Revista Ciencia
Federalismo, el nuevo dispositivo ideológico de una de las oposiciones
Unos analistas afirman que el federalismo es el nuevo dispositivo ideológico para hacer frente al MAS, mientras que otros, dejando de lado quién blande esta bandera, lo defienden como un modelo de Estado posible.
La Razón / Ricardo Aguilar Agramont
00:05 / 30 de septiembre de 2012
El debate sobre el federalismo vuelve esta vez retrotraído por la agrupación Fuerza Republicana Federal (FRF) del ex prefecto de Cochabamba Manfred Reyes Villa, con quien selló alianza el exconstituyente y dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) Román Loayza, quien incluso fue a Estados Unidos al alcance, por el acuerdo político, del otrora también líder de Nueva Fuerza Republicana (NFR) y actual jefe de Convergencia Nacional (CN).
Sin embargo, más allá de una sigla electoral concreta, de acuerdo con la analista Helena Argirakis, la bandera federalista, como antes la autonomista y previamente la descentralizadora, no es sino lo mismo: “un dispositivo ideológico susceptible de montarse o desmontarse de acuerdo con una conveniencia coyuntural” de ciertas élites bolivianas.
De un modo más específico, Adolfo Mendoza, senador por el MAS, considera que “detrás del pedido de federalismo se esconde un afán separatista, más que una auténtica exigencia política fundada en una doctrina”.
Durante los últimos tiempos, los pedidos de federalismo se han producido en circunstancias de tensión entre el Gobierno central y determinadas regiones, o en circunstancias que tienen que ver con el tema impositivo y la explotación de recursos naturales, y no así en momentos fuera de todo conflicto. Argirakis dice que la demanda aparece y luego se apaga, y se vuelve a encender dependiendo de que las élites vean amenazada “su influencia en los espacios de toma de decisiones”.
“Hay una inconsistencia en las élites. Por ejemplo, la oligarquía cruceña es la que decidió apoyar a uno de los gobiernos más centralistas que han ocupado el poder: al de Gonzalo Sánchez de Lozada”.
Tal vez por estas inconstancias, el federalismo en Bolivia ha sido generalmente visto casi como una mala palabra. No obstante, éste es una filosofía política que propugna un tipo de Estado en el que se agrupan diferentes entidades territoriales que se autogobiernan y norman en determinadas materias, aunque todas están regidas por una suerte de supraconstitución. De hecho, el federalismo sirvió de denominador unificador en grandes espacios territoriales compuestos por estados diversos.
Esta última característica de los experimentos federales conocidos es la que para Argirakis hace que tal modelo de estaticidad sea poco práctico para el país. “Los estados federales responden a una razón pragmática; fueron el modo de administrar extensas porciones de territorio, ya que un Estado unitario era incapaz de hacerlo al demandarse un gasto insostenible, como sucede con Estados Unidos, Argentina, Brasil o México. Ése no es el caso de Bolivia”.
Si se acepta este argumento, entonces se llega a la conclusión de que un Estado federal no sería precisamente el producto de una vocación descentralizadora, sino de una condición práctica.Mendoza argumenta que un Estado unitarista o federal no es en sí mismo mejor el uno del otro; sin embargo, Bolivia, por su situación geopolítica en el continente, al ser el corazón geográfico, “requiere de un sistema de gobierno unitario para generar un equilibrio subcontinental”.
El senador oficialista afirma que esta forma de Estado, considerada constitucionalmente, implicaría una reformulación y una “negación del Estado Plurinacional en formación, el cual excede la falsa dicotomía entre federalismo y unitarismo. Lo que hay detrás de esa reivindicación es un balbuceo por buscar una alternativa al proceso de cambio”.
La idea del federalismo, empero, también es defendida bajo la misma delimitación con que hace un momento era refutada; es decir, al margen de una sigla electoral dada que afirme pertenecer a esta doctrina. Así, la historiadora y analista Paula Peña opina que la cantidad de niveles en las autonomías tiene como resultado una recentralización del Estado, por lo cual el proceso autonómico habría fallado. Bajo ese razonamiento, “hay que pensar en la condición federal como la solución”, sugiere. Sin embargo, también observa que tal resolución sería imposible con Evo Morales y el MAS al poder, pues considera que el proyecto del Estado Plurinacional exacerba el centralismo. La autonomía no fue respetada —asegura Peña— aunque la organización territorial autonómica esté en la Constitución, el régimen no funcionó.
