La verdadera felicidad es la que surge de la satisfacción con la propia vida. Esto se consigue a través de la gratitud por las condiciones presentes y la aceptación del camino realizado. La felicidad se esconde en los detalles más sencillos y que precisamente por su sencillez, en ocasiones pasan desapercibidos cuando el ser humano busca su plenitud en el lugar equivocado.
- Cuida tu salud. Apaga la televisión y practica ejercicio físico para tener una vida activa. Disfruta de la Dieta Mediterránea: saborea los alimentos, come con calma y si puedes, come acompañado de tu familia.
- Refuerza el contacto con tus seres queridos, amigos y compañeros de trabajo. Las nuevas tecnologías también son muy humanas para expresar el afecto y estar en contacto de una forma frecuente con los demás.
- Haz pequeños descansos a lo largo del día. Te ayudará a estar más motivado en el trabajo.
- No esperes a mañana para decir te quiero, dar un beso a tus padres, mostrar el afecto por tu pareja o hacer un regalo a un amigo. La verdadera felicidad surge cuando aprendes a no posponer lo importante porque puede que mañana sea demasiado tarde.
- Anímate a dar el giro del pensamiento negativo al optimismo. Para ello, frena tu mente y evita adelantarte a los acontecimientos, no hagas suposiciones, ni hipótesis sin contrastarlas. Si quieres saber algo, entonces, pregunta a la persona que puede darte la respuesta.
- Potencia el contacto con la naturaleza, especialmente, si trabajas todo el día frente al ordenador. Eso te ayudará a desintoxicarte de la tecnología. Potencia el poder de tus sentidos: escucha el canto de los pájaros, respira aire puro, observa el color del paisaje…
- La verdadera felicidad está en darte a los demás. Anímate a tomar la iniciativa en los planes sociales. Practica también el altruismo con aquellos que no conoces. Puedes colaborar como voluntario en una organización unas horas a la semana.
- Rompe la rutina y disfruta del poder de improvisar acciones que no sean trascendentales en tu vida. Es decir, no puedes tomar una decisión importante por puro azar, pero existen factores en la vida que no requieren de tanta meditación previa.
- Potencia en tu vocabulario el uso de las palabras mágicas: gracias, lo siento y por favor. Tu mundo mejorará de inmediato.
- Mira a tu alrededor para comprobar que no estás solo. Incluso en caso de que te sientas solo, puedes hacer algo por dejar de estarlo: ¡Anímate a conocer gente nueva!
Maite Nicuesa Guelbenzu