Revista Cine

FECINEMA 2012? Help!

Por Saltparadise
By Jose Miguel Rodríguez in Festivales

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FECINEMA 2012? Help!
El momento actual marcado por el que sea quizás el peor momento de la crisis económica que venimos arrastrando de manera notable desde 2009 (y se dice pronto), se ha convertido en un azote de la cultura. Con los recortes presupuestarios como medida de control de la susodicha crisis, hemos podido asistir a recortes sangrantes para el ámbito cultural dado por un extraño razonamiento que parece decir que la cultura es superflua y prescindible en tiempos de crisis. Podríamos hablar largo y tendido sobre los peligros que implica la ausencia de ocio y cultura.

Estos tijeretazos draconianos a los presupuestos han hecho que más de uno y más de dos festivales, y no solo dentro del ámbito cinematográfico,  se hayan visto obligados a desaparecer, a extinguirse, y por otro lado han puesto en peligro, en algunos casos de muerte, a muchas otras manifestaciones culturales de calidad. Y quizás sea en esta categoría donde debamos incluir al FECINEMA (Festival Internacional de Cine Negro de Manresa) que ha ido viendo año tras año como se iba recortando cada vez más su presupuesto, y al final por más pasión que se le ponga a las cosas, el presupuesto marca la calidad de lo que se puede ofrecer y como. Con esto no voy a decir que la calidad de FECINEMA esta edición haya sido mala, ni mucho menos, luego hablaremos de ello. En la rueda de prensa del domingo 13 de noviembre, el director de FECINEMA, Kop, pese a mostrar voluntad de continuidad no parecía demasiado optimista respecto a la continuidad del festival y de las condiciones en las que podría hacerlo pese a los buenos resultados obtenidos y a que FECINEMA,  el único festival a nivel europeo especializado en cine negro. Es una pena que la administración manresana no acabe de ver esto con mayor claridad y pese a todo, haga un mayor esfuerzo para evitar la desapación de una iniciativa tan única como esta.

Los recortes a las subvenciones que han hecho que tantas manifestaciones culturales se hayan ido al traste o hayan quedado heridas de muerte, es un claro indicador que algo no funciona. La cultura no puede depender en un grado tan elevado de la administración pública, esto es un hecho objetivo, y quizás sea un buen momento para reflexionar sobre ello, y buscar otras vías como potenciar los patrocinios privados, usar el crowdfunding o el crowdsourcing como maneras de complementar la financiación porque no nos podemos permitir que la cultura se vea mermada de este modo por depender de instituciones a las que más a menudo de lo que uno pueda pensar le importa menos que poco la cultura.

Los festivales de cine son clave, y como dijo en la rueda de prensa el realizador vasco Álex de la Iglesia, “no hay exceso de festivales, todos son importantes, todo suma” y tiene toda la razón del mundo porque al final los festivales se han convertido en nuevas vías de distribución y exhibición, sabemos que hay muchas películas que nunca llegan tener estreno comercial y que solo se ven en los circuitos de los festivales. Además son un termómetro para ver como está la producción autóctona, para conocer nuevas propuestas, realizar intercambios culturales con otros países, (puertas a las que asomarnos a ver que se hace en otros países, qué ofrecen otras cinematografías a las que quizás de otro modo no tenemos acceso); no olvidemos que a menudo son embajadores de una ciudad, de un país y de una cultura en el propio país y en otros países, y no hay que olvidar que un festival reactiva o potencia la ocupación hotelera, y la actividad de la hostelería y de servicios de la ciudad en la que está ubicado.

Hay que ver más allá de lo que con demasiada frecuencia se entiende por festival. Un festival de cine no solo es una muestra de películas, suele haber algo más detrás, la voluntad de compartir cultura, de conocer, de intercambiar, de enseñar y compartir valores, de entretener, de reflexionar, es una manera de potenciar la industria,etc.

Y dicho esto, insto a todas las instituciones,  a los comerciantes, a las empresas de las ciudades donde tienen lugar estos eventos y sobre todo a los ciudadanos a volcarse con las manifestaciones culturales y cinematográficas que tengan en su ciudad, porque les posicionan en ocasiones el ámbito internacional y en el nacional y que sirve durante unos días de motor de bombeo de las economías locales.

Larga vida a FECINEMA, larga vida a los Festivales.


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