Creo que esta va a ser la última vez que haga esto, y tengo la sensación de que en el fondo está muy bien que sea así: han sido 10 años, han sido 1.000 canciones, ha sido divertido, y simple y llanamente, ahora toca hacer otras cosas. Ni lo que escribía por aquí era especialmente interesante, ni en realidad creo que en un mundo hipersaturado de información musical vaya a descubrirle a nadie nada que no sepan contar otros, periodistas o no, mucho mejor que un menda. Son más que suficientes diez años de chorraícas y opiniones más apasionadas que fundamentadas, que en lo personal me han servido, eso sí, para entrar en contacto con gente que no sólo sabe mucho más que yo de música, sino que encima escribe o tuitea (o habla: menudos podcasts hay por ahí ahora) tan bien que resulta evidente que mi aportación resulta completamente irrelevante. Tras unos años en los que pareció que se hacía responsable a los blogueros, tuiteros o podcasters (sin escondernos: acusaciones que provenían principalmente de la prensa musical especializada) de la extinción de las principales cabeceras -cuando no directamente de la supresión de espíritu crítico- el paso del tiempo ha hecho su trabajo con elocuente eficacia, y mira tú que causalidad, los pocos que aguantan (ahí no me incluyo yo, jajaja, yo ya he dicho que me apeo) son precisamente la gente que merece ser escuchada, por su vastísima cultura musical y por su eficiencia a la hora de transmitirla.
Termino así con mi lista de canciones favoritas de este año, una costumbre que muy seguramente -no hay nada como conocer los propios trastornos obsesivos compulsivos- continuaré haciendo de forma privada, sin dar la turra al personal, y que continuará nutriéndose como así ha sido durante estos diez años, de las reseñas de Rockdelux, Jenesaispop, Pitchfork, ¡Mussica!, Muzikalia, Exile SH Magazine, el Música en la Mochila de Mordoh, Musikorner, Don’t Eat The Yellow Snow (Fernando Curto), Hipersónica, Mondosonoro, Freaks Mis-Shapes & Weeds (el mejor y ¡ay! inacabado blog sobre Pulp jamás escrito), las escuchas en Soundcloud y Bandcamp, y los chivatazos de prescriptores tan extraordinarios y entretenidos como Jaime (Popcasting), Ricardo Aldarondo, Josemi, Ximo Bonet, Isa mi extraordinaria supercuñati, Federica Pulla, debaserjluis, Manuel Pinazo, César Mejías, Clapyourheads, Alex, Felipe Cabrerizo, Aleix Ibars (al que siempre estaré agradecido por Indiespot), Javi (Pretty Olivia), Víctor Trapero, Armando, Eduardo Ranedo, Marcos Gendre, Mireia Pería, Carlos P. de Ziriza, Cesar2Santos, Gone, Borja Coquillat (lástima lo de Atonal, era una pasada), Después De Tanto Tiempo, Javier Escorzo, Santi, Pete Paphides, Javier Muñoz, Nadador, Betacam, Rafa Cremades, A.R. Bernardo, Antonio Navarro Ros, Ataque de Nervios, Astredupop, Rubén y su extraordinario Área 51 del Corazón, Bruno de Jesús, Fernando F. Rego, Ana Saturno, Yoyoman, Ulises Guzmán, Miguel Atienza, Vicente Gurrea, mi hermano D, JM Caturla, Miqui Puig, Manolo Domínguez, Adolfo Añino, Pepe B, Dorayakis, Darío Manrique, Luis Mª Gª P, Siguesiguepop, el Marino En La Orilla, Joan Pons, Juan Ribera Berenguer, Javi Martín, DiscosFUP, Pablo Gil, Nando Cruz, Juan Cervera, Javi El Farero, Juan Manuel Freire, Fiouck, Juanra Moonpalace, Gog, Joan S. Luna, Nohaystop, P.E, Iñaki Iñigo y un montón de personas, páginas y sitios que me estoy dejando fuera. A ellos les debo un montón de buenos momentos, algunos ciertamente extraordinarios.
