) Las coordenadas siguen siendo las mismas: un pop en tonos apastelados sobre el que planea la bonita voz de Christie Simpson, historias de amor y decepción envueltas en una deliciosa bruma de nostalgia, y la deliciosa sensación de que la falta de calorías, por una vez, no va acompañada de una merma en la dulzura: esta sacarina sí me gusta.
05 In Your Eyes Remix (feat. Kenny G) – The Weeknd: Se le da bien a The Weeknd, las cosas como son: del mismo modo que “Stranger Things” se apropiaba en una brillantísima primera temporada del material con que se construye la nostalgia por aquella -por lo que se ve, inagotable- década, The Weeknd ha sido capaz de mutar de promesa del indie a superestrella planetaria de forma fulminante mediante la apropiación sistemática de la música de aquellos mismos años. Del synth-pop más comercial al mismísimo Michael Jackson, sus canciones llegan a nosotros bañada por seductoras luces de neón: Starboy sabe que haga lo que haga, a estas alturas su pop aguanta lo que le echen. Incluso (Dios mío, no puedo dejar de escucharla) solos de Kenny G.
04 Death Engine – I Break Horses: La pulsera emitió un leve zumbido cuando los dos Likes se evaporaron de la cuenta de popularidad, y la partida dio comienzo. Con las pupilas clavadas en la pantalla, los labios de Saal apenas se separaban para transmitir en un murmullo las indicaciones precisas al cursor, que se deslizaba a toda velocidad sobre los bloques. Se le daba bien, y sin embargo cometió un error estúpido y en apenas un instante la pantalla se llenó de agujeros, demasiado pronto…
03 Spotlight – Jessie Ware: Arranca con pinta de ser una de esa canciones bigger than life como de musical edulcorado, y en cuanto la británica suelta aquello de “I don´t wanna sleep tonight” y entra la linea de bajo sintetizado, resulta imposible mantener los pies en su sitio. Sin lugar para el desmelene, por supuesto, que hablamos de la Ware, pero deliciosamente bailable (…) Una vuelta a la Jessie Ware de sus inicios, sin renunciar a la madurez que ha alcanzado a lo largo de estos (casi) cuatro álbumes. Sutil, diva y jefaza.
02 Hearts On Fire – Better Person: Ritmo irresistible digno del mejor yatch-rock: check. El George Michael más glamuroso: check. Solos de saxo capaces de llenar nuestros ojos de lágrimas mientras atravesamos la ciudad de madrugada, las luces de las farolas desdibujándose por las gotas de lluvia sobre la luna del coche: check. Sintetizadores arropando una melodía inolvidable, llevándonos al clímax: check. Repetición enfermiza, más allá de la obsesión; corazón despedazado: Check. Check. Check.
01 Think I’ll Stay – Westerman: Todo es posible en una canción de Will Westerman. No hay caminos conocidos, no existen rutas preestablecidas, no sirven las ideas preconcebidas acerca de lo que es, lo que hace, una nueva canción pop. Las melodías ascienden por una escalera de acordes hasta suspenderte bocabajo, como en un dibujo de Escher: sabemos que en algún lugar se esconde el truco que da respuestas lógicas a la ilusión, pero no podemos verlo. Los héroes del pasado (Mark Hollis, pero no sólo él) caminan descalzos en el hermoso laberinto de “Your Hero Is Not Dead” (PIAS, 2020); las coordenadas temporales y espaciales saltan por los aires (…) Todo es posible en una canción de Will Westerman. Todo es posible. Cerrar los ojos, escuchar, dejar que suceda. Simple y llanamente: dejarse llevar por el hechizo, en lugar de tratar de entenderlo.
* * * *
Y como todos los años, termino con un enlace a la playlist de mis 50 canciones favoritas de 2020 en Spotify (por ser la plataforma que posibilita la escucha del mayor número de temas, y quizá también por ser aquella cuyo uso está más extendido en nuestro país), verdaderos salvavidas en el año más raro de nuestras vidas…
Favoritas 2020+ Menciones de Honor en Spotify:
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