Aleksandras Lileikis era un oficial nazi implicado en las muertes de 60.000 judíos. Más tarde trabajó para la CIA antes de inmigrar. (NYTimes)
Mientras los guardias de los campos de la muerte y los oficiales de la Gestapo estaban siendo juzgados en Nuremberg en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, los EE.UU. estaba poniendo otros “ex nazis” en nómina.
Se ha puesto de manifiesto a través de los documentos del gobierno recientemente divulgados y entrevistas que al menos 1.000 ex nazis fueron reclutados por el ejército estadounidense, el FBI y la CIA para convertirse en espías e informantes de la Guerra Fría. El New York Times también informa sobre ello.
No sólo contrataron a ex miembros del Tercer Reich sospechosos de llevar a cabo crímenes de guerra, sino que fueron tan lejos como para ayudar a sus espías a que emigraran a los EE.UU. y encubrir su participación en la guerra en un intento de protegerlos del propio Departamento de Justicia de EE.UU.
“Las Agencias de Estados Unidos directa o indirectamente contrataron a numerosos funcionarios policiales ex nazis y colaboradores de Europa del Este que eran manifiestamente culpables de crímenes de guerra” dijo el Norman Goda, historiador de la Universidad de la Florida al Times. “La información de que se trataban de hombres comprometidos era fácilmente disponible".
Los registros revelan que estos espías e informantes fueron reclutados de todos los niveles del caído régimen nazi, de oficiales de las SS como propio mentor de Adolf Eichmann y proselitista de la 'raza superior'.
En la década de 1950, en el apogeo de la Guerra Fría, el veterano director del FBI, J. Edgar Hoover y jefe de la CIA Allen Dulles estaban de acuerdo en que estos antiguos nazis serían más útiles a los EE.UU. como espías soviéticos que en la cárcel.
En Maryland, los funcionarios del ejército entrenaron a los oficiales nazis para una posible invasión de Rusia, mientras que en Connecticut se contrató a un guardia ex nazi para estudiar los mensajes ocultos soviéticos. En Virginia, un ex alto asesor Hitler se dedicó a clasificar sesiones informativas sobre los soviéticos.