Como de costumbre, son 50 las canciones que incluyo en mi lista (no soy yo muy de hacer selecciones de tropecientas canciones, bastante me cuesta seleccionar y ordenar estas cincuenta) de entre las cuales me detengo en las que -sí, sigo haciendo aquello de grabar un CD para el coche- alcanzan a sonar en 80 minutos. Y como siempre, son tan sólo mis favoritas de las pocas novedades que he escuchado a lo largo de 2022: ni las mejores, ni las peores, menuda chorrada.
Vamos primero con el habitual listado de MENCIONES DE HONOR de THE SONGS WE LOVE, que también (y tan bien) suenan en el enlace a SPOTIFY justo al final de la entrada, completando ese número de 50 pistas ¡Vamos con ellas!
50 A White Actor (These Walls Have Ears) – The Fisherman And His Soul
49 Pictionary – Peel Dream Magazine
48 Keep It Up – Rex Orange County
47 Edge Of The Edge – Panda Bear, Sonic Boom
46 Hideous (feat. Jimmy Somerville) – Oliver Sims
45 Easy Does It – Marlon Williams
44 It’s Good To Be Back – Metronomy
43 Should’ve Been Me – Mitski
42 Holiday – Confidence Man
41 Fluke – Michael Head & The Red Elastic Band
40 Broken – Hot Chip
39 Night Walk – Junior Boys
38 White Lipstick – Hunx & His Punx
37 I Love You – Fontaines D.C.
36 Spitting Off The Edge Of The World – Yeah Yeah Yeahs
35 When The Lights Go – Totally Enormous Extinct Dinosaurs
34 Do I Love You (Indeed I Do) – Bruce Springsteen
33 Me & Youphoria – Röyksopp
32 Remembering Me – Cate Le Bon
31 Intention – Claire Wells
30 The Only One – Benny Sings
29 Astral Projection – Youmi Zuma
28 Dear John – Butcher Boy
27 Fyodor Dormant – Beirut
26 Angelica – Wet Leg
25 Purple Colored Sky – Sally Shapiro
24 Happy New Year – Let’s Eat Grandma
23 Bulerías de Un Caballo Malo – Ralphie Choo
22 On My Mind – CD Ghost
21 Warning Signs – Band Of Horses
20 Modern Love Stories – Beach House
19 Night Vision – Kiwi Jr.
Y ahora sí, estas son las que cupieron en el CD que me he grabado para el coche; the very best, lo más mejor, mi selección de CANCIONES FAVORITAS DE 2022:
18. Less Than Zero – The Weeknd: Ni con toda la atención que se merece el firmante de algunas de las canciones más chiflantes del pop reciente consigo evitar la sensación de que Abel Makkonen Tesfaye ha publicado su propio «Random Access Memories«, uno de esos discos venerados por legiones y que a mi me dejan una sensación un poco «está bien, pero sin más». No tengo, de hecho, nada en contra de la apertura al mainstream del músico canadiense: me parece una chorrada contraponer la seductora oscuridad de «House of Balloons / Glass Table Girls» con el brillo luminoso de sus hits for the masses, como si ambos no pudieran coexistir, pero no dejo de percibir este álbum como un correcto ejercicio de másdelomismo, bien producido y ligado, con su truquitos, su falsete y su buena parte de relleno. Lo mejor, eso sí, para el final: «Less Than Zero» ha acabado en mi carpeta de favoritas por esa buena conjunción entre melodía (sobre todo, las estrofas) y una producción que deja incluso sitio para las guitarras entre tanto sintetizador.
17. Q4 – Father John Misty: La muy barroca composición le va como un guante al espigado artista, muy propenso por lo general a la teatralidad y bordando, también en esta ocasión, el papel de crooner clásico. Y por supuesto, no falta la habitual dosis de cinismo de su autor para contar la historia de una escritora ficticia, de nombre Simone Caldwell, cuyas memorias van a ser publicadas justo cuando ya resulta evidente que su carrera literaria empieza a declinar. «Oh, the indignity/ It was just the thing for their Q4«. La perfecta combinación de drama y comedia, encumbrada por un afiladísimo «The film adaptation was a total mess» que se va directo a mi top 1 de versos favoritos de 2022.