Coyuntura. Para el politólogo Carlos Hugo Molina, el tema va más allá de una sigla electoral, pues excede cualquier fórmula partidaria coyuntural. Para él, la cuestión se trata de una “conducta nacional”, pues, apesar de la visión centralista del MAS, este partido puso las semillas para consolidar el sistema federal.
“Existen constataciones empíricas que demuestran que ya se está viviendo prácticamente en un Estado federal. Éstas son los cambios territoriales —incluidos en la Constitución Política del Estado (CPE)— que reivindican espacios geográficos e identidades regionales”.
Molina pone de ejemplo los conflictos limítrofes departamentales entre Oruro y Potosí o Chuquisaca y Tarija, los que (“al no ser pugnas ideológicas, pues en todos domina el MAS”) demuestran que sus dificultades reivindican un tema territorial específicamente federal.
Por otro lado, este analista enumera una serie de características ya constitucionalizadas que son una “constatación” de rasgos federales: autogobierno, autodeterminación, aplicación de normas consuetudinarias, cartas orgánicas, y otros, las cuales —sostiene— consolidan una forma federal y reconocen una práctica que antes se desconocía. “La actitud nacional respecto de esta doctrina siempre fue negativa, al considerarla separatista”. Al contrario, la posibilidad de establecer actos territoriales y departamentales junto al Estado —argumenta Molina— es la que, “paradójicamente” va a permitir la consolidación de la estaticidad.
“Tenemos todas las características constitucionales y técnicas para decir que Bolivia ya no sea federal, sino una confederación de naciones dentro de un Estado. Cada una de éstas tiene sus normas jurídicas, leyes, autogobierno, etc.; además, todas serían anteriores al Estado”.
Carlos Mesa, ex presidente de Bolivia, considera que el federalismo es un elemento válido para el debate; los ejemplos mundiales como Alemania y Estados Unidos son “extraordinarios”, resalta. “España está en una gravísima crisis en la que se está poniendo en cuestión su modelo autonómico (en el cual está basado el de Bolivia); nos permite preguntar si el federalismo podría ser un camino, aunque hay que comenzar por aplicar realmente las autonomías, pues aún no las vivimos”.
Afirma que éstas son una victoria regional legítima que doblegó al Gobierno en 2009. “En determinado momento, las reivindicaciones federales se transformaron en autonomistas; pero el resultado buscado no era el mismo. No las desvirtuaría porque la hayan propuesto; al principio de este siglo, sólo en Santa Cruz, y luego en otras partes, pues responden a un discurso de larga data”, señala.
Los intentos de instaurar un régimen federalista en el país fueron expuestos, en estos tiempos, a partir de 2005, cuando ciertos liderazgos cruceños renegaron con los gobiernos de Mesa, antes, y de Morales, después. No obstante, las propuestas se quedaron en eso, y Reyes Villa, en una sucesión de experimentos políticos con NFR y CN, antes, y FRF, ahora, pretende reavivarlas en un escenario político dominado por el MAS y secundado por divididas fracciones partidarias.
Loayza, su nuevo aliado, expuso el 20 de septiembre junto al senador Marcelo Antezana las razones para el eventual tránsito a ese régimen. “El MAS ahora está conducido por personajes neoliberales que conducen al país por la senda de la confrontación, la división y el resentimiento; por ello, existe la necesidad de un Estado federalista que sea capaz de unir a los indígenas, a los gobiernos departamentales, municipales y a todos los sectores sociales”, dijo.
Empero, la iniciativa también fue expuesta antes. En abril de este año, los dirigentes cívicos Wálter Mogro (Tarija) y Celestino Condori (Potosí) propusieron el federalismo como alternativa al régimen de autonomías. “Hay una coincidencia formal en que los dos departamentos estamos pidiendo el federalismo y tenemos que avanzar”, había dicho entonces el cívico tarijeño.
El debate resultó otra vez abierto, aunque es previsible que no trascienda mucho por ahora, a casi dos años y medio de las elecciones generales de diciembre de 2014 y con el proceso de consolidación de autonomías departamentales, municipales, indígenas y regionales todavía lento, pero constitucionalizado. A eso hay que sumar, esencialmente, la institución de un Estado Plurinacional cuya Constitución Política del Estado le otorga primordialmente la condición de “descentralizado y con autonomías” (artículo 1).
