Cuando era joven febrero me parecía un mes difícil, pues por toda la ciudad y en los medios se veían corazones, cupidos y lo cursi era el leitmotiff obligado. La tendencia continúa, por supuesto. Admito que yo siempre fui corazón solitario, así que el mes del amor no era mi favorito. De hecho, lo sufría y hacía lo posible para ir en contra.
Ahora muchos años después, como monje budista zen, pienso que febrero es maravilloso. Es toda una celebración al espíritu humano, aunque creo que festejamos solo una fracción del concepto de amor y nos perdemos de otros aspectos que la palabra amor contiene. Quizá son aún más importantes.
A diferencia de la filosofía occidental, el budismo tiene un punto de vista muy particular sobre el amor. No lo limita a la búsqueda ególatra de la pareja ideal o a la protección sectaria de la familia y amigos.
Para el practicante del dharma el amor es una práctica abierta, universal y aplica para todos los seres y objetos en este mundo, en todos los tiempos. El amor trasciende tiempo, géneros, espacios, especies y mundos. El amor crea conexiones y derrite las barreras de la mente divisoria.
Hay mucho qué decir, pero a la vez, hay mucho qué callar para solo contemplar.
Con todo eso en mente decidí que este febrero de 2016 sea el mes sobre el amor, aquí en Chocobuda. Estaré escribiendo posts sobre el tema con el punto de vista del budismo zen y además continuaremos con nuestras transmisiones por Periscope, que desde ahora se llamarán Chocoscopios
Algunos de los temas que serían útiles:
- Amor de pareja
- Posibles razones por las que no tienes pareja
- Amor universal e incondicional
- Amor como hábito
- Amor como práctica espiritual
Todo esto nos llevará a quizá hacer algún taller corto sobre el tema. Más información pronto.
¿Qué opinas? ¿Te gustaría algún tema en especial? ¿Quisieras participar el taller?
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