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¡Feliz año nuevo marciano!

Por Ciberastronomo
¡Feliz año nuevo marciano!El 23 de marzo de 2019 en el calendario gregoriano, empieza en Marte el año marciano número 35.
Y es que, sí, existe un calendario marciano ampliamente aceptado por la comunidad científica que se dedica al estudio del clima del planeta. ¿Cómo se mide el tiempo en Marte?
El año marciano
Ciertamente, el calendario marciano más aceptado no es tan completo como el calendario gregoriano que usamos en buena parte de la Tierra: en la Tierra necesitamos medir el tiempo para organizar nuestras sociedades, en Marte nos basta con aclararnos a la hora de estudiar el clima y los fenómenos meteorológicos del planeta, o de organizar las operaciones de una sonda en superficie, como Curiosity o Insight.
El año marciano dura unos 687 días terrestres, es decir, casi dos años de la Tierra. Yo nací en 1994 (año marciano 21), así que tengo 13 años marcianos (para 14).
El año cero terrestre, en el calendario gregoriano, está fijado en torno al nacimiento de Cristo (enviado de Dios en la religión cristiana). En el caso de Marte, el inicio del año marciano 1 se sitúa el 11 de abril de 1955, tomando como referencia una gran tormenta global de polvo que asoló el planeta a mediados de ese año marciano. De hecho, esa tormenta ocurrió cuando en la Tierra ya era 1956, mientras en Marte seguía siendo el año 1.
Otra gran diferencia entre el calendario marciano y el terrestre, es que mientras en el calendario terrestre, el 31 de diciembre es una fecha arbitraria para el año nuevo, sin un significado astronómico, en Marte el año empieza en el equinoccio de primavera del hemisferio Norte (equinoccio de otoño del Sur).
Pero a partir de este punto las cosas se ponen un poco menos bonitas. Existen propuestas de dividir el año marciano en meses, y de nombres para esos meses. Por ejemplo, el calendario dariano. Pero la comunidad científica no ha adoptado ese formato para el calendario marciano. En su lugar, para medir la época del año marciano, no se usan meses, sino la Longitud Solar (Ls), que es simplemente el ángulo que ha recorrido el planeta en su órbita desde el inicio del año, medido desde el Sol. Así, el año marciano, comienza en el Ls 0º, con el equinoccio de primavera del hemisferio Norte, es decir, con el inicio de la primavera. El solsticio de verano del hemisferio Norte ocurre en Ls 90º, el equinoccio de otoño del Norte en Ls 180º, y el Solsticio de invierno del Norte en Ls 270º.
De la misma forma que en la Tierra tenemos estaciones meteorológicas (primera, verano, otoño e invierno), en Marte también las hay. Y cada época del año se caracteriza por diferentes fenómenos meteorológicos: hay épocas con más o menos nubes, épocas con más o menos tormentas de polvo, épocas en las que las nubes de dióxido de carbono se forman con más facilidad… Todo un mundo con su propio clima, y por eso, para estudiar el clima de Marte, es muy útil poder medir el paso del tiempo con estos conceptos de Año Marciano y Longitud Solar.
Por ejemplo, el 23 de marzo de 2019, la Longitud Solar de Marte fue 0º (Ls 0º); así que es en Marte el equinoccio de primavera del hemisferio Norte (equinoccio de otoño del hemisferio Sur), y ese es el evento que marca el inicio del año marciano.
Las horas del día
Un día solar marciano dura aproximadamente 24 horas y 40 minutos, es decir, que un día marciano dura un poco más que uno en la Tierra. ¡Esos 40 minutos serían buenos para los que siempre queremos aprovechar un poquito más el día! Es frecuente llamar sol al día marciano, sobre todo en las operaciones de las sondas espaciales que operan en superficie, por ejemplo: el rover Curiosity está ahora en su sol 2356.
Para definir las horas del día no nos complicamos mucho, el reloj marciano tiene 24 horas, igual que el que usamos en la Tierra, pero la hora marciana se define como 99 segundos más larga que una hora común, así se consigue dividir el día marciano en 24 partes iguales.
La diferencia más importante es que en Marte no se han definido husos horarios. Nuevamente, la razón es que en Marte necesitamos un calendario y un reloj para hacer estudios científicos del clima, o para operar misiones en superficie, pero no necesitamos organizar una sociedad compleja. La hora que se suele usar en Marte es la hora solar verdadera (LTSL según su acrónimo en inglés), esta hora se define para cada longitud geográfica (en Marte también hay longitudes y latitudes), y sólo depende de la posición del sol respecto a esa longitud; cuando el sol alcanza su punto más alto en el cielo, son las 12 del mediodía.
En la Tierra usar la hora solar verdadera sería problemático para organizarnos. Por ejemplo, la hora solar verdadera Zaragoza es 11 minutos y 12 segundos menor que en Madrid; cuando en Madrid son las 12:11:12, en Zaragoza todavía son las 12:00:00, así que al viajar de una ciudad a otra habría que ajustar los relojes, y fijar una cita telefónica implicaría también hacer cálculos. Por todo ello es más sencillo para organizarnos como sociedad fijar husos horarios, para que los cambios de hora de unas regiones a otras ocurran en números enteros de horas. Por ejemplo, la diferencia de hora solar verdadera entre Madrid y Ciudad de México es de 6 horas y 22 minutos, pero los husos horarios están fijados de tal forma que la diferencia en la hora oficial es de 7 horas, mucho más sencillo de manejar. Pero en Marte no existe esta necesidad.
¿Años bisiestos?
Aunque en el día a día nos pueda parecer trivial, construir un buen calendario no es sencillo, esa es la razón por la que en 1582 se empezó a pasar del calendario juliano al calendario gregoriano, que es más preciso y sigue vigente hoy en día. La principal dificultad es conseguir encajar la duración exacta del día solar con la duración exacta del año.
En el caso de la Tierra, el año no dura exactamente 365 días, sino que dura 365 días 5 horas 48 minutos y 45 segundos. Si todos los años de nuestro calendario tuvieran 365 días, habría un desfase, y pocos siglos después el invierno del hemisferio Norte tendría lugar en agosto… La solución que ya en la antigüedad se puso en práctica fue poner un año bisiesto, con 366 días, cada 4 años. Esta solución es una buena aproximación, ya que entonces la duración media del año son 365 días y 6 horas, pero sigue sin ajustarse a la realidad, porque en realidad el año dura 12 minutos menos.
Estos 12 minutos fueron acumulándose a lo largo de los siglos, hasta que en el siglo XVI el calendario juliano ya arrastraba un retraso de 11 días. Fue entonces cuando se aplicó la reforma del calendario gregoriano, en el que los años múltiplos de 100 no son bisiestos, por ejemplo: los años 1700, 1800 y 1900, no son bisiestos; excepto si son múltiplos de 400, por ejemplo: los años 1600 y 2000 sí fueron bisiestos. Con este sistema, la duración media del año en nuestro calendario es 365 días, 5 horas, y 49 minutos, que está muy cerca de la duración real del año terrestre.
Y todo este lío para tener un calendario eficaz con el que organizar nuestra sociedad. Nuevamente, nuestros intereses estrictamente científicos en Marte no hacen necesario definir un calendario complejo: ni años bisiestos, ni semanas, ni meses, ni husos horarios. Puede que algún día hagamos esfuerzos similares para construir calendarios eficaces para organizar sociedades complejas en otros planetas; de momento, no tenemos necesidad.
Fuente Sondas Espaciales

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