‘Primero hay que consolidar la autonomía’: Carlos Mesa, ex presidente de Bolivia
El federalismo puede ser o no un camino para Bolivia. No veo por qué descartar la idea de debatirlo. Aunque considero que primero hay que consolidar la idea de las autonomías, aplicarlas de manera real antes de empezar a hablar de federalismo. Sin embargo, más allá de lo que pueda hacer un partido político, se trata de un debate completamente válido.
‘Estados federales están en mejores condiciones’: Marcelo Antezana es senador por CN
La historia muestra que hoy los estados federados están en mejores condiciones que los unitarios; el ejemplo de nuestros vecinos Brasil y Argentina, ni qué decir Estados Unidos o México, lo prueba. Al nacer nuestro país éramos republiquetas que daban las condiciones para una federación, pero pudieron más las logias unitaristas de Charcas y los líderes altoperuanos.
‘Detrás del federalismo hay una visión racista’: Helena Argirakis es analista política
Detrás de estos discursos federalistas, autonomistas o descentralizadores hay una visión de paraestatalidad en el sentido en que las élites no quieren generar la integración plena en un Estado con una composición diferente a lo que ellos consideran que promueve su visión de mundo. En otras palabras, hay una visión racista disfrazada en el regionalismo y federalismo.
‘Autonomías fracasaron, queda el federalismo’: Paula Peña es historiadora y analista política
Ante el fracaso de las autonomías, queda la posibilidad del federalismo. Como las autonomías que tenemos no son verdaderas, pues tienen muchos niveles que finalmente llevan a una recentralización del país, es posible pensar en que la condición federal puede ser una solución, pero no se podría pensar esta salida en el marco del gobierno del Movimiento al Socialismo porque es centralista.
‘Es un separatismo encubierto’: Adolfo Mendoza es senador por el MAS
No hay ningún sustento teórico, político, geográfico, económico, ni social para definir a Bolivia con base en un sistema federal; quienes creen que sí, no solamente no entienden el significado del Estado Plurinacional y su organización territorial basada en las autonomías, sino que proponen ideas decimonónicas en las que hay un separatismo encubierto.
‘Prácticamente vivimos en un Estado federal’: Carlos Hugo Molina es analista político
En la práctica estamos viviendo en un Estado federal, lo cual juega en contra del centralismo sindical del Movimiento al Socialismo, pues fue este partido el que puso el aliento más fuerte en la historia del país para consolidar esta forma de estaticidad. Las categorías constitucionales de autodeterminación, autogobierno y otras están consolidando un perfil de organización federal.
Propuesta de Fuerza Republicana Federal
Marcelo Antezana, general en retiro y actual senador del departamento de Tarija por Convergencia Nacional, es uno de los políticos que son parte de la agrupación Fuerza Republicana Federal (FRF), recientemente constituida. Él explica cuál es su visión sobre el federalismo, en contraposición a qué aspectos del Estado Plurinacional lo proponen.
“Si hacemos un repaso de la historia política de la humanidad, vemos que hoy los estados federales están mejor que los unitarios”, dice. Considera que existían condiciones para nacer a la vida como un Estado federal.
En su criterio, la sociedad boliviana fue logrando victorias descentralizadoras que iban hacia el federalismo. Sin embargo, los unitaristas llegaron “al extremo de inventarse” el sistema autonomista, e inclusive lo constitucionalizaron, imitando el “mal modelo español” como “último reducto” para frenar el avance hacia el federalismo,
Hoy se elige a cada autoridad territorial, continúa Antezana, quien nota que se han permitido las cartas orgánicas y estatutos departamentales, y sólo faltaría profundizar “el pacto fiscal”, “pero, lamentablemente, este sistema de autonomías, que podría haber pasado a la historia, fracasó, pues la Ley Marco de Autonomías y cada ley que sale van consolidando un sistema unitario, retrocediéndose y concentrándose el poder en una persona”.
Afirma que es el momento de profundizar la descentralización como único recurso para rescatar la estructura de la República, pues el MAS “está exacerbando la división. Nosotros proponemos una alternativa con un proyecto de país nacionalista en el que se privilegia la unidad e integridad de la patria, no se trata de separatismo”.
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