16. 100% Endurance – Yard Act: «The Overload» (el disco, y también la estupenda canción que le da título) es un producto genuinamente british en el que conviven el mejor sarcasmo de las islas, versos punzantes como puñalados, y un encantador hooliganismo (escuela The Fall), capaz de convertir en himnos unos versos a menudos recitados al límite del spoken-word. Pero ojo que no es tan fiero el león como lo pintan, y a pesar de que la etiqueta fácil caiga del lado del rock (con actitud post-punk), los Yard Act tienen su corazoncito, y el mío lo tienen ganado para siempre con esta preciosidad de título «100 % Endurance«, un soplo de esperanza después de su muy particular y desencantado repaso a la situación post-brexit de las islas británicas. Si se me permite la analogía (están más cerca de Sleaford Mods que de Pulp), con «100 % Endurance» los Yard Act han firmado su muy particular «Bar Italia«.
15. Unnecessary Drama – Belle & Sebastian: Cabo de Gata – Alrededores de Valencia, mediados de julio de 2022: todos los años es igual, la salida de ese diminuto pero maravilloso pueblito junto al mar almeriense nos deja una sensación muy parecida a la que hubieron de sentir Adán y Eva caminando avergonzados bajo la mirada del querubín de espada zigzagueante, en su salida del Edén. Con todo, nos sabemos conscientes del raro privilegio del poder prorrogar esos días formidables de baños, buenos amigos, buceo y gin-tonics con unos días, en absoluto despreciables, en la bonita casa que mi madre tiene en tierras levantinas. Mi mujer conduce, suena “Unnecessary Drama”, quizás la canción que más he retenido en mi cabeza de los últimos Belle & Sebastian, y por una caprichosa asociación mental pienso que sí, que es verdad, que tal y como andan las cosas podemos sentirnos bastante privilegiados.
14. Artefact – Phoenix: Tramposos, fulleros, trileros. Siempre con los mismos truquitos, ofreciendo apenas algún apunte novedoso en una fórmula que, bien lo saben Thomas Mars y compañía, bordan a la perfección. Acometo cada nuevo trabajo que publican los de Versalles con espíritu de «bueno, ya está bien, hasta aquí hemos llegado», y es apretar el botón de reproducción y, mierdamierdamierda, me la han vuelto a colar. «Alpha Zulu» es un (otro) disco entretenidísimo de los franceses, con algunas canciones que no desmerecen a las mejores de su extenso catálogo: léase la formidable y muy aplaudida «Tonight«, o esta debilidad complemente personal en la que se combinan un tono muy Julian Casablancas con unos teclados tan horteras y sublimes (vamos a llamarlo synth-clavicordio) como sólo los Phoenix pueden permitirse.
13. Julio Iglesias – Rigoberta Bandini: Vale, con esta ya sé que va a haber cejas levantadas. Imposible no posicionarse, soy consciente, en el bando de los fans o los detractores de Paula Ribó y ese muy particular universo suyo en el que colisionan filosofía New Age, canción melódica de los sesenta, la típica chica flipada que tocaba la guitarra en misa, y la tontuna de Chico y Chica; esto no es para todo el mundo. Pero 2022 ha sido el año de Rigoberta Bandini, qué duda cabe: a ver cuántos artistas han conseguido encontrar una voz propia tan reconocible, antes siquiera de sacar un disco. No ganó Eurovisión, pero con «La Emperatriz» se ha ganado una legión de fieles… en mi caso, probablemente no entiendo ni la mitad de lo que esta chica quiere contarme, pero cuando llego a canciones como «Julio Iglesias» (el mejor golpe de cabeza desde explotaexplotaexplotamexpló, le pese a quien le pese) sé que todo lo que no sea darle al repeat es mentirme a mi mismo.
12. Attitude – Lewis OfMan: ¿Se puede molar más? No sé si se puede, pero la irrupción en la escena electrónica internacional del francés Lewis Delhomme, -se marca un Rey Villalobos (House Of Wolves) y se presenta como Lewis OfMan- no puede resultar de lo más prometedora, y ojito que aunque a priori la dupla constituida por «francés» y «electrónica» pueda sonar a más vista que el tebeo, lo de este chico tira más hacia la nostalgia del lado del cosmic disco que tan bien se daba en su país, hará ya unas cuantas décadas, que hacia los tótems sagrados de aquello posterior que se vino a llamar el french touch. «Attitude«, la irresistible pista en la que se conjugan sintetizadores retro, bongos e irresistible infección funk es quizás el mejor ejemplo de lo que nos vamos a encontrar en un disco de lo más entretenido, y (bastante significativo) producido por Alex Gopher: a ver lo que tardan las marcas de lujo del grupo LVMH en apropiarse de la música de este chico para algún desfile o el anuncio de una colonia cara en su insaciable búsqueda del urban chic.
11. Bad Thing – Miya Folick: A Miya Folick la descubrí a raíz de la muy elástica «Stop Talking«, una canción que a golpe de click acabó entre mis favoritas de 2018. «Bad Thing» es justo lo que necesitaba oír de ella en 2022, así de sencillo. Un canción de esas que despega y no deja de subir conforme corre el minutaje, una de esas en las que capa que se añade no hace sino propulsar la excitación más y más arriba. Explica Folick en la nota de prensa “Trata de estar atrapado en un ciclo de comportamiento del que no puedes salir, pero no es algo sombrío. Hay esperanza en la canción« ¿Esperanza? ¿Pero tú te oyes, chica? ¡Esta canción es capaz de resucitar a un fan de los mejores Fleetwood Mac!
10. C’mon Baby Cry – Orville Peck: Pontevedra-Pamplona, mediados de agosto de 2022. Vuelvo a casa felicísimo pese a que este trayecto pone fin a un verano inolvidable. Suena en el coche “C’mon Baby Cry” de Orville Peck, y la imagen del vaquero gay enmascarado me hace pensar en la singular pero enriquecedora experiencia que ha puesto fin a mis vacaciones: el que podríamos llamar, de forma oficial, Mi Finde Marica. La situación (la convivencia intensiva de seis hombres homosexuales, un hombre heterosexual, y un perro cuya orientación, visto el modo en que se restriega contra mis piernas bajo la mesa durante las comidas, no acaba de estar del todo clara) es tan inédita para mi como para ellos, pero conseguimos que la cosa funcione, y entre todos logramos que la distinción inicial entre “ellos” y “yo” acabe convertida en algo parecido a ”nosotros”. Me río mucho, bebemos mucho, nos sacudimos gustosamente los polvorientos clichés…
09. Just A Bend (feat. Rufus Wainwright) – Crane Like The Bird: Peroperopero ¿pero qué maravilla es esta? ¡El gran Rufus Wainwright en plan indie británico de los ochenta! Espera, espera ¿no tiene algo de los Smiths, pero como con un bajo prestado de The Cure? ¡Me encanta! ¿Quién es este tío, de dónde sale? Anda, reputado baterista para Rhye y Neko Case, entre otros… ¡Pero espera, que esta canción se publicó como sencillo en los últimos días de 2021, pero que antes ha sacado otros (¿avances de un disco?) con Ben Bridwell (Band Of Horses), Peter Morén (Peter Bjorn & John) y el guitarrista Bill Frisell, habrá que estar al tanto ! Anda, que resulta que en 2019 debutó con un disco homónimo ¿pero qué me estás contando? ¡¡Joder, pero que en aquel disco colaboraron James Mercer (The Shins), Ben Bridwell (Band Of Horses), Luke Steele (The Sleepy Jackson, Empire Of Sun), y Sabina Sciubba (Brazilian Girls)!! ¿Por qué nadie me había hablado de este chico antes, pero dónde estaba yo, por qué todas las cosas buenas me pillan siempre mirando en la dirección equivocada…?
08. The Worst Is Done – Weyes Blood: Decir algo malo de Weyes Blood, visto lo visto, va a acabar resultando más difícil aún que no encontrar a Karen Carpenter en la reseñas que glosan (TO-DAS) las excelencias de la compositora y excepcional cantante Natalie Merling, que es como de verdad se llama la estadounidense. Su último disco es un trabajo impecable, de esos a los que pocos peros pueden ponerse, pero es que encima venimos de las cumbres de su soberbio «Titanic Rising» (2019). Ni las hechuras clásicas ni su tendencia a alargar las canciones por encima de los cinco minutos parecen jugar en su contra: con esta chica siempre queda la sensación de que -por difícil que parezca- lo mejor está aún por llegar.
07. Selfish Soul – Sudan Archives: Que «Natural Brown Prom Queen» ha sido uno de los discos del año está fuera de toda duda: no hay más que echarle un vistazo a las listas que se han publicado hasta el momento, para toparnos con «Home Maker» (atención a ese vídeo rodado en una tienda de muebles) o este adictivo tema en el que Brittney Denise Parks se pone guerrera como una M.I.A. que no hubiera dejado de divertirse: lo del Girl Power y la reivindicación de la diferencia, pero con un buen rollo que contagia. Versos sobre llevar el pelo como a una le dé la gana y una producción bombástica que con una mano agarra la pancarta, y aún le deja libre la otra para aferrar el violín que se ha convertido en una de las señas de identidad de la artista: Girls (don´t just) wanna have fun.
06. Asphalt Meadows – Death Cab For Cutie: Pues ha sido este un año generoso en regresos a la primera fila de grupos que tuvieron sus días de gloria hará ya unos cuantos añitos, y que por sorpresa han firmado ahora canciones de lo más chiflante. Es el caso de Band Of Horses, los Yeah Yeah Yeahs y desde luego del grupo de Ben Gibbard, a los que muchos habíamos mandado, craso error, a la trastienda. «Asphalt Meadows», la canción que da título al décimo largo de los estadounidenses, les muestra en un espléndido estado de forma a la hora de componer versos de esos que deberían ser esculpidos en piedra (The glow of the downtown lights /Casting shadows across your face /As if all the buildings knew /I could only know half of you) y melodías -ojito, Matt Berninger- capaz de inundarte el pecho con la más venenosa melancolía.
05. Oxy Music – Alex Cameron: Alrededores de Valencia – Jávea, tercera semana de julio de 2022. Hablé con V. sobre música, un tema que es como un puente entre nosotros: él me volvió a recomendar un disco de 2021 de un tal Dijon, “Absolutely”, y como casi siempre, tiene razón. “The Dress” es fabulosa. Creo recordar que le recomendé el hermoso laberinto de “Remembering Me” (Cate Le Bon) y alguna otra, pero ninguna de esas pistas nos une como lo hace la excepcional “Oxy Music (feat. Jason Williamson)” del australiano Alex Cameron: ese territorio en el que, aún llegando de orillas bien distintas, ambos sabemos que siempre nos acabaremos encontrando.
04. Free Yourself – Jessie Ware: La Reina no ha muerto, que viva La Reina. La Reina sabe que somos y seremos por siempre sus súbditos, rendidos a la contemplación de Su Majestad, atrapados en el hechizo. La Reina sabe que nadie puede hacerle sombra, es británica pero ella reina en todo el mundo. Lo hacía 2012, en 2014, en 2020 y en 2021, y su reino continuará en 2022, y no parece que nadie pueda arrebatarle su corona. Ella lo puede todo, ella lo alcanza todo. From Disco To House: Ella puede, si lo desea, tenerlo todo. Dios Salve a La Reina de Inglaterra, la inmortal Jessie Ware.
03. Avatars Of Love – Sondre Lorche: 10 gloriosos minutos en los que se entremezclan lujosos arreglos orquestales, múltiples referencias a la cultura pop (de «Aguas de Março» a Britney Spears o Taylor Swift, la pista está llena de easter eggs para los aficionados a la música), la intuición melódica de un, digamos Neil Tennant -a partir del minuto 2, es palpable- en sus mejores días, y un solo de saxo (el responsable es su compatriota Kjetil Møster), en su tramo final, que me tiene completamente arrebatado.(…) Una preciosa carta de amor, no sólo a la propia música que ha servido de inspiración al de Bergen en su dilatada trayectoria (el de este año hace ya el número 10 en la discografía oficial de Lerche), sino también a las películas, libros y personas que le influyeron en la composición del disco. La sensación que da, desde luego, es que con canciones como esta Sondre Lerche da un paso decidido a la primera fila y ocupa el lugar que se merece.
02. 2 Be Loved (Am I Ready) – Lizzo: Pamplona – Cabo de Gata, principios de julio de 2022 ¡Por fin! Salimos de vacaciones cargados de expectativas hacia la particular Ítaca de nuestra pequeña familia. Mientras conducimos, conforme la gasa gris de nubes bajo la que vivimos se desgarra en jirones de optimista azul, escuchamos un montón de música y por primera vez soy consciente de que empiezo a superar la fase apática en la que estaba hundido desde hacía meses. Ni la pandemia, ni la guerra de Ucrania, ni la crisis mundial con la que la realidad nos abolla día tras día han desaparecido, pero experimento, por vez primera desde hace mucho tiempo, esa vieja excitación con la que mis oídos recibían las canciones que me gustan. Me alegro de que se así, y puedo sentir la reacción de mi cuerpo ante la excitante “2 Be Loved (Am I Ready)» de Lizzo. Por momentos, pienso que no he escuchado nada que me guste tanto en todo el año, y aunque soy plenamente consciente de la forma en que la canción ha sido milimétricamente diseñada para gustarme, algo en el modo en que mis manos aferran el volante, el sol reverberando en la luna del coche, me planta una sonrisa infinita en la cara.
01. How It Ends – Toledo: Juro que no esta planeado, prometo que ha sido una bendita casualidad que la última canción de esta lista, la primera de mis favoritas de 2022 pero la última de la que pretendo hablar en este blog, se titule precisamente «How It Ends«. Reconozco sentirme encantado con esta feliz coincidencia, y no se me ocurre mejor forma de echar la llave y bajar la persiana que con esta canción que debería tener tres estrofas. O treinta, o cuarenta, o tantas como fueran necesarias para que esa sensación de sentirme abrazado por ella se extendiera más allá de esos 3:07 minutos y durara toda la vida. Esta hermosísima canción de Toledo (Jordan Dunn-Pilz y Dan Álvarez de Toledo forman este dúo de Massachussets que ha debutado este año con un disco muy bonito de indie-pop con apuntes de folk, de esos que enamoran sin apenas levantar la voz) debería gustar a los atentos fans de Real Estate, pero también a todos aquellos a los que alguna vez una trompeta sonando en el momento justo les hizo trizas el alma. Inspirado en la infancia de Jordan, criado por una madre soltera a la que vio fracasar una y otra vez en sus intentos por ser amada, el tema lucha contra el pesimismo con una melodía perfecta y llena de luz sobre la que los versos discurren como acontecen los hechos en la misma vida, a veces mecidos con suavidad y otras de forma atropellada, dejándonos sin apenas resuello. Escuchad la demoledora «Flake«, entornad los ojos con el arrullo de «Soda Can«, dejad que los rayos de sol os acaricien la cara en «L-Train«, y luego volved (yo vivo atrapado en un bucle desde que la descubrí) a esta canción sobre saber de antemano cómo van a terminar nuestros esfuerzos, y sin embargo volver a intentarlo: no se me ocurre una forma mejor de terminar. Más allá de la fragilidad y el deseo, más allá de todo aquello a lo que acabamos llamando fracaso, una canción que habla como pocas de la vulnerabilidad que (por mucho que nos empeñemos en olvidar) existe en todos nosotros.
* * * *
Y esto es todo, amigos. Con este enlace a la playlist de mis 50 canciones favoritas de 2022 en Spotify doy un paso atrás y dejo que se cierre el telón ante los (poquitos) espectadores que aún quedan en la sala. Quizás la función no resultó tan interesante como me hubiera gustado, pero gracias, gracias, gracias, por compartir conmigo estos diez años de canciones fabulosas